Después de una primera parte para el olvido a Sergio González no le quedó otro remedio que hacer autocrítica. El Espanyol salió medio dormido y acabó pagándolo caro, aunque uno de los goles no debió subir al marcador. El técnico periquito ha revelado que tras el partido se iba “con sensación de rabia” porque sus pupilos “no entraron bien al partido”.

Sergio González no ha tenido reparos en enjuiciar la actuación de sus futbolistas: “En los primeros 45 minutos no hemos estado a la altura de lo que correspondía al derbi. Sobre todo ha sido mental ya que no hemos tenido la fuerza necesaria”.

De todos modos el entrenador ribereño también ha tenido tiempo para elogiar la segunda parte del Espanyol, en la que se ha mostrado algo más agresivo y controlador.  Sergio González cree que el equipo ha sabido “dar a la tecla adecuada” para “llegar a los duelos más fuertes y estar más cerca del balón”.

Desde el principio el entrenador catalán sabía que jugar contra los blaugrana era “sinónimo de tener poca posesión”. El Barcelona se ha quedado con un rival menos pero no lo ha acusado. Los blaugrana supieron capear el tímido temporal tras la expulsión de Jordi Alba y Sergio ha reconocido que con once o diez jugadores el Barça “siempre mantiene la misma calidad”.  Sin embargo, el Espanyol ha tenido etapas más ofensivas pero no ha sabido “materializar las pocas ocasiones”.

Durante el partido también cobraron protagonismo los distintos grupos de animación, que entraron al campo más tarde de lo habitual en forma de protesta. “Los hemos echado de menos pero que no estuvieran no ha sido motivo para nuestro partido”, ha concluido.

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Sobre el autor
Héctor Farrés
periodismo. Siempre al lado del Espanyol. Muy en contra de la Liga española y sus desigualdades. Prefiero la Premier y el Aston Villa.