Atlético de Madrid y Espanyol se enfrentaron cara a cara en el Vicente Calderón en la octava jornada de competición en un encuentro donde periquitos buscaban mantener la buena racha y los colchoneros resarcirse de la dura derrota en Mestalla. Los de Sergio González, con nueve puntos en la clasificación, se enfrentaban a los del Cholo Simeone tras un racha de cuatro jornadas sin conocer la derrota. El Atlético de Madrid, por su lado, volvía a su casa para convencer de que lo sucedido durante la jornada pasada solo fue un mero espejismo y siguen estando vivos en la caza de Real Madrid y Barcelona por el título.

Poca contundencia

El colegiado hizo sonar el silbato y el esférico empezó a rodar por el verde. No hizo falta mucho tiempo para que llegara la primera oportunidad clara, que en este caso vino de las botas de Arda Turán en el minuto dos cuando al más puro estilo colchonero conseguiría rematar en el área solo después de un centro de córner. Sin embargo, Kiko Casilla con una gran intervención desvió el balón para que el gol no pudiera subir al marcador.

Los blanquiazules parecían despertar, conseguían combinar y llegar al área colchonera con más asiduidad. Diez minutos después, aparecería Sergio Garcia con una magnífica jugada por banda izquierda y posterior centro que Lucas Vázquez, remataría en el área pequeña y con más mérito de Moyá que demérito de Lucas, el Espanyol perdería la oportunidad más clara de toda la primera parte e incluso del partido para adelantarse en el marcador.

Pasaron los minutos y el Atlético de Madrid empezó a dominar el juego. Los blanquiazules no eran capaces de enlazar ni tampoco de mantener el esférico cuando conseguían robarlo. Dada esta situación, los rojiblancos empezaron ha llegar todavía con más peligro. El Espanyol facilitó el arma blanca de los del Cholo Simeone, córner tras córner, jugadas a balón parado que, una vez más por las alturas, condenarían al final de la primera parte a los espanyolistas, cuando Tiago conseguiría después de diferentes centros rematar de cabeza y poner a colchoneros por delante en el encuentro.

La tortura de las jugadas a balón parado

Después del paso por los vestuarios, el partido se mantendría con la misma tónica: la primera llegada con peligro fue para los atléticos. Seguidamente, un par de cambios inesperados por ambas partes. Tiago tuvo que abandonar el terreno de juego por unas molestias y de la misma manera tuvo que hacerlo el delantero del Espanyol, Sergio García, cuando pedía el cambio en el minuto 53.

El Atlético seguía dominando y llegando al área periquita con asiduidad pero sobre todo consiguiendo sacar un córner de prácticamente todas las acciones ofensivas pero sin conseguir hasta el momento finiquitar el partido.

Sergio González, viendo el panorama, movió el banquillo -Montañés y Stuani saltaron al campo por V.Álvarez y Caicedo respectivamente- consiguiendo que el conjunto blanquiazul no perdiera la cara al encuentro y así llegaron los mejores minutos del Espanyol en la segunda mitad. Sin embargo, no duró mucho. Mario Suárez, jugador que había sustituido a Tiago anteriormente, en otra jugada a balón parado consiguió marcar el segundo gol en el 70.

Jarro de agua fría para los periquitos, que veían, ahora sí, cómo se les escapaba el encuentro. Después del gol de Mario Suárez, el Atlético todavía pudo agrandar el resultado en el marcador, tan solo ocho minutos después Mandzukic tendría un mano a mano con Kiko Casilla que este sería capaz de sacar con una muy buena intervención. También tuvo el tercero Griezmann, que después de una salida del arquero espanyolista, conseguiría regatearlo y hacer un disparo que se iría al palo.

El Espanyol intentó conseguir el gol del honor, pero no hubo suerte. Los blanquiazules se vuelven para Barcelona sin ningún punto y con la sensación de que se les escapó el partido donde sabían que más peligro había para que esto sucediera, las acciones a balón parado. 

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