Lucas Vázquez Iglesias (Curtis, 1 de julio de 1991). Así se llama y aquí nació el protagonista del inicio del Espanyol 2014-15. Más allá de las figuras ya consagradas y reconocidas en el equipo, como Sergio García, Víctor Sánchez, el internacional Kiko Casilla y los grandes nombres como Caicedo o Stuani, el joven gallego ha despertado entusiasmo entre los pericos gracias a su desparpajo dentro del terreno de juego. Regates, velocidad, desmarques, centros, faltas y un sinfín de cualidades que han hecho levantar a más de uno del asiento en el Power8 Stadium.

Trayectoria blanca

Lucas empezó, como casi todos los futbolistas de este planeta, en las categorías inferiores de su pueblo natal. En este caso fue el C.C.D. Curtis, situado en la provincia de La Coruña y con no más de 5.000 habitantes. No tardó en llamar la atención y en el 2007 se incorporó a las filas del Juvenil "C" de la cantera blanca. Siguió con el curso natural en las diferentes categorías hasta llegar, en la temporada 2010-11, al Real Madrid "C" que por aquél entonces se encontraba en la 3a división española. Antes, en su todavía etapa juvenil, consiguió ganar la liga doméstica, la Copa de Campeones (competición que disputan los ganadores de cada grupo de la división de honor) y llegar a la final de la Copa del Rey perdiendo frente al Athletic Club por 2-0.

Después de su etapa formativa y su paso por la 3a división, debutó con el primer equipo filial, el Castilla, en un partido amistoso frente al Sporting "B". Esa temporada consiguió subir al fútbol profesional, jugando 24 partidos, anotando 4 goles y cosechar el ascenso frente al Cádiz (con un global de 8-1). Desde entonces, militó 2 años en la segunda división y llegó a debutar con el primer equipo en un partido amistoso de pretemporada contra el Oviedo.

Salto a la élite del futbol

Durante el mercado de fichajes, el Espanyol exploró e indagó mucho en busca de un jugador joven, rápido, polivalente (que pudiera jugar en ambas bandas e incluso en la mediapunta) y con hambre de goles. Sergio González consideró que las bandas no podían cojear y que serían una prioridad ofensiva a tener muy en cuenta esta temporada. Aunque era una incógnita, la directiva perica decidió incorporar a Lucas, máximo goleador del filial del Real Madrid, una joya por pulir y un jugador que había sido importante en todas las categorías por las que había pasado. Faltaba el paso final, la oportunidad de consagrarse en la máxima categoría del futbol español. Y parece que ha empezado bien.

Inicio prometedor

Seguramente nunca se imaginó, o quizás si, aunque fuera un sueño utópico, empezar su andadura en primera división de esta manera. Tras un mal inicio del equipo en líneas generales, poca solidez defensiva, falta de creación, pocas llegadas y escaso juego por bandas, parece que la mejoría del Espanyol va a en paralelo a las actuaciones y presencias del joven gallego. Después de dos suplencias (en casa frente al Sevilla y fuera contra el Valencia) le llegaron las oportunidades desde el inicio. Fueron todas seguidas y con un balance muy positivo. Málaga, Getafe, Córdoba y Real Sociedad, 4 partidos imbatidos y con Lucas de titular, ¿casualidad?. Méritos de todos los jugadores si, pero él ha tenido mucho que decir.

Coutinho y Weiss en la sombra

Todos los pericos se acordarán del año que, sin comerlo ni beberlo, llegaron 2 jóvenes a Cornellà-El Prat con el cartel de futuras estrellas bajo el brazo. Weiss y Coutinho. Coutinho y Weiss. Un eslovaco y un brasileño, internacionales los dos con las inferiores de su país. Uno del Manchester City y el otro del Inter de Milán. A priori, un curriculum que ilusionaba. Pues bien, ilusionaron, y de qué manera, ese año les sirvió para catapultarse hasta tal punto que los dos han jugado ya la Champions League con Olympiakos y Liverpool, nada mal. Esa temporada, las bandas pericas funcionaron a las mil maravillas aunque desgraciadamente para el club, solo se pudo aprovechar de sus servicios durante el año que duró su cesión.

Velocidad y regate sus mejores virtudes

Con la llegada de Lucas Vázquez parece que se recupera esa ilusión que despertaron en su día los dos "cracks", con un perfil más parecido al eslovaco, el gallego presenta detalles y cualidades técnicas asombrosas, con un manejo perfecto del balón, una velocidad muy difícil de parar y lo más importante, ganas y actitud para crecer como futbolista individual y colectivamente. 23 años y mucho futuro por delante, ya se ha estrenado como goleador y cuando coge el balón cada vez más gente se levanta de su asiento intuyendo una genialidad; bendita sensación.