Pena, rabia y desilusión son los sentimientos que debieron sentir los aficionados blanquiazules el pasado domingo al ver como la Real les empataba dos veces el partido. Los de Aguirre se quedaron helados al recibir dos goles en extrañas circunstancias, el primero desde fuera del área tras un mal despeje de Kiko Casilla y el segundo en propia puerta. Aun así, los periquitos consiguieron un meritorio punto que sirvió para acercarse un poco a más a la barrera de los 42 puntos. La Liga todavía no se ha acabado y el Espanyol, pese a tener un importante colchón de puntos, no ha certificado matemáticamente la permanencia, que ha pasado a ser el objetivo principal de los barceloneses.

El Osasuna de Mendilibar supo recomponerse por partida doble la pasada jornada ante el Valladolid. Los rojillos viajaban al Nuevo Zorrilla tras haber encajado tres derrotas consecutivas y en Pucela consiguieron quitarse el velo que no les dejaba ver el camino de la victoria dejando atrás a unos vallisoletanos tocados después de la cruel razia. Además, Osasuna remontó el encuentro tras encajar un gol en propia puerta al inicio del encuentro. Así, el preciado triunfo dio confianza a los navarros que esperan a un Espanyol intenso y con ganas de certificar la permanencia.

De nuevo El Sadar

El coliseo osasunista vuelve a sus orígenes una vez dejado de lado el patrocinio que daba nombre al mítico Sadar, uno de los campos más difíciles de toda España. Es un estadio complicado en que, pese a ser de dimensiones reducidas, los jugadores se sienten seguros y la afición está muy encima de éstos.

En el transcurso de la historia muchos equipos han caído en El Sadar, ya pueden ser equipos reconocidos o humildes, con grandes jugadores o sin ellos; pues todos ellos pasan apuros en el feudo rojillo. Desde Real Madrid y Barcelona pasando por históricos de Europa como el Bayern Leverkusen o Glasgow Rangers han perdido en El Sadar.

Si hay un equipo que lo pasa especialmente mal en los partidos fuera de casa y más en El Sadar es el Espanyol. Los catalanes llevan cuatro temporadas sin puntuar en el estadio rojillo y en dichos partidos el Espanyol no consiguió materializar ninguna ocasión. Los números convierten en favoritos a los locales, que también ganaron al Espanyol en su estadio en la primera vuelta de la presente temporada. Los datos no son alentadores para el conjunto barcelonés pero tras la llegada de Aguirre al nido de los periquitos la dinámica ha cambiado para bien y, de hecho, los malos resultados en El Sadar fueron con Pochettino.

Aguirre y sus hombres viajarán este domingo a El Sadar con ganas de quitarse las cuatro espinas clavadas en las últimas visitas. Sin embargo, Osasuna se encomendará a sus afición y a El Sadar para seguir sumando puntos para acabar tan arriba de la clasificación como les sea posible.

El triunfo como única meta

Osasuna es uno de esos equipos históricos que se han caracterizado siempre por su carácter, constancia y agresividad en su juego. Un conjunto que sin jugadores de renombre, ni un gran presupuesto y tampoco sin títulos que avalen su paso por Primera siempre ha sido un hueso duro de roer, incluso los grandes de la Liga se han atragantado más de una vez con los navarros. Es un equipo perfecto para técnicos como Camacho, Mendilibar o el propio Aguirre. Los jugadores rojillos siempre dan la cara en el terreno de juego, donde son prolongaciones de las almas eufóricas de los aficionados navarros.

Si bien Osasuna está acostumbrado a vivir en la zona media de la tabla, los de Mendilibar todavía no han asegurado los límites de su hábitat natural y otros depredadores podrían desterrarlos hasta los confines de la clasificación. Aun así, los rojillos ganaron al Valladolid en la pasada jornada al remontar un gol en propia puerta a los pocos minutos de haber empezado el choque. Esa victoria significó romper un molesto período de derrotas que parecía imposible de terminar. Con dicha victoria, la esperanza ha vuelto a tierras navarras para instalarse en la parroquia osasunista.

Tan solo 7 puntos separan a Osasuna y Celta, el conjunto que marca el descenso, y una nueva victoria insuflaría todavía más oxígeno a los navarros para poder salvar la categoría. En este contexto, el conjunto pamplonés necesita más que nunca ganar para separarse del rezagado pelotón. En el caso de que no consiguieran ganar a los periquitos,  Granada y Zaragoza podrían acercarse a los de Mendilibar; por lo tanto, solamente un triunfo es válido en El Sadar.

Sola, el nuevo Midas

Kike Sola es el hombre de moda en Pamplona. Pese a tener unos comienzos complicados en el filial osasunista y andar por un camino de piedras durante la mayor parte de su trayectoria deportiva, la hora de Sola ha llegado. Puede que no solo sean horas, sino años aunque ya no sea especialmente un chaval que comienza sus andanzas en el mundo del fútbol. En plena madurez futbolística, con 27 años recién cumplidos, se ha convertido en el rey Midas de Osasuna.

En la actual temporada, todo lo que toca Sola lo convierte en oro pues sus goles son los que más puntos han dado al conjunto de Mendilibar. Su récord estaba en 7 goles, conseguidos en la temporada 10/11, pero a falta de 9 jornadas el “Tanque de Cascante”- como es conocido popularmente- ya ha traspasado la barrera establecida hace dos temporadas con 9 tantos.

Pero los goles no lo son todo para Sola, quien posee una velocidad, un regate y una verticalidad envidiables que traen de cabeza a todas las defensas de España además de un importante sacrificio en tareas defensivas. Todo ello lo convierten en un delantero completo con gran cartel en la competición doméstica.

Como el rey Midas, a Kike sola y sobre todo a Osasuna puede que no les convenga que todo se convierta en oro, pues los delanteros puros escasean y otros equipos han fijado su mirada en el de Cascante. Una cosa es segura, Sola será uno de los jugadores más importantes de cara a certificar la permanencia.

El veredicto

La estadística señala a los locales como claros favoritos para el choque contra el Espanyol pero sobre el papel ninguno de los dos equipos parte como favorito. Osasuna ganó el último encuentro, con remontada incluida tras un gol en propia puerta, después de una pésima racha de derrotas. Dicha victoria ha dado ilusión y esperanza al tocado conjunto pamplonés que ha recuperado a Kike Sola, uno de los estandartes rojillos.

Por otra parte, los periquitos dejaron que la Real Sociedad les empatara un partido que tenían claramente a favor y en el que se adelantaron dos veces en el marcador. Tras ir ganando durante la mayor parte del partido el empate no supo igual a los aficionados, parecía más una derrota. Pese a eso, los aficionados tienen confianza plena en sus jugadores pero otra derrota podría quebrar la ínfima esperanza europea que tiene el Espanyol.

Que el partido se dispute en El Sadar causa intranquilidad en los catalanes, que han visto como se escapaban las últimas cuatro visitas a tierras navarras en partidos en los que faltó fútbol y sobró aburrimiento.