A lo largo de los últimos años, puntuar fuera de casa ha sido una de las asignaturas que han quedado pendientes de aprobar por parte de los técnicos pericos. La mala racha llegó con Pochettino. Con él en el banquillo se consiguió ganar al Barcelona en su estadio, pero esta fue una de las dos únicas victorias que los blanquiazules consiguieron a domicilio en toda la temporada. Con Aguirre el problema persistió y con la primera temporada de Sergio se dieron algunos síntomas de mejoría.

La temporada pasada el equipo consiguió sumar 19 puntos lejos de Cornellà en 19 encuentros. Este año las cifras no son muy diferentes (6 puntos en 7 partidos), pero los pericos llevan tres jornadas enlazando derrotas a domicilio. Tras vencer con autoridad al Betis en el Villamarín, todo han sido malos resultados lejos del Power8. Derrota por tres goles a cero en Vallecas, vuelta de vacío desde San Mamés y superados por la mínima en el Calderón. Tres partidos donde los de Sergio no han conseguido ni un solo punto y tan solo han podido marcar un gol.

El bagaje ofensivo es prácticamente nulo, pero donde existen verdaderos problemas es en defensa. La zaga blanquiazul ha encajado una media de dos goles en estos últimos tres partidos. La media es aún más alta si vamos a los datos globales de lo que llevamos de campeonato. El Espanyol ha encajado 15 goles en seis partido, cifras que le valen el puesto de tercer equipo más goleado fuera de casa. Con 25 dianas en contra en 14 partidos, el equipo de Sergio, junto con Levante y Rayo, es a quien más le marcan de La Liga.

Este fin de semana el Espanyol visita Balaídos, un campo donde no consigue ganar desde el año 2007 (0-2). Una nueva prueba de fuego para los jugadores, quienes querrán reenganchar a la afición tras los pitos de las últimas jornadas.