Javier Aguirre no ha podido cerrar la temporada ni su último partido en el banquillo del conjunto blanquiazul con una victoria. El Espanyol salió derrotado del Santiago Bernabéu (3-1) y el técnico lo valoró de esta manera: "Planteamos el partido en la primera parte para aguantar la embestida inicial del Madrid, dándole fuerza al centro del campo para que sus pases interiores no funcionaran y así ha estado; en la segunda parte, a raíz del gol, hemos jugado a lo que mejor se le da al Madrid, con espacios y en contraataques ellos tienen más pegada", comentaba.

Posteriormente, el entrenador a nivel global pese a la mala racha final de resultados, donde el conjunto periquito solo ha conseguido dos de los 24 puntos en juego, ha recordado que el objetivo se consiguió pronto: "No hemos sufrido, esta es la verdad, teníamos un gran colchón y lo hemos ido gastando. Quitando el último partido en casa donde se sufrió y la gente acabo enfadada, las jornadas anteriores fueron cómodas para aguantar el día a día. Me hubiera gustado acabar de otra manera y no haber dado motivos para que la gente acabara silbando, pero solo ha sido uno de los 19 que hemos jugado en casa", aclaró.

También añadió que el objetivo no era otro que el de salvar la categoría: "Desde el primer día, el presidente me dijo que el objetivo era la permanencia, no me dijo nada más; después me dijo que nuestro sitio está entre el 9 y el 14, que históricamente es nuestro sitio, no el que ocupamos. Por liga solo hemos entrado a Europa una vez en los últimos 30 años", se justificaba a continuación.

Para Aguirre era un partido especial y complicado, pues significaba su último encuentro como entrenador perico y posiblemente también significaba el adiós de varios futbolistas blanquiazules. "Ha estado el típico final de temporada en que todo el pescado está vendido. Por suerte nos ha tocado un gran rival y un gran escenario y visto lo visto, no lo hemos hecho tan mal, hemos podido competir y hemos mantenido la frente bien alta, solo puedo felicitar a mis jugadores por su profesionalidad", sentenció. También ha aclarado que no ha habido ningún discurso emotivo en el vestuario: "No hemos hecho ningún discurso, ya somos grandecitos para eso, no me muero solo cambio de equipo", comentaba quitando hierro a su marcha.

Seguidamente, se ha querido insistir en los motivos reales de su marcha, además de los comentados el viernes en el discurso oficial: "Me voy porque he tomado la decisión de que era un buen momento para hacerlo, lo maduré bien. La decisión estaba prácticamente tomada hace unos meses. Estábamos trabajando bien pero esta semana que he hablado de futuro con Perarnau, hemos decido en común acuerdo que era lo mejor, ni siquiera que escuchado la oferta que me iban hacer. Son ciclos que acaban, sin contratiempos, sin traumas ni broncas, la historia del club está por encima de personas y yo seguiré mi camino", explicó.

Finalmente, el técnico ha contestado a la prensa japonesa presente en la sala a la cuestión sobre su futuro dirigiendo la selección nipona. "Esta respuesta a partir del 30 de junio, cuando acabo contrato con el Espanyol, hasta entonces por respeto, no puedo ni debo hacer nada que vaya en contra de los intereses del club", concluyó.