El Getafe salió mucho más intenso que el Espanyol. La muestra más significativa de ello fueron los tres córneres que sacó  con mucho peligro el conjunto azulón. Los lanzamientos desde la esquina de Sarabia se transformaron en un larguero y una media volea de Cala que se estrelló en un jugador periquito. El conjunto de Galca necesitaba aire a base de estirar el equipo y ahuyentar a los atacantes locales.

El Espanyol lo consiguió. Y con más tranquilidad, sin que el Getafe tuviera oportunidad de agobiar a lo espanyolistas, el conjunto blanquiazul encontró la manera de abrirse paso en territorio azulón. Víctor Álvarez subió por la banda izquierda y sin pensárselo centró de primeras. En el área pequeña Caicedo falló el cabeceo pero por detrás suyo, sin que nadie le marcara, apareció Hernán Pérez para marcar de cabeza.

En la siguiente jugada el Espanyol pudo poner tierra de por medio con el Getafe. Los de Fran Escribá estuvieron solamente dos minutos noqueados y el Espanyol perdonó y lo pagó. Pedro León sacó la varita para controlar un balón que acababa de ser repelido por el larguero. El murciano, escorado y con oposición, se hizo hueco con un movimiento muy simple y chutó raso para que Pau López, tapado por varios jugadores, se tirara al suelo con mucho instinto pero poco acierto.

La dosis de moral no acabó para el Getafe ya que siguió buscando acabar la remontada en la primera mitad. Alrededor de Pedro León y Sarabia se organizaban los ataques azulones. El Espanyol no era capaz, dejando una vez más patente los cuantiosos problemas en defensa, de parar el alud tintado de azul. Y Sarabia hizo el segundo en una jugada en la que la zaga periquita quedaba retratada.

Los problemas del Espanyol se acrecentaban a cada minuto. La llegada de Galca y su consiguiente aire fresco parecían haberse desvanecido por completo. La idea del técnico rumano estaba clara pero los jugadores no conseguían llevarla a cabo, principalmente por una defensa incapaz de sacar en balón por algún medio que no sea el balón largo y un centro del campo falto de actitud ofensiva.

La leve lesión al comienzo del segundo tiempo de Diop, conmocionado por un fuerte golpe, sirvió para que Jordán refrescara a un Espanyol falto de ideas en los metros finales. El propio Jordán pudo haber chutado una falta muy peligrosa para los beneficios del Espanyol; sin embargo, fue Salva Sevilla el lanzador. El almeriense eligió la trayectoria más complicado pero a punto estuvo de salirle bien. En una acción muy afortunada para Guaita el balón pasó raso por fuera de la barrera, fue escupido por el poste, luego por la pierna del portero y acabó despejado por un defensa a córner.

El Espanyol siguió intentando lo que parecía imposible. Incluso los periquitos lograron arrinconar en los minutos finales pero no fue suficiente para un Espanyol blando en defensa. Moi Gómez, en los últimos instantes, acrecentó la crisis espanyolista.

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Sobre el autor
Héctor Farrés
periodismo. Siempre al lado del Espanyol. Muy en contra de la Liga española y sus desigualdades. Prefiero la Premier y el Aston Villa.