Hacía tiempo que no se veían tantas caras de ilusión en Cornellá. Aunque la afición espanyolista siempre se ha caracterizado por su fidelidad, el ambiente vivido en la vuelta de la eliminatoria fue casi insólito. Durante la semana, tanto el club como los aficionados hicieron un llamamiento masivo para llenar el Power8 Stadium y la verdad esque no defraudaron. Doble mérito tratándose de un partido intersemanal y en un horario complicado, el socio blanquiazul respondió -y de qué manera!- en forma de cánticos durante todo el partido.

Inicio dubitativo

El partido empezó con mal pie para el Espanyol cuando Cañas, en el minuto 4, vio la amarilla por cortar una mini contra del Valencia. Con el primer susto en el cuerpo, los hombres de Sergio reaccionaron y lo que empezó con un susto se desvaneció y se convirtió en la misma ilusión que inundaba el ambiente antes de comenzar el partido. 

Los primeros diez minutos transcurrieron con un Espanyol más tímido que el Valencia, que tuvo más llegadas a la portería de Pau López. El modus operandi del conjunto blanquiazul fue buscar pelotas largas y segundas jugadas con incorporaciones constantes de Lucas y Victor Álvarez.

La expulsión de Mustafi condicionó el transcurso del partido

El partido cambió su guión por completo con la expulsión de Mustafi en el minuto 13, que tras perder el balón por la presión de Stuani, zancadilleó al uruguayo cuando éste ya corría dirección portería. No hizo cambios Nuno y ordenó un 4-4-1 para ganar solidez defensiva atrás y renunciar a las posibilidades ofensivas del equipo. 

El partido se convirtió en un monólogo perico motivado, seguramente, por la expulsión y por el aliento de la afición, que creyó a partir de entonces un poco más en la remontada. El Espanyol ejerció una presión tras pérdida digna de una final y el juego combinativo se asoció con el vertical, los errores se empezaron a minimizar y el asedio a la portería valenciana se convirtió en habitual.

Hasta tres ocasiones claras tuvo el Espanyol para adelantarse en el marcador en la primera mitad. Primero Stuani con un remate de cabeza al primer palo tras un centro preciso de Duarte, luego Victor Sánchez después de una triangulación en la banda izquierda con el canterano, que terminó con un disparo muy desviado del extremo catalán. La última, casi al término de los primeros 45 minutos, fue obra otra vez del omnipresente Duarte, que aprovechó un balón muerto de Lucas en el punto de penalti para rematar a bocajarro, con la mala fortuna de toparse con la defensa valenciana bajo palos. 

Caicedo sentencia en la segunda mitad

La segunda mitad empezó como terminó la primera: asedio del Espanyol. En apenas dos minutos tuvo dos ocasiones clarísimas de las botas de Victor primero y de Lucas después, que no entraron por poco.

Con el Valencia encerrado atrás y el Espanyol en plena oleada ofensiva, Sergio decidió sacar toda la artillería. Entraron Salva Sevilla y Caicedo para dar más presencia ofensiva al equipo. Precisamente de una falta lateral servida por el ex bético llegó el primer gol de Caicedo. El colombiano se hizo grande y remató por encima de toda la defensa valenciana y la atónita mirada de Yoel que no pudo hacer nada para atajar el balón.

Tras unos minutos de incertidumbre con aproximaciones peligrosas del Valencia, Caicedo sentenció la eliminatoria con un remate con la izquierda tras un jugadón de Lucas por banda derecha. La locura se apoderó de los aficionados blanquiazules que celebraron por todo lo alto el tanto que daba la clasificación a cuartos de final.