Quince minutos le bastaron al Sporting de Gijón para anotar el primer gol. Tras un mal control de Víctor Álvarez y la presión de Lora fueron suficientes para que la estrella de los asturianos, Halilovic, colocara un chut imparable para Pau y anotara el primer gol. El Espanyol tuvo la oportunidad de empatar en el minuto 28, pero Caicedo desaprovechó un penalti que podría haber cambiado la perspectiva del encuentro.

En la segunda mitad, uns jugada elaborada del conjunto blanquiazul se transformó en el primer gol de los periquitos -anotado por Felipe Caicedo - quienes, a partir de ahí, no dejaron descansar al equipo rival. Pero, cuando menos se lo esperaba, al equipo de Sergio González se le escapó el partido de las manos, ya que, en el último minuto de juego, Álex Menéndez puso punto y final a las esperanzas periquitas marcando el segundo gol para el Sporting.

Falta de concentración

Durante los primeros minutos del partido, el Espanyol a penas pudo completar más de tres pases seguidos. Las imprecisiones en los pases y los malos controles ayudaron a que la pobre pressión del Sporting fuera más efectiva. Pasado el primer gol de los asturianos, los errores fueron disminuyendo y se vio a un Espanyol más sólido defensivamente y con más llegada arriba, ya que no fue hasta el minuto quince de partido que los periquitos entraron en el área rival.

A medida que la primera mitad avanzaba, el Espanyol fue acorralando al Sporting y dispuso de varias ocasiones claras. Hasta que, en el minuto 28, Caicedo provocó un penalti que el mismo acabaría fallando. El ecuatoriano fue derribado dentro del área pequeña por Bernardo, quien vio tarjeta amarilla pero, desgraciadamente el portero Alberto García adivinó las intenciones de Caicedo y desvió el chut.

Alberto adivinó la trayectoria del balón.

A pesar de que el Espanyol fue creciendo en el campo, los asturianos también dispusieron de otras ocasiónes para aumentar las distancias - propiciadas por errores defensivos - pero no encontraron portería.

Cambio de actitud

En la segunda mitad, el Espanyol entró con un objetivo: remontar el partido. Los periquitos salieron a morder y en menos de diez minutos, pusieron el miedo en el cuerpo a los rojiblancos. Dispusieron de varios córners, chuts lejandos y aproximaciones timidas al área rival, hasta que, tras una magnífica asistencia de Cañas a Duarte, el defensa le cede el balón a Caicedo para que éste solo tenga que realizar un toque para enviar el esférico al fondo de la red. A partir de entonces, el equipo de Sergio González se vino arriba y acorraló al Sporting en su propio campo.

Todo apuntaba a que el partido acabara en tablas, puesto que el Espanyol desaprovechó numerosas ocasiones y el Sporting tampoco hizo méritos para marcar, pero en el último minuto los asturianos sentenciaron el partido con un gol de Álex Menéndez y propiciado - otra vez - por una falta de concentración en defensa.

Oportunidad perdida

Minuto 28. Caicedo planta el balón en el punto de penalti. Respira. Toma carrerilla y chuta. El estadio enmudece al ver que el balón es interceptado por Alberto. El portero adivinó la trayectoria del esférico e impide que el Espanyol sumara un gol al marcador. A partir de ahí, Caicedo desaparece, está ausente. No es hasta la segunda mitad que vuelve al partido, más brillante que nunca. Y crea peligro, mucho. Hasta que en una bonita jugada de los blanquiazules remata un centro de Duarte y que a Alberto le resulta imposible parar. Gol. El Espanyol revive y respira aliviado.

Caicedo y Víctor Sánchez celebrando el gol.

Aún así, tres minutos después, el ecuatoriano es sustituído por Gerard Moreno. El catalán no podrá acabar el partido y marchará lesionado y, por lo que ha dejado entrever Sergio, estará tiempo sin pisar un estadio. ¿Fue injusto el cambio de Caicedo? Se podría decir que sí, ya que en su mejor momento del partido, cuando acababa de marcar un gol, se fue al banquillo. Poco premio para tan gran hazaña.

Lo que sí se puede afirmar es que el Espanyol tendrá que esperar como mínimo dos semanas para poder sumar algún punto más. Hasta entonces, el equipo de Sergio tendrá que trabajar y mejorar para dar otra alegría a su afición.