Si el partido que jugó el filial del West Ham contra su homónimo ucraniano fue aburrido, su partido contra el Espanyol B ha sido de todo lo contrario. El once inicial de los espanyolistas era bien distinto al del anterior partido por lo que los jugadores estaban bien frescos.

Peleando por la posesión del balón y por llevar la manija del partido, periquitos y hammers pusieron la carne en el asador para marcar bien pronto. Fueron los barceloneses quienes pudieron hacerlo en primera instancia pero Brown atajó el balón. El mismo asistente que contra el Cambrige, Pol Lirola, cortó un balón que sirvió en bandeja a Sales y el castellonense  no perdonó. La historia parecía escribirse sobre lo que se escribió en Abbey Road en el día anterior ya que a los pocos minutos los ingleses empataban el encuentro con un penalti transformado por McCallum.

Nada más comenzar la segunda parte Héctor Rodríguez tuvo en sus botas el poder volver a dominar en el partido pero el central no supo qué hacer cuando se encontró el cuero tras un saque de esquina de Luque.

Lluvia de goles

A partir de ahí ambos equipos se enzarzaron en una pelea por ver quién podía marcar más goles en unos minutos totalmente locos. Elliot Lee, uno de los jugadores más destacados de la cantera del West Ham, fue el encargado de marcar el segundo gol para su equipo. Antonio Raíllo marcó para los blanquiazules con un potente chute desde fuera del área que se adentró por la escuadra. Seguidamente los hammers se vinieron arriba y de nuevo Lee cazó un balón para poner el tercero y casi sin darse cuenta los de Planagumà vieron como Cullen les metía el cuarto.

Con este contundente marcador el Espanyol B se despide de la Absolute Travell Cup con un empate y una derrota. Aun así, el filial del Espanyol no se puede marchar decepcionado de Londres ya que han dejado buenas sensaciones tras entrenar solamente una semana.