Por mucho empeño que se ponga en que la Supercopa de Cataluña gane enteros como uno de los trofeos más importantes del territorio catalán no hay fórmula que lo consiga. La joven copa, que se creó en 2012 y no se inauguró hasta 2014 para favorecer el deporte catalán, siempre ha estado envuelta de polémica y la presente edición ya ha sido retrasada tras un acuerdo entre el Espanyol y el FC Barcelona.

El acuerdo se ha llevado a cabo en una reunión entre José María Calzón, delegado espanyolista; Albert Soler, director de deportes profesionales barcelonista y Andreu Subies, presidente de la Federación Catalana de Fútbol. En la cita se ha acordado retrasar la fijación de la fecha del encuentro hasta enero de 2016 por los pocos huecos que deja el ajustado calendario liguero.

Tanto Espanyol como Barça se han comprometido a jugar el trofeo con todos los jugadores del primer equipo que les sea posible. En la única edición de la Supercopa catalana, que se llevó el club blaugrana, hubo mucha presencia de jugadores de los filiales de ambos equipos.