El Sabadell se vistió con una equipación con claras referencias al camuflaje. El color aceituna de los militares adornaba los torsos de los arlequinados. Guerreros veteranos contra los novatos del Espanyol B, los que reciben las bromas pesadas. Pero el filial no estaba para bromas. Pintura de guerra en las mejillas y cuchillo entre los dientes.

Los periquitos han hecho de la Dani Jarque su fuerte. Un lugar que, como la Alhambra de Granada, es inexpugnable. Planagumà jamás ha escondido que fuera de la Dani Jarque pueden escaparse puntos pero, a cambio, el campo periquito será territorio vedado para los demás equipos. Todavía no ha habido nadie que pueda profanar el feudo espanyolista y eso que los tres equipos que ya han pasado por él son claros candidatos a asecender a Segunda División.

Las buenas sensaciones que dejó el filial en Badalona han sido prologadas en casa. El Espanyol B se ha puesto el mono de trabajo y ha evitado que el Sabadell moviera el balón con soltura.

Es más, ha sido el filial blanquiazul quien ha marcado el ritmo del partido con un Marc Roca superlativo. El centrocampista catalán aportó criterio al Espanyol B en Badalona cuando el filial trataba de empatar a la desesperada y contra el Sabadell arengó al equipo para que tratara al balón con mimo.

Como no podía ser de otra manera el Sabadell no quiso rendirse tan fácilmente y reclamó el esférico. Pirulo, que se reencontraba con su exequipo, se movía por el todo el campo con el balón en los pies. Las líneas del Espanyol B se abrían para parar al gaditano, que estaba en modo estrella, pero el Sabadell no causó demasiado peligro; no obstante, Andrés Prieto volvió a salvar al Espanyol B en una ocasión con una estirada cósmica.

El primer aviso del Sabadell hizo reaccionar al Espanyol B. Los espanyolistas demostraron que tienen mucho que decir en una categoría plagada de veteranía. Un soldado insurrecto que no acepta órdenes de los que mandan. Adrià Dalmau, siempre en el sitio indicado, mandó al fondo de la red un cesión en el área de Rufo, que realizó un partido muy completo. Ya van 5 goles del atacante mallorquín y se situa como el máximo goleador de toda la Segunda B junto con Enric, del Cornellà.

Las ocasiones fueron sucediéndose a lo largo del partido a favor del Espanyol B. Entrena, Rufo y Pibe, que salió de refresco, pudieron ampliar la diferencia. El Sabadell, en cambio, no hizo grandes méritos para reducir a un filial con mucho rigor en el centro del campo y seguridad atrás. Los 3 puntos se quedaron en la Dani Jarque en un paseo militar, plácido donde los haya, del Espanyol B, que duerme en puestos de playoff.