“Es un partido vital para nosotros”, dijo ayer Guardiola en rueda de prensa. No solo vital, sino uno de los más importantes de la temporada, ya que, tras el empate de la ida, el Barcelona se jugaba el pase a semifinales de Champions, en las que estará gracias a los tantos de Messi e Iniesta.

Dada la importancia del choque, el técnico azulgrana puso a su once más fiable, en el que finalmente entró Xavi, que había sido duda hasta última hora, así como Cesc, que se quedó en el banquillo en la ida. Aunque la principal novedad fue la apuesta por Isaac Cuenca en detrimento de Alexis Sánchez, probablemente buscando abrir el campo y usar más las bandas para crear espacios en la férrea defensa italiana.

El dibujo táctico del Barcelona presentaba una defensa de tres con Mascherano en la derecha, Piqué de central y Puyol en la izquierda, con un rombo en la zona ancha del campo formado por Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc, con Alves como extremo derecho, Messi por el centro y Cuenca, a banda cambiada, por la zurda.

El Milan salió con un 4-3-3, con el mismo once que en el partido de ida, salvo por la inclusión de Abate en el lateral derecho.

Conscientes de que cualquier error podía provocar un gol en contra, el Barcelona salió con una alta intensidad y con su habitual posesión de balón, mientras el Milan esperaba sus opciones a la contra.

El primero en probar el disparo fue Iniesta, pero salió desviado. Más tarde, fue el Milan el que puso en aprietos al Barça. Primero por una pérdida de los locales, que cogió Ibra y se metió casi en el área pequeña, donde Piqué molestó lo justo para evitar el chut, y después con un centro de Nocerino que sacó Busquets dentro del área.

Messi abre la lata de penalti

No obstante, al Barcelona no le faltaron ocasiones. En una de ellas, Messi salió en carrera, se zafó de la defensa y se fue hacia la izquierda para chutar un balón que murió en las manos de Abbiati.

El argentino disfrutó de varias ocasiones más, como la que se dio tras una buena jugada en la que Alves jugó con Cesc y este pasó de primeras para Messi, que cruzó el disparo y salió lamiendo el palo derecho del meta italiano.

A pesar de las continuas llegadas azulgranas, fue de penalti como se adelantaron los de Guardiola. Todo comenzó con una gran jugada de Messi, que ganó al defensa milanista en carrera, y, cuando parecía que iba a tirar, dio el pase atrás. El esférico acabó de nuevo en sus botas, forzando la entrada de Antonini, que acabó derribándolo y provocando un penalti que el propio argentino se encargó de transformar, ajustándolo al palo derecho de Abbiati, que llegó a tocar el cuero sin poder atraparlo.

El gol en contra obligaba al Milan a reaccionar e imprimirle un plus de intensidad a su juego, lo que intentaban con balones largos y contras que pudiesen aprovechar Boateng, Robinho o Ibra. Precisamente Boateng fue el siguiente en meterse en la cocina y enviar el balón al lateral de la red de Valdés, a lo que Messi respondió con un chut desde la frontal del área, a pase de Iniesta, que fue a parar a las manos de Abbiati.

Ibra y Nocerino fabrican el empate

Ya dijo Guardiola, en la rueda de prensa previa al choque, que contaba con que el Milan marcase, y así fue. Cada llegada del equipo italiano entrañaba peligro y en esta ocasión el peligro acabó en empate. Ibrahimovic dio un pase en diagonal para Nocerino, que batió a Valdés por bajo para establecer la igualada.

El 1-1 daba el pase al Milan, por lo que el tanto fue celebrado con bastante alegría por parte de los visitantes, mientras que el Barcelona volvía a empezar de cero.

Segundo penalti a favor del Barça

Los azulgranas siguieron como hasta entonces, buscando los goles que les diesen tranquilidad. Xavi probó el disparo desde fuera del área, que volvió a sacar, muy atento, Abbiati, como lo hizo más tarde con el de Cesc.

De nuevo fue de penalti como el Barcelona se adelantó en el marcador, esta vez por un claro agarrón de Nesta a Busquets, que acabó derribado. El colegiado decretó la pena máxima y Messi se colocó sobre la marca de los 11 metros para volver a batir al meta italiano, esta vez enviando el esférico al palo izquierdo de Abbiati. Así, el ‘10’ azulgrana suma ya su décimo cuarto gol en Liga de Campeones esta temporada.

Con la ventaja en el marcador para los locales se llegó al final de la primera mitad. Tras el descanso, Pep volvió a la defensa de cuatro, retrasando a Alves al lateral derecho y colocando a Cuenca en banda derecha, su posición natural.

Iniesta aparece para marcar

No tardó mucho en llegar la primera ocasión para los locales, esta vez a balón parado, con un tiro de falta directa que Xavi puso con la pierna derecha y que salió rozando el travesaño. Pero fue Iniesta, que hasta ese momento había estado algo desaparecido, el que aumentó la distancia en el luminoso. Un rechazo tras tiro de Messi le cayó al de Fuentealbilla que, con la derecha, envió el esférico al fondo de las mallas de Abbiati para poner el 3-1 y dar más tranquilidad a su equipo. Un tanto que dedicó a su hija Valeria, que hoy cumple un año.

No dejó el Barcelona de avasallar la meta del guardameta milanista. Messi volvió a intentar el enésimo disparo, que salió por encima de la portería italiana. Pero aún quedaba tiempo y el Milan no se daba por vencido. Valdés se vio obligado a hacer un paradón tras disparo de Robinho, aunque la jugada fue anulada por previa mano del brasileño.

Con el 3-1 empezaron los entrenadores a mover banquillo. Seedorf se marchó con la ovación del Camp Nou para dejar su lugar a Aquilani, mientras que Pep dio descanso a Xavi para dar entrada a Thiago, que tuvo una clarísima ocasión a pase de Messi. El hispanobrasileño cruzó el disparo, que salió desviado, por milímetros, por línea de fondo.

El siguiente cambio fue obligado, al pedirlo Piqué tras tocarse el muslo de la pierna izquierda, por lo que se marchó, por su propio pie, y entró Adriano, mientras que Keita hizo lo propio por Fàbregas, que también había tenido molestias físicas durante la semana. También Pato, que entró en el ’70 por Boateng, se marchó un cuarto de hora después lesionado, dejando su lugar a Maxi López.

El Barcelona duerme el partido

La última mitad de la segunda parte fue bastante tranquila, con pocas ocasiones claras. Los de Guardiola, con más toque que profundidad, intentaban controlar el encuentro y mantener la ventaja en el marcador.

Una llegada de Messi y un buen disparo de Adriano, algo desviado, fueron las mejores oportunidades hasta el final del encuentro, que llegó tras cuatro minutos de añadido.

Así, el Barcelona jugará su quinta semifinal consecutiva de Champions, tras haberse impuesto al Milan en una noche de aniversarios. Puyol cumplía su partido 550 con la camiseta azulgrana, solo superado por Xavi, mientras que Alves sumó el número 200. También Guardiola contó hoy 50 encuentros en Champions, como entrenador.

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