Si Sergio León quiere, ya pueden soñar por Elche. Esa es la sensación que dejó el espectáculo vivido en Miranda del Ebro. ¿Nunca han visto a un jugador destacar por encima del resto con una superioridad 'insultante'? Solo habría hecho falta ver este partido para sentirlo de lleno. Y es que con los dos tantos de hoy -y vaya dos...- ya son 17, que pocos no son.

Sergio León en estado puro, y duro. Cuándo y cómo quiso, dejando unos aires de autosuficiencia que, por momentos, recordaron a los de las grandes tardes de Cristiano Ronaldo. Es decir, sin aparecer mucho, pero lo suficiente para silenciar. Pocos contactos con el esférico, pero letales. Así es Sergio León, y así fue el Elche de Baraja la tarde del sábado. Y si a un killer le sumas un equipo que suda sangre sobre el césped, la combinación es cuanto menos prometedora.

Al filo entre el dominio y el pavor

El partido comenzó con el guion esperado. Mucho ritmo, poco fútbol. Una batalla futbolística de cabo a rabo. Muy típica del lugar. El Mirandés llegaba y llegaba, los ilicitanos remaban y remaban. No había problema, cada uno cumplía su papel con una comodidad pasmosa. El Mirandés disfrutaba dominando y el Elche saliendo con contras vertiginosas.

El control local era cortado cada 'X' minutos por la velocidad de Álex Moreno -un puñal-, la chispa de Héctor y la mera presencia de Sergio León. Los rojillos tampoco se quedaban cortos en cuanto a ofensivas, llevando mucho peligro en el sinfín de córners y entradas por banda que dispusieron.

Foto: LFP
Foto: LFP

Kijera marcó en las postrimerías (42') del primer acto

Un partido eléctrico que se pudo partir bien pronto en dos contras comandadas por Héctor que no acabaron en gol por el desacierto de Álex Moreno y Sergio León. O por el acierto de Raúl Fernández, todo sea dicho. Sin embargo, fue el Mirandés el que acabaría viendo correspondidos sus propios méritos: un barullo en un córner acababa en los pies de Kijera que hacía el primero de volea tras desviar la pelota José Ángel.

Sergio León salta a escena

Tras la reanudación, el panorama no paró de enturbiarse para los intereses visitantes. Un Mirandés que no cesaba en su empeño ofensivo, un Elche que no se veía en partido y que, para más inri, se veía más de media hora con uno menos por la doble amarilla de Noblejas. Todo eran nubes para el Elche: errores con y sin balón, nula presencia ofensiva e inferioridad numérica tanto en cantidad como en calidad.

Pero de repente, un rayo de luz iluminó y destrozó la escuadra de una de las porterías de Anduva. Fue Sergio León, un jugador diferente que surgió de la nada para cambiar el encuentro. Es decir, lo que hacen los grandes. El mallorquín empataba el encuentro con un gol de los que crean escuela. Un zapatazo con la zurda -su pierna 'mala'- al más puro estilo Cristiano Ronaldo.

Sergio León fue demasiado para un Mirandés que no tuvo el día

Y no silenció Anduva aún, porque no había sido todo. Minutos después, mandaba el cuero a las redes con otra certera definición. Rescató a un equipo moribundo con una apariencia de facilidad que hasta molestó por las gradas.

A partir de entonces, el encuentro se convirtió en una constante lucha de los hombres de Terrazas por tumbar un muro que se había hecho insuperable desde el segundo tanto del pichichi de la Liga Adelante. Javi Jiménez inconmensurable, Ilie y Felip multiplicándose en ayudas y Álex Moreno dando un clínic de cómo  tapar un parche -en el lateral izquierdo-. Todo sea dicho también, la actitud, el juego y el derroche de pundonor local fue digno de admirar, pero hay días que es mejor no levantarse de la cama. Y si Sergio León te está esperando con el rifle cargado, aún más.