Dos semanas ha vagado el Espanyol B por el limbo. Catorce días duros donde dos filiales enseñaron el lado más amargo del fútbol al conjunto periquito. El Villarreal B aplastó en casa a los periquitos mientras que en Zaragoza se dominó el encuentro para al final irse de vacío. Las dos derrotas en contextos diferentes invitaron a los catalanes a hacer una reflexión que vertieron sobre un Mallorca B acelerado.

Los baleares salieron con la idea inicial de restringir el fútbol espanyolista. La primera medida bermellona fue marcar férreamente a Julián Luque, que volvió a estar ausente durante el tiempo que estuvo sobre el césped. Cuando consiguieron esto, que fue realmente fácil, comenzaron a rascar, meter el pie y a incordiar a los espanyolistas.

El linier se dio cuenta rápidamente y comunicó al colegiado por el pinganillo que no consintiera ese juego y que si tenía que expulsar a alguien no lo dudase. A los pocos minutos ya había varios amonestados aunque lejos de los diez que acabaron apercibidos. La primera amarilla del partido la vio Raúl por manos en el área y Jairo se encargó de transformar la pena máxima, aunque no lo tiró con demasiada maestría. Aun así, pese al momento de suspense, el “rifle” de Gilena disparó dentro de la portería. Curiosamente, el Espanyol B escogió jugar la primera parte, que es en el tiempo que más marcan, hacia la portería que da al barrio de Sant Andreu, que es en la que menos marcan.

A medida que el partido se fue endureciendo el ritmo inicial se fue esfumando. Cortés dirigía los contados ataques bermellones mientras que Roca abría a las bandas espanyolistas. Rober y Galas echaban balones hacia delante a ver qué pesaba, pero nada sucedía. Ni el peligroso Cédric pudo tener influencia sobre el césped gracias al gran marcaje de la defensa blanquiazul.

Las fuerzas estaban realmente igualadas pese a que ningún equipo diera la sensación de peligro. El Mallorca B también decidió apostar por las bandas pero Andrés estuvo acertado por alto y desbarató los centros visitantes.

La segunda mitad empezó de lujo para el Mallorca B. A los pocos minutos Ángel, que hizo uno de los partidos desde que viste la blanquiazul, bloqueó el balón con las manos por lo que también se señaló penalti. Cortés tiró mucho mejor que Jairo y batió a un Andrés que adivinó el lado del disparo.

Otra vez lo de siempre. La segunda parte volvía a dar la espalda a los periquitos. Pero el Espanyol B no tenía que vérselas con su portería maldita si no con su preferida. Las subidas de Rober se hicieron constantes, Marc Fernández taladró el sólido muro mallorquín y Llonch hizo las mismas tareas defensivas de siempre pero sin pasarse de revoluciones. El partido tenía que inclinarse del lado periquito sí o sí.

Todo estaba de cara, menos el viento. Ya era mala suerte que el constante aire que soplaba hacia el sur se hubiera ido ahora que atacaba el Espanyol B hacía ese lado. Marc Fernández conectó un centro de Carmona con una volea de ensueño pero el cuero rebotó en un zaguero. El partido parecía condenado al empate.

Parecía porque Pirulo tenía algo que decir. En una falta lateral, bastante lejana y que pedía a gritos un centro al área, Pirulo y Marc Fernández se disputaban la acción. En la banda, el capitán Héctor Rodríguez dijo: “Piru, tira a puerta que es gol”. El gaditano notó como el viento azotaba su barba: el aire volvía a soplar. Pirulo aprovechó la ráfaga para ejecutar una magnífica falta que acabó sorprendiendo a Rayo. A falta de pocos minutos el Espanyol B pudo marcar un gol más pero Mamadou no llegó al espacio acusando una sutil cojera.

La ansiada victoria del Espanyol B vuelve a colocarles como candidatos al playoff mientras que el Mallorca B se acerca al descenso poco a poco.

Espanyol B (2) Mallorca B (1)
Andrés 6 Royo 6
Rober 8 Cifre 6
Raíllo 6 One 7
Ángel 7 Connor 6
Galas 5 Raúl 6
Llonch 6 Vallejo 5
Roca 6 Sastre 5
Luque 4 Cortés 6
Pirulo 7 Nico 5
Carmona 5 Brandon 4
Jairo 6 Cédric 4
Sustitutos
Marc Fernández 6 Clausí 5
Borja 5 Kike 5
Mamadou - Julen -