Roberto Jiménez, el nuevo portero perico, llega a Cornellà con la espalda cubierta de experiencia durante los diez años que lleva jugando en diferentes equipos como Benfica y Olympiacos, ambos jugando en la Champions League. Ahora es el mejor momento de su carrera ya que llega con mucha ambición y con el objetivo de Grecia, dejó su portería a cero en más de la mitad de partidos.  

Roberto no viene al club catalán sin saber nada de sus nuevos compañeros, ya que “con Álvaro, Montañés, Pape, Hernán, Jurado, Reyes y el técnico ya había compartido vestuario”, asegura el guardameta. El recibimiento por parte de los jugadores ha sido el esperado para el guardameta, además asegura que “tenía muchas ganas de regresar a España y volver a coincidir con compañeros con los que ya he jugado siempre es agradable. El recibimiento de todos ha sido magnífico, así que no hay mejor manera de empezar una nueva etapa”.

El de Fuenlabrada, ya tuvo su oportunidad para venir a España, con equipos como Valencia y Villarreal, pero desestimo la oferta hasta este año. “Antes valoré mucho como me trataban en Grecia y la posición que tenía dentro de Olympiacos. Ahora se han dado todos los condicionantes; un proyecto ilusionante y las ganas que han puesto los dirigentes del Espanyol para que viniera. Era el momento adecuado para cambiar de aires” concreta el jugador. Ahora el portero ya ha cumplido 30 años y cree que “es la mejor etapa para un portero”. Respecto los años que ha estado en Grecia, asegura haber vivido una gran etapa. “En Grecia he vivido mi mejor época profesional. Han sido tres años muy importantes en mi carrera y creo que llego al Espanyol en mi mejor momento”.

El guardameta no jugará la Champions League este año con el club perico, pero asegura que “en Grecia no teníamos ese nivel de exigencia que hay en la Champions. En la Liga española cada jornada se asemeja bastante a lo que sería un partido de la máxima competición europea. Volver a jugar una competición europea tiene que ser el objetivo y la ilusión de todo el espanyolismo, pero hemos de ser realistas e ir paso a paso. Las metas las irá marcando el rendimiento”, el guardameta ya ha puntualizado que tanto club como afición tienen que ir poco a poco y eso es la clave del éxito. Asegura que los “diez años como profesional” le dan “una experiencia y madurez” que puede ayudar mucho al equipo “no solo dentro del campo, sino también en el vestuario”. El portero siempre es el que tiene que celebrar los goles solo y el más mirado cuando el contrario marca un tanto, pero él asegura que no siente soledad cuando está en la portería y en Grecia tampoco la noto. “Me involucré mucho en el juego del equipo y me dieron responsabilidades. Me hicieron sentir muy importante. Disfruto mucho de esta profesión, incluso en los momentos de esta soledad” asegura el ex del Olympiacos.

Roberto ha hablado de los estadios de Grecia y su mala fama dentro de la prensa. “Cuando llegas a Grecia ves cosas que nunca pensabas que vivirías, pero con el tiempo te acostumbras. Al principio impresiona mucho. Algunas, como el ambiente y la atmósfera que se crean en los estadios, son positivas, pero hay otras que hay que erradicar y ellos lo saben. Clubes como Olympiacos trabajan para acabar con estas cosas que no se pueden consentir”. Por eso el guardameta no habla de miedo dentro de los estadios de fútbol, pero sí “momentos de tensión dentro del campo en los que no sabíamos que podía pasar, y no es algo agradable. Siempre he confiado en que el futbolista al final está protegido cuando sale a un campo de fútbol a jugar, y las peleas que las aficiones puedan tener van a quedar un poco al margen”. Finalmente, al no saber que podía pasar “por la asiduidad con que se dan estas cosas, a la mínima lo mejor es meterse en los vestuarios” concreto el cancerbero.