La experiencia es un grado, como se suele decir y Sergio García lo plasmó sobre el césped durante esta anterior temporada. No íbamos tampoco a descubrir ahora quién era Sergio García de la Fuente, pero, sin embargo, al catalán le requería una temporada como ésta para acabar de demostrar todo su repertorio a la afición espanyolista. Y vaya si lo hizo. El campeón de Europa con España ejerció siempre como hombre en punta en el esquema de Javier Aguirre, como si de una boya solitaria en medio del mar se tratara, pero, no obstante, no fue impedimento alguno para haberse enfrentado y de manera satisfactoria ante todas las retaguardias de los equipos que forman la Liga BBVA.

Con el ‘9’ en la espalda y el brazalete de capitán blanquiazul en el brazo izquierdo, Sergio García fue el encargado de poner la magia y la fantasía en la zona de ‘tres cuartos’ del campo. El estilo de juego del Espanyol de Javier Aguirre requería también de un jugador no tan físico y corpulento, para poder finalizar la gran labor que realizaban los “obreros” del equipo perico. Sólo ante el peligro, Sergio García se encargó de materializar las jugadas de sus compañeros. Y, en numerosas ocasiones, el ariete catalán se zafaba en solitario de más de un contrincante para anotar.

12 goles y 9 asistencias fueron el buen fruto que recogió Sergio García al finalizar la temporada. Y muchos de ellos de una bella factura. Por poner unos ejemplos, el catalán, quien ‘abrió la lata’ ante el Athletic en el estreno del Espanyol en San Mamés, enmudeció a la Catedral con su gran gol que significó el 0-1. Un habilidoso Sergio García se zafaba de su marcador para poder definir ante Gorka con un gran disparo cruzado con la zurda. O quién no se acuerda del gol que decidió la victoria del Espanyol ante el Celta en Cornellá-El Prat, también obra del delantero del Buen Pastor. El barcelonés bajó un balón que caía del cielo para, posteriormente, reventar a placer y poner el 1-0 que finalmente bastó para derrotar al conjunto vigués.

Comandó a los suyos, no hay duda alguna. Pero, además, su gran trabajo para el beneficio del equipo le sirvió también, a la vez, para su reconocimiento personal. El barcelonés realizó la mejor temporada como jugador blanquiazul y se quedó a pocos goles de haber realizado la mejor de todas sus temporadas como jugador profesional. Esta temporada superó algunos retos que aún se le resistían, como, por ejemplo, el realizar un hat-trick. Sergio aún no sabía lo que era anotar tres goles en un mismo encuentro, algo que ya consiguió. El jugador periquito anotó tres tantos en la victoria del Espanyol ante el Rayo (1-4) en la primera vuelta del campeonato.

Tras todos estos retos conseguidos, Sergio García se puede tomar un merecido descanso. Decidió cuando lo tenía que hacer. Decantó. Marcó las diferencias. Ahora, el Espanyol intentará retener a uno de sus pilares fundamentales del equipo. Sergio García, sin duda, ha demostrado ser uno de ellos.