Los fichajes en forma de ‘pack’ en el mundo del fútbol no acostumbran a ser muy sonados. O al menos para las entidades con una tesorería no muy poderosa. No abundan las presentaciones a pares, sino que tienen más presencia las individuales dado los tiempos en los que nos encontramos, económicamente hablando.

El Espanyol -club que reúne este rasgo de entidad con un potencial económico no muy elevado-, no obstante, realizó una incorporación ‘doble’ el pasado verano con tal de apuntalar dos posiciones que así lo requería en aquel momento -la demarcación de zaguero central y la de extremo-, procedentes ambas del mismo club, el Real Zaragoza. El defensor Álvaro González y el atacante Paco Montañés pusieron punto y final a su andadura maña para abrir una de nueva en la entidad blanquiazul. Dos fichajes que generaron ilusión en la hinchada periquita tratándose de la llegada de uno de los defensas con mayor futuro del panorama español y un extremo con experiencia ya destacado en anteriores temporadas en la élite del fútbol nacional.

Álvaro se consagró como el líder de la zaga

Sin embargo, ambos futbolistas no han tenido el mismo papel y protagonismo en el equipo perico en esta temporada finalizada hace escasamente unas semanas. Ni de lejos. Paco Montañés no dispuso de los minutos deseados debido a continuas y constantes lesiones a la vez que por discretas actuaciones sobre el césped. En cambio, el nombre del joven defensor cántabro Álvaro González se erigió como el káiser del conjunto espanyolista y el cerrojo infranqueable en esta temporada.

El jugador formado en la fábrica del Real Racing Club volvió a la máxima categoría del fútbol nacional después de un periodo en la Liga Adelante como militante del Real Zaragoza. Una categoría que, visto lo visto, no era la que le correspondía al de Potes. El Espanyol devolvió a Álvaro a la élite del fútbol español depositando en él muchas esperanzas. No defraudó.

41 partidos avalan su gran temporada

Imponente, contundente, eficaz, seguro, robusto, etc. Son unos de los apelativos con los que se podría definir la figura de González sobre un terreno de juego. El central se aposentó en el esquema de un también novato en el Espanyol, Sergio González, a un ritmo endiablado cual veterano con cien batallas a su espalda. 41 partidos disputados -36 en Liga y cinco en Copa del Rey- por parte del joven defensor avalan el buen hacer del zaguero en esta ya finalizada temporada.

Álvaro se ha convertido en uno de los pilares que sustentan al Espanyol tras su sobresaliente primera campaña en el club catalán. Todo equipo debe armarse primero desde atrás y el ex de Racing y Zaragoza le ha dado al conjunto periquito esa seguridad necesaria para edificar el proyecto de Sergio González.

Sus 'parejas de baile' han ido cambiando a lo largo del año. Inició el curso formando eje en la defensa con el central argentino Diego Colotto, más adelante formó dúo en la retaguardia con el canterano Eric Bailly -quien fue traspasado al Villarreal en el mercado de invierno- y finalmente formó pareja con Héctor Moreno una vez el de Culiacán se recuperó de la lesión sufrida en el anterior Mundial de Brasil. Fue con el azteca al lado con quien más continuidad tuvo sobre el terreno de juego y con el que terminó esta campaña. Pero, eso sí, Álvaro González mantuvo su puesto ahí en 36 de 38 jornadas de Liga. Casi nada.

A sus 25 años y con más de 100 encuentros en la Liga BBVA, el cántabro afronta un reto bonito: ejercer, aún más si cabe, de líder en la defensa espanyolista y más tras la ya anunciada salida de Diego Colotto este verano. No le temblará el pulso al de Potes: mimbres para llevar a cabo esta función no le van a faltar. 

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Sobre el autor
Javi Lorca
Redactor en Vavel.com, colaborador en la sección del RCD Espanyol.