Salió de un vestuario festivo, lleno de cánticos y celebración para hablar con nosotros. Carles Soria y el Espanyol en el que juega, concretamente el Juvenil A, se ha clasificado para la final de la Copa de Campeones que se disputa esta semana en Almuñécar. Lo ha hecho, además, eliminando al vigente campeón y todo un grande como el Real Madrid. "El cansancio es lo de menos. Queremos disfrutar de este momento. Nos ha costado mucho llegar aquí. El club sólo ha ganado este trofeo una vez, intentaremos que sea la segunda", apunta un feliz Soria.

La victoria tiene más mérito por haber sido ante el equipo merengue. Carles Soria destaca de los adversarios la "intensidad, el poderío físico y lo determinantes que son en ataque". Explica también el motivo por el que son finalistas: "Nosotros en defensa hemos estado de diez y por eso al final nos hemos llevado el partido. Más que nada por trabajo y entrega". Aporta una clave más. "Somos un grupo unido. No solo once jugadores, sino una plantilla de veinte o veintidós. El que juega siempre lo da todo por el equipo".

Además de contra el rival, pericos y madridistas tuvieron que vencer a un enemigo insospechado. El sol andaluz golpeaba con fuerza a primeras horas de la tarde y durante la primera parte los jugadores no perdieron oportunidad para acercarse a la banda a refrescarse. "Mucho calor, no estamos acostumbrados a tanto, pero las adversidades están para superarlas", comenta con gallardía.

Ante la final del sábado, a la que aún no sabía a que rival se iba a enfrentar, Soria explicó que al no haberse enfrentado nunca a Villarreal o Rayo Vallecano, no tenía preferencias. Como el resto de la plantilla perica, se quedó en el Estadio Francisco Bonet para comprobar que sería el equipo castellonense quien pusiera la última adversidad para llevarse el título a Barcelona. Aunque ya tenga la Liga en sus vitrinas, Soria no se conforma. "Se puede pedir más, pero poco a poco. Vamos a pensar en la final y lo que tenga que venir ya vendrá".