El Espanyol esperaba ayer ansioso la confirmación del traspaso de Sergi Darder al Olympique de Lyon por una cantidad cercana a los 10 millones. Gracias a una cláusula en el contrato firmado cuando el jugador abandonó la disciplina blanquiazul, el equipo de Sergio González ingresaría un millón de euros, el 10% del traspaso.

Dada la maltrecha situación de las arcas periquitas, cualquier ingreso es, obviamente, más que bienvenido. La directiva contaba ya con ese millón para poder cerrar el fichaje del delantero Gerard Moreno, del Villarreal. Sin embargo, parece que no todo va a ser tan fácil, pues a última hora de ayer las negociaciones entre el Málaga y el club francés se rompieron.

Según las últimas informaciones, el problema no radica en el acuerdo entre los clubs, que ya estaba prácticamente cerrado, sino en el fondo de inversión que tiene parte de los derechos de Darder. Es este fondo de inversión el que se ha descolgado a última hora, exigiendo una mayor cantidad de dinero por el traspaso. El Lyon, que empieza la liga este fin de semana, había dejado claro desde hace tiempo que ayer era la fecha límite para que se cerrara el fichaje, y la postura oficial del club francés es que descartan a Darder y abordan el fichaje de otro centrocampista.

El pivote mallorquín llegó a la cantera perica en 2007, con 14 años, de la mano de Josep Manel Casanovas, por entonces director del fútbol base del Espanyol. Después de unas muy buenas temporadas con los blanquiazules, fue el propio Casanovas quien, al salir del club con destino a Málaga, decidió llevárselo con él. Ha sido internacional sub-17 y sub-21, y Javi Gracia, actual entrenador boquerón, ya estuvo cerca de perderle el año pasado, cuando el Porto insistió vehementemente en su fichaje, que al final no llegó a completarse.

¿Saldrá Darder este verano, finalmente? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Parece que las negociaciones se podrían retomar en cualquier momento, pero el acuerdo está lejos de estar cerrado como se pensaba desde las oficinas de Cornellà. El Espanyol no puede hacer más que permanecer atento y rezar por que las dos partes se pongan de acuerdo. El premio, un millón de euros.