Popularmente se cree que la fe mueve montañas. Proponerse un objetivo y perseverar hasta la final sin desfallecer, en teoría, tiene premio. El Eldense no desistió y acabó llevándose de la Dani Jarque 3 puntos que dejan el sabor a gloria a la altura del betún. El Espanyol B sólo pudo no agachar la cabeza.

En la ciudad deportiva espanyolista se daban cita dos rachas de tomo y lomo. El Espanyol B todavía no había perdido ante su afición; mientras que el Eldense llevaba cinco partidos invicto. En este contexto se planteaban dos opciones: un empate y reparto de puntos para seguir las dos dinámicas - una alternativa que ni Lluís Planagumà ni José Emilio Galiana firmaban - o ir con todo y que pasara lo que tuviera que pasar. Tácitamente los dos equipos aceptaron el segundo camino.

Al poco de empezar el encuentro el Espanyol B se topó con una falta peligrosa sobre Rufo. Marc Navarro, capitán y nuevo lanzador de faltas, agarró el balón y le arreó un latigazo para poner el primero.

El Eldense quedó noqueado y el Espanyol B, otra vez a balón parado, volvió a golpear. Lluís López, que parece abonado al gol, remató espléndidamente un córner servido por Serrano.

Los visitantes esta vez sí supieron reaccionar. Los de Galiana empezaron a presionar más arriba y acabaron robando un balón en zona peligrosa y Carlos López no perdonó con un chute desde la frontal.

Rápidamente el filial periquito se rehizo. El conjunto local, que aprovechó su rapidez siempre que pudo - Juanan Entrena hizo gala de su velocidad punta cada dos por tres -, se plantó en tres toques en el área rival y Dalmau cedió a Rufo al segundo palo. El hijo pródigo del espanyolismo se estrenó como goleador al empujar el balón delante de Marcano, que llegó a tocarlo y frenarlo.

Quim Araújo, que por algo es mago, se echó al Eldense a la espalda. El jugador catalán estuvo en el sitio indicado para rematar un córner y a los pocos minutos de la reanudación completó el empate tras sentar a su defensor con tres bicicletas y disparar al palo de Andrés.

El festival de goles siguió con la remontada del Eldense. Galiana ajustó las clavijas del conjunto deportivista desde la grada mientras Planagumà asistía atónito a la caída del Espanyol B. Mientras el entrenador azulgrana la tomó con la barandilla el técnico catalán dejó de lado su maltratada botella de agua para tomarla a puñetazos contra el césped cuando el Eldense marcó el cuarto Diego Ruiz ante una defensa con complejo de madre.

La remontada total e incontestable llegó cuando el Espanyol B se lanzó a la desesperada. El filial se volcó en un córner y Torito, el jugador más bajo, se quedó haciendo la cobertura. El lateral fue el encargado de devolver el balón al área deportivista con un cabezazo que fue devuelto por un jugador rival para iniciar un contragolpe sin oposición. El quinto gol fue el resultado.

Pero competir significa que hay que hacerlo hasta el final. Y el Espanyol B es de esos equipos que lo hacen aunque todo esté en contra. Lluís López volvió a rematar otro córner e hizo el gol final del partido, aunque Simón pudo poner la Dani Jarque patas arriba si al poco del final hubiera refinido ante Marcano.

La épica remontada del Eldense le ha permitido encadenar su sexto partido sin perder y afincarse en la cuarta plaza con 17 puntos. El Espanyol B, víctima de ceder ante los visitantes en ciartas partes del partido, continua con sus 11 puntos en la posición 12.