San Mamés se vestía de gala para el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey. La ocasión lo merecía. Dos equipos a las puertas de la final se medían cara a cara en una eliminatoria muy igualada. El Athletic de Bilbao, con Aduriz como referente, saltaron al campo envueltos por los rugidos de toda la afición presente en la nueva Catedral. El Espanyol, tras eliminar a Valencia y Sevilla se plantaba en Bilbao dispuesta a dar guerra. Cerca de 700 aficionados arroparon al conjunto perico en un partido clave para las aspiraciones de los catalanes.

Quebraderos de cabeza

Tras una semana marcada por las lesiones, la duda de la parroquia espanyolista se encontraba en la alineación de Sergio González. El técnico perico apostó por jugadores de oficio y alineó a Javi López en el doble pivote en sustitución de Cañas. Dejó a Duarte en el banquillo y apostó por Fuentes mientras que arriba confió en los de siempre. El partido se presentaba complicado: ante un estadio lleno y un oponente con mucho físico el cuadro blanquiazul se veía obligado a trabajar durante los noventa minutos sin descanso.

Primer zarpazo

El empuje de la afición vasca pareció haber transmitido a su equipo la garra para descolocar a su rival. A los cinco minutos Aduriz avisaba con su primer disparo. A la segunda no perdonó. En el minuto diez de partido de Marcos recibe un balón en el centro del campo. Colotto y Héctor Moreno se abren y el espacio lo aprovecha Aduriz para recibir un pase vertical. El delantero se planta solo delante de Pau y define con una sutil vaselina fuera del alcance del portero espanyolista. Algunos pericos ya temían lo peor, pero el equipo supo reaccionar a tiempo.

La réplica del de siempre

El partido estaba lleno de imprecisiones por parte de ambos bandos. Faltaba un ligero punto de intensidad y velocidad en el juego y no había un dominador claro. En medio de todo este barullo apareció el de siempre, aquel jugador que tiene al Athletic como víctima preferida. Fiel a su idilio con el equipo vasco, Víctor Sánchez enganchó un balón rechazado con un derechazo potente que se coló por la escuadra de la portería de Herrerín. Otro gol más en la cuenta del mediocentro de Rubí, quien ya marcó al equipo de Valverde en liga tanto esta compaña como la anterior.

Sin un cambio en el guion

Empezó la segunda parte siguiendo la tónica de la primera. Mucha circulación en el mediocentro, lejos de las áreas. Durante el inicio del segundo período el Espanyol se mostró un poco más incisivo que los locales. Sergio García, como de costumbre, fue uno de los jugadores más activos en labores ofensivas. Después de probar a Herrerín con una vaselina, envió un centro chut al palo que hizo enmudecer al estadio. 

También la tendrían Stuani desde la frontal y Arbilla en un tiro de falta directa que se fue muy desviado. El Athletic se encomendaba en Aduriz. Todos las jugadas tanto a balón parado como elaboradas tenían como destinatario el delantero donostiarra. Llegado a este punto, los de Valverde no generaban tanto peligro como su rival y llegaban a la portería a través de faltas que siempre pateaba Beñat.

Los pericos pudieron sentenciar

Sergio movió fichas en el tramo final, pero fue cuando el Espanyol gozó de sus mejores ocasiones para irse de Bilbao con una victoria que hubiera casi certificado el pase de los pericos. En el minuto 82 Caicedo se plantó solo delante del portero tras caerle un balón rebotado de la defensa bilbaína. Felipao buscó el recorte sobre el portero, pero el control se le fue y Etxeita llegó al corte para evitar el desastre.

Otra de las más claras se produjo casi en el último suspiro del partido. Entrados en los últimos cinco minutos antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario, Lucas consiguió sacar un centro desde la derecha que Víctor Álvarez terminó enviando el balón al palo con un testarazo.

El partido finalizado con empate a uno hace que los pericos partan con cierta ventaja antes de aprontar la vuelta en el Power8 Stadium. El equipo se va satisfecho pero con un sabor de boca agridulce al no haber convertido las últimos ocasiones que prácticamente sentenciaban la eliminatoria. A las 22:00 del cuatro de marzo, Cornellá dictará sentencia.