Un rostro sereno de metro noventa protege los palos del RCD Espanyol cada partido. En su segunda etapa en el club blanquiazul, Kiko Casilla ha pasado de tener un rol secundario a ser el protagonista y una de las voces autorizadas del vestuario.

Kiko Casilla se ha consolidado como el guardameta titular

Javier Aguirre le dio el relevo de la portería al jugador de Tarragona a mediados de la temporada pasada. Tras un inicio irregular del guardameta entonces titular, Cristian Álvarez, el entrenador mexicano se vio sorprendido por el buen rendimiento de Casilla, que no abandonó los tres palos cuando Cristian se recuperó de su lesión. El pasado verano el portero argentino abandonó el club con dirección a San Lorenzo de Almagro. Casilla había ganado la batalla contra el futbolista por el que apostó Pochettino un año atrás al sentar al respetado Carlos Kameni.

El ya mencionado gran estado de gracia de Casilla ha hecho despertar el interés de grandes clubes europeos, que ven en el portero del Espanyol el atrevimiento, y a la vez la tranquilidad necesaria para defender las mejores porterias de Europa. Si bien es cierto que Casilla ha asegurado que su futuro más próximo le vincula a la entidad "perica", la mentalidad ganadora del guardameta le podría llevar a aceptar la oferta de algún grande para subir un escalón en su carrera. Ya es habitual escuchar el nombre del portero entre los que baraja el FC Barcelona para suplir a uno de los mejores porteros del continente actualmente, Víctor Valdés. El Real Madrid tambien podría considerar su fichaje, de 20 millones de euros según su cláusula de rescisión.

Constancia y trabajo para no caer en la relajación

El principal problema que puede tener Casilla esta temporada, aunque suene paradójico es la poca competencia bajo los palos. El portero suplente, Germán Parreño, apenas tiene experiencia en la élite, ya que se incorporó al primer equipo proveniente del filial al acabar la pretemporada.

Que el guardameta se ha ganado el derecho a ser importante no lo discute nadie, por eso es la primera opción de Aguirre. Por dicho motivo la progresión de Kiko está, más que nunca, en sus manos. Sabe que en el club confían ciegamente en él, y que si mantiene su compromiso, llegará muy lejos, dentro o fuera del Espanyol.