Dos históricos de la Liga española vuelven a verse las caras después de tres temporadas. El Sporting de Gijón ha vuelto a Primera División por la puerta grande y, aunque los resultados no dicen lo mismo, está compitiendo a un gran nivel.

La situación del Espanyol es todo lo contrario: está compitiendo a un nivel cuestionable pese a que los resultados no digan lo mismo. El conjunto asturiano es una gran oportunidad para que el Espanyol se reencuentre con su añorada mejor versión, que ya mostró contra el Valencia.

Una imagen vale más que mil palabras

El refranero español, como un buen amigo, siempre está ahí para arrojar luz a una situación determinada. El Espanyol, que pese a tener 9 puntos y una posición respetable en la clasificación, no anda fino desde que se inició el campeonato liguero. Los resultados han llegado, sí; pero las sensaciones que ha dejado el conjunto blanquiazul no son, ni por asomo, positivas.

En el caso espanyolista uno de los refranes que más se adecuan a su situación es: una imagen vale más que mil palabras. Por muchos adjetivos que se asocien al juego del Espanyol es imposible hacerse una idea de lo poco que ha demostrado en las primeras seis jornadas. Es más, el conjunto periquito podría ser el ejemplo de lo que no debería hacerse nunca.

No obstante, en medio de este desierto tenebroso, el partido contra el Valencia se abre camino como un rayo de esperanza hacia el juego que prometió Sergio González en su presentación como técnico periquito: que enganche a la afición.

El último partido del Espanyol dio un giro de 180 grados a la situación espanyolista. El conjunto periquito pasó de ganar al Valencia dando muy buena imagen y encadenar dos victorias seguidas – que lo situó entre los mejores conjuntos europeos en las primeras cinco jornada – a ser un equipo débil en defensa y sin ideas arriba. El contraste entre las dos caras del Espanyol no da pistas sobre qué equipo se encontrará el Sporting de Gijón.

Algo que sí es evidente, y más tras el doloroso naufragio en Riazor, es que Sergio González volverá a la idea original del 4-4-2 con Marco Asensio haciendo pareja con Caicedo o Gerard Moreno, un esquema que dio resultado contra la Real Sociedad y el Valencia. Más vale pájaro en mano que ciento volando.

Mucho ruido y pocas nueces

Si las estrellas que puedan desequilibrar un partido brillan por su ausencia la fuerza pasa a residir en el grupo. El Sporting de Gijón no tiene ninguna referencia que pueda echarse al equipo en la espalda y tire hacia delante; sin embargo, no es algo que preocupe en el conjunto asturiano.

El bloque defiende y ataca. La solidaridad es básica en el cuadro gijonés. Estar en Primera es un premio a la constancia y al tesón. No hay presión por hacer grandes cosas: asegurar una plaza en la máxima categoría del fútbol español es el objetivo principal. Volver a territorios fangosos como los de Segunda sería un mazazo para un Sporting que está plantando cara en su vuelta a Primera.

El conjunto de Abelardo está bien trabajado. No hay fisuras atrás pero tampoco hay pólvora arriba. La rocosidad de la zaga gijonesa es totalmente contraria a la inconsistencia de los atacantes del Sporting. No obstante, los asturianos todavía no han conseguido dejar la portería a cero en ninguna de las jornadas jugadas.

Es curioso que un equipo hecho a partir de la defensa no haya podido salir imbatido de ningún campo. En Riazor, donde el Espanyol salió bien escaldado, el Sporting se dejó empatar cuando tenía una ventaja de dos goles. La inocencia en determinadas partes del partido y no saber gestionar las idas y venidas del encuentro son dos factores que pueden castigar al conjunto asturiano.

Ya se vio en el primer partido de Liga contra el Real Madrid de qué pasta está hecho el Sporting de Gijón. Si bien era la primera jornada y los equipos no están tan rodados el cuadro gijonés planteó muchos problemas al conjunto de la capital. Una presión intensa y unos contragolpes rápidos son el santo y seña del actual Sporting. Eso sí, las cuentas son deficitarias para el Sporting en relación a sus ocasiones y goles: necesitan muchos intentos para poder encontrar portería.

Posibles alineaciones