Punto y final. El Espanyol continuará en Primera División la próxima temporada salvo hecatombe o una combinación poco probable de resultados en la parte baja de la tabla. El conjunto de Galca se impuso al Sevilla por 1-0 gracias a un solitario gol de Felipe Caicedo, que volvía a la titularidad después de tres jornadas. El conjunto periquito suma ya 40 puntos en la clasificación, una cifra a priori suficiente para mantener la categoría. 

Emery no convocó ni a Gameiro ni a Krychowiak

Constantin Galca planteó un once conservador y cargó de centímetros la parcela defensiva con Enzo Roco y Óscar Duarte, actuando el segundo en la medular como pivote de contención junto a Diop y Víctor Sánchez. La idea de Galca era la de contrarrestar el juego aéreo del Sevilla, centrado en Llorente e Iborra. La dinámica de ataque del conjunto andaluz era la misma en cada jugada: saque en largo de Sergio Rico, prolongación de Iborra hacia Llorente. Unai Emery admitió en rueda de prensa que iba a reservar a varios futbolistas pensando en el choque europeo del próximo jueves contra el Shaktar Donetsk. Es por eso que alineó a tres jugadores del filial (Cotán, Curro y Matos) y a los menos habituales (Diogo y Fazio). El número de canteranos se amplió hasta los cinco contando a David Soria, y a Diego González, que esperaron su oportunidad desde el banquillo. Además, puntales del equipo como Kevin Gameiro o Krychowyak se quedaron en la capital hispalense. 

Un muro defensivo

A nivel defensivo, el Espanyol de Galca hizo muy pocas concesiones a un Sevilla que dependía en exceso de los balones sueltos que le caían a Llorente: el preparador rumano ideó un marcaje al hombre a Vicente Iborra por parte de Óscar Duarte que anuló tanto la efectividad del mediapunta como la salida de balón del conjunto andaluz. Tan útil resultó el planteamiento del Espanyol que el Sevilla no tiró a puerta en todo el partido. Además, las concesiones a balón parado fueron mínimas, tanto a nivel de córners como faltas peligrosas. 

La apuesta por Rober Correa respondía a la baja por lesión de Arbilla y a la sanción de Javi López por acumulación de amarillas. Lejos de decepcionar, el canterano rindió a un nivel muy alto tanto a nivel ofensivo como a nivel defensivo, llegando a salvar a su equipo de una contra liderada por Fernando Llorente: el defensa extremeño atravesó el campo para quitarle el balón al delantero rojiblanco, ganándose el favor de una grada que se había mostrado hostil en anteriores ocasiones. 

El factor Felipe Caicedo

El ecuatoriano volvió al once inicial después de superar los problemas físicos que le mantuvieron al margen de la disciplina del primer equipo las últimas jornadas. Los servicios médicos del Espanyol presionaron para que el jugador llegase a tiempo y Galca llegó a asegurar que el jugador estaba para jugar más de 90 minutos. Con esa situación, Caicedo salió de inicio, aunque estuvo poco participativo tanto en la elaboración del juego como en la definición, ya que la estrategia del Espanyol de salir en largo desde atrás resultó inútil ante la altura de Fazio y Kolo. Aún así, el buen posicionamiento del delantero fue lo que marcó las diferencias y permitió al equipo adelantarse en el marcador: Caicedo empujó a la red un balón que Sergio Rico había despejado mal despúes de una muy buena jugada de Marco Asensio. Era el minuto 51 y el estadio enloqueció; veía más cerca el sueño de la salvación y poder llegar a las últimas jornadas sin sufrir. 

El gol de Caicedo dio alas al Espanyol

Gerard Moreno entró en el campo en el minuto 60 para sustituir al ecuatoriano y el equipo ganó en profundidad y en peligro. Una aproximación en ataque del Espanyol conducida entre Asensio, Gerard y Hernán Pérez desembocó en una triple ocasión fallada: primero, Sergio Rico, segundo, un defensa y tercero, un balón al palo. El partido se abría y el Espanyol seguía atacando, hasta que Galca decidió sentar a Correa para dar entrada a Cañas, formando así Álvaro en el lateral derecho y Duarte y Roco como centrales. La amenaza aérea del Sevilla fue a menos con la entrada de Juan Muñoz por Llorente, así como por la calma de un Iborra que contuvo su ímpetu después de ver la cartulina amarilla.

El factor campo 

La campaña de entradas por parte del Espanyol tuvo como consecuencia una imagen del estadio más llena que de costumbre: 27.654 espectadores ocuparon los asientos de Cornellà, la segunda mejor marca de asistencia de toda la temporada. En la grada se vivió una imagen inusual, la de los dos grupos de animación alentando al equipo al unísono. La división entre La Curva y la Juvenil había hecho mella en el ambiente del estadio, que no sabía cuándo responder. Cuando la división se superó, el equipo lo agradeció: un tifo en el gol Prat dio la bienvenida a los jugadores, una imagen que, junto a las bufandas al viento, alentó a los jugadores blanquiazules a buscar la victoria. 

Las dos aficiones se unieron en los minutos 16 y 21 para recordar a dos ídolos de la afición que murieron como futbolistas profesionales: Antonio Puerta y Dani Jarque. El homenaje consistió en los ya tradicionales aplausos, por partida doble, y en una proyección en el vídeomarcador del mensaje "“Nunca te olvidaremos / mai t’oblidarem” acompañado por una imagen de los dos futbolistas. 

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Sobre el autor
Santiago José Sánchez
Estudio Periodismo y Ciencias Políticas en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Informo para la Cadena SER en Tarragona. En VAVEL escribo sobre el RCD Espanyol. Twitter: @santisanchez94