El Alcoyano llevaba desde 2007 imponiendo su ley contra el Espanyol B. El conjunto alcoyanista era una de las bestias negras del Espanyol B, que por más que lo intentara no podía pasar del empate. Era el momento de que el filial blanquiazul se deshiciera de los grilletes deportivistas y se alzara en armas para alejarse del descenso.

La teórico superioridad de los visitantes se hizo notar desde el primer momento del partido. El Espanyol B, cuando se enfrentar a equipos con mayores aspiraciones, tiende a ceder el dominio del primer tiempo al contrincante para poder cogerlo desprevenido. Cumpliendo con el guion habitual el Alcoyano se adueñó del balón y merodeó el área de Andrés Prieto como una manada de lobos andan en círculos en torno a una posible presa.

La defensa del Espanyol B, con dos titulares sancionados, hizo su trabajo con efectividad pero sin mucho esfuerzo. La zaga, como gato panza arriba, se adelantó, cortó y pidió el fuera de juego cuando fue necesario. Marc Roca, el parche en el lateral izquierdo, rindió a buen nivel y no desentonó.

Marc Navarro probó suerte con un tiro de falta y Adrià Dalmau, de vuelta tras su leve lesión, probó al portero alcoyanista en un par de ocasiones. En la última de ellas, el delantero balear se plantó completamente solo en el área rival pero cuando tuvo que decidir si avanzar o definir eligió adentrarse más en las entrañas deportivistas para acabar malbaratando una buena ocasión. El Alcoyano, sin embargo, tuvo una oportunidad de marcar todavía más clara. Álex Rubio definió demasiado alto con la portería vacía después de que Andrés Prieto quedara vendido.

En el segundo tiempo el Espanyol B apretó los dientes, como siempre acostumbra a hacer en los últimos 45 minutos, y puso en problemas a un Alcoyano que tocaba y tocaba por mera inercia, para desesperación de un nervioso Andrés Palop.

La gasolina se le fue acabando al Alcoyano mientras que el Espanyol B comenzaba a carburar sin necesidad de aminorar la marcha, que ya de por sí era superior a la alcoyanista. Los pupilos de Palop no llegaban a tiempo a la presión y Álex Serrano y Borja Martínez asumieron el control del centro del campo. Sin embargo, no había manera de que ningún equipo traspasara las seguras zagas.

El encargado de imponerse a la defensa del Alcoyano tuvo que ser otro defensa, que un poco más y tendrá que cambiar su posición en el campo por una más avanzada. Marc Navarro, un lateral de aquellos de marcar y lo que surja, cabeceó como pudo, casi con la giba, para colocar el esférico en la escuadra rival.

El gol en contra hizo espabilar al Alcoyano. El conjunto visitante consiguió acorralar al Espanyol B en los últimos minutos del partido pero no fue suficiente, ya que al final se fue de vacío de la Dani Jarque. El filial periquito se llevó los tres puntos y acabará el 2015 a una distancia considerable del descenso.