El Espanyol llegaba a Valencia tras el batacazo que sufrió ante el Eibar con un objetivo claro: olvidar la imagen que el equipo ofreció el pasado fin de semana y recuperar la buena dinámica mediante una competición siempre ilusionante como es la Copa. Como escenario Mestalla, uno de los campos más difíciles de esta temporada, donde incluso Atlético y Real Madrid tropezaron y se dejaron los tres puntos en liga. Aun así, los datos a los que los pericos se aferraban eran optimistas. En Copa, los números entre ambos equipos eran favorables al conjunto catalán (9 victorias en los 14 encuentros fueron blanquiazules). Además el Valencia venía de un partido donde los jugadores ches trabajaron con una gran intensidad para derrotar a los merengues.

Sergio González dejó en tierras catalanas a cinco de sus titulares habituales. Víctor Sánchez, Caicedo, Colotto, Fuentes y Montañés quedaron fuera, pero el once de los periquitos dejaba igualmente claro que el equipo iba dispuesto a competir. Con la novedad de Duarte en el lateral izquierdo debutando en el primer equipo, Sergio alineó 4 de sus hombres habituales junto con jugadores como Stuani, Moreno o Javi López, titulares en campañas recientes.

El Espanyol, de menos a más

Sonó el silbato inicial y el Valencia avisó primero, y lo hizo pronto. Al minuto tres de partido, un despeje de puños de Pau terminaba en los pies de Gil, que remató un balón que obligó a la defensa blanquiazul a intervenir. Parecía que los pericos aún no habían despertado y eso lo supo aprovechar el Valencia. En el minuto once, el carrilero portugués Cancelo se zafó con mucha facilidad del joven Duarte y colgó el esférico al área. Álvaro lo consiguió despejar pero este cayó a pies de Gayá, que con un disparo muy colocado con su pierna derecha batió a Pau, que poco pudo hacer a pesar de su estirada.

Parecía que el gol iba a dar alas a los de Nuno y hundiría aún más al Espanyol. Justo después del gol, un disparo de falta de Parejo que salió lamiendo el poste parecía dar muestras de ello, pero sucedió todo lo contrario. Llegaron las imprecisiones en el cuadro che y los pericos empezaron a llegar con más peligro. La defensa de tres que planteó el Valencia dejaba espacios libres por banda que jugadores como Lucas o Víctor Álvarez aprovecharon para colgar balones al área.

Junto con un Sergio García muy inspirado, el peligro rondaba la puerta de Yoel, quien tuvo que intervenir en varias salidas y se vio obligado a protagonizar una muy buena parada tras un remate de Víctor Álvarez. Este disparo sería la más clara de los de Sergio antes del pitido que abría el descanso.

Foto: EFE

Premio a la insistencia

El final de la primera parte no fue un espejismo y el asedio a la portería de Yoel continuó en el segundo tiempo. Stuani luchaba todo lo que le llegaba arriba y Pau se mostraba muy seguro en las pocas llegadas de los valencianistas. La insistencia tuvo finalmente el premio del gol, que vino de la mano de los dos jugadores más activos arriba. Sergio García recibe el cuero cerca de la frontal y encuentra a Stuani dentro del área. El uruguayo bate a su marcador con un recorte seco y cayéndose casi desde el suelo remata con pierna izquierda al segundo palo para conseguir el empate y poner la eliminatoria a favor del conjunto catalán.

El gol hacía justicia a lo visto hasta el momento en el terreno de juego. Después del primer gol del partido, el Valencia apenas volvió a crear peligro y parecía cuestión de tiempo que el empate subiera al marcador.

Se igualaron las fuerzas

Justo después del gol de Stuani, Parejo marcó de cabeza pero el árbitro correctamente anuló la jugada por fuera de juego. Con el 1-1 en el luminoso el dominio perico fue a menos y el partido se estabilizó. Fue en este instante donde salió Mattioni en las filas del Espanyol. El brasileño salió de extremo y se mostró incisivo por banda, poniendo en apuros a su marcador y aportando de nuevo peligro cerca del área. Por parte del Valencia salieron también en ese instante Barragán y Alcácer. El delantero acompañó a Negredo en la punta de ataque y se mostró muy participativo, reanimando al ataque local que llevaba apagado desde la primera parte.

El penalti, jugada clave

Parecía que el partido iba a terminar en tablas y los de Sergio se podrían ir a casa sabiendo que el resultado les sería favorable antes de jugar en el Power8. Por lo visto en el terreno de juego el empate parecía el resultado más justo, pero en el minuto 85 un penalti a favor de los locales sería el que establecería el marcador final. En una jugada dentro del área pequeña, Alcácer lucha por un balón rebotado y Pau López derriba al delantero de forma intencionada con las piernas. Negredo convirtió la pena máxima mandando el balón al lado contrario donde el portero del filial perico se lanzó.

En los últimos minutos el Espanyol empujó pero no consiguió aquello que tanto ansiaba, aunque tuvo alguna ocasión para conseguirlo. La más clara, un disparo de falta en el 93 que Sergio García, hoy luciendo el brazalete de capitán estrelló contra la barrera.

Los blanquiazules se van de Mestalla con un resultado remontable pero con un sabor de boca amargo. Volvió a verse intensidad, buen juego y se crearon ocasiones, pero la derrota es un castigo que obliga al conjunto de Sergio González a ganar al Valencia en el Power8 si los pericos quieren seguir soñando con la Copa. El encuentro de vuelta será el próximo martes 13 de enero a las 20:00 en Cornellá.