Derrota por la mínima y para algunos injusta contra el equipo que aspira a todo. El Espanyol, consciente de su condición, desplegó sus armas defensivas sobre el césped y, sin plantear un partido extremadamente defensivo, hizo de la solidez su mejor ataque y se marchó del Camp Nou con la cabeza bien alta.

El Espanyol, con sus recursos, dio la cara frente a uno de los mejores equipos de Europa

El técnico mexicano se desprendió del mediapunta para retrasar la posición de Abraham, que acompañó a Víctor Sánchez y David López en el centro del campo. Regalaron la posesión del balón al Barcelona y sólo les faltó generar más peligro a la contra. Tuvieron una, pero con el Valdés actual es muy difícil anotar. A la larga, los azulgranas acabaron marcando, casi por inercia, pero el Espanyol no bajó los brazos e inquietó al conjunto local. Javier Aguirre le cambió la cara al derbi, que se había convertido en un mero trámite para el Barcelona en los últimos tiempos. Además, con la situación que vive el equipo (octavo en la tabla), el Espanyol no acudía al Camp Nou con la obligación de ganar, si no de competir con su mejor versión. Sin presión y con mucha actitud, el botín de los blanquiazules pudo ser mayor.

Si bien no han conseguido los tres puntos, Aguirre y sus hombres han logrado incentivar el debate que sobrevuela Can Barça desde hace un tiempo sobre el estilo de juego del equipo, el rendimiento de Messi, la fragilidad defensiva y las individualidades de Neymar y Valdés. Cierto es que toda esta temática no le compete al conjunto blanquiazul en su andadura por la Liga, pero si el postpartido viene cargado de ello, ahí está el mérito de Aguirre: haber competido contra el Barcelona y volver a Cornellà satisfecho con su bloque de jugadores.

El reto que tiene Aguirre por delante es sumar y evitar la relajación de la plantilla, que acumula 5 derrotas en los últimos 7 partidos, con una sola victoria. El estilo y el compromiso lo tiene, y por aquí es por donde tiene que seguir.