El público del Camp Nou es un público caprichoso. Es un público engreído, impaciente y crítico; y mucho. También es de buen paladar, dicho sea de paso. Podemos señalar que es poco olvidadizo y consecuentemente, bastante rencoroso, así que si el club ficha por un elevado precio, la gente que acude al Camp Nou cada domingo, se va a acordar de dicha cifra en cada partido que el jugador en cuestión juegue. Alexis empezó su andadura en Barcelona con esa pesada carga: 26 millones de euros y 98 mil almas que agradar. Casi nada.

Promesa mundial

El chileno llegó hace tres años a la Ciudad Condal procedente de Udinese, donde realizó una última campaña que le etiquetó como promesa top mundial. Con 22 años lideraba un equipo, junto a un tal Antonio Di Natale, que acabó 4º en la Serie A y anotó 12 goles no siendo un delantero centro. El Barcelona preparó un informe sobre el niño maravilla donde constaba su rapidez, su habilidad regateadora, su juego de espaldas, su dinamismo, su corta edad, su experiencia en 3 ligas, pero sobre todo había un apunte que se subrayó tres veces en color rojo y que fue la llave para su fichaje: capacidad de recuperación de balones. El Barcelona lo tenía claro, su sistema de juego exige presión continua, y no todos los jugadores saben presionar, sobre todo los delanteros, por muchos bemoles que le pongan al asunto.

Pep Guardiola fue su maestro en su primer año en España, un año que se llenó de altibajos, debido esencialmente a un par de lesiones que impidieron continuidad en el juego del tocopillano. Pero rindió adecuadamente para ser su primer año y el tan especial público azulgrana estaba contento, a la espera eso sí, de verlo triunfar definitivamente el año próximo. Alexis fue el extremo que tanto buscaba Guardiola en modo de alternativa al a veces previsible juego interior que caracterizaba al Barcelona. En su primera temporada, el extremo chileno -que no delantero, es importante hacer incapié en esto- anotó 16 goles y 6 asistencias. Con números en mano la temporada de Alexis fue muy notable. Y sin ellos también.

Segundo año criticado

El inicio de su 2º curso en España estuvo marcado por la ausencia de gol, Alexis marraba ocasiones claras, una tras otra; y el público del Camp Nou empezó a disgustarse. Comenzaron los pitos y las pañoladas de un público resultadista. La camiseta de Alexis tras cada partido estaba empapada, sus piernas magulladas, sus pulmones revolucionados y su reconocimiento, ausente. La mente de Alexis seguía siendo la de aquel chico humilde e inocente y no encajó esas críticas. No le hicieron bien, al contrario, le llenaban de presión; y claro, siguió fallando y fallando ocasiones clamorosas. Eso sí, el trabajo táctico de Alexis seguía siendo brillante, espléndido, inusual. Pero eso se ve a través de una pizarra y no sentado en las gradas. El chileno terminó la campaña haciendo goles y repartiendo asistencias por doquier y se quedó con dobles cifras en ambos ámbitos (11 goles y 11 asistencias). Alexis estaba en el punto de mira y el verano se acercaba, Neymar estaba fichado y su salida era una opción seria; pero se quedó, ¿y eso por qué?

Se quedó por una simple razón. El extremo sudamericano no contaba con el apoyo de la grada casi en su totalidad y esto invitaba a reflexionar una salida. Pero Alexis se dio cuenta de que había sido titular en la mayoría de sus partidos, a pesar de críticas de afición y prensa, y que lo era sobre todo en los encuentros vitales; se dio cuenta de que sus entrenadores sí reconocían sus aptitudes. Tanto Pep como Tito sabían de la importancia de Alexis en el esquema del Barcelona, el chileno es un facilitador; para sus compañeros claro. Alexis es ese jugador al que pertenece el 50% del mérito de los goles de sus compañeros, sí, de sus compañeros. El jugador chileno se cruza, arrastra, amplía, verticaliza, fija, confunde a los defensores con su marcas, roba… y todo esto para colocar la alfombra roja y que algún compañero tenga sendero apacible hacia el gol. Habrá que preguntarle a sus compañeros qué opinan del juego de Alexis.

La complejidad táctica que ofrece Alexis es tan preciosa que cada pito que sale de la grada resulta doloroso

Muchos se sorprenden del nivel de Alexis este curso 2013/2014. Pero, ¿de qué se sorprenden? De que ahora mete goles a pares, supongo, no será de lo que aporta a su equipo, porque Alexis lleva jugando así desde el primer día que se puso la casaca de barras azulgranas. Ha tenido el chileno que marcar 5 goles (y 5 asistencias, pero parece que esto no cuenta) para que algunos se den cuenta de que eso que dijo nuestro protagonista, “soy un jugadorazo”, en un alarde de egolatría totalmente compensado por la infravaloración a la que fue sometido, era totalmente verdad; Alexis es un jugadorazo. La complejidad táctica que ofrece el chileno es tan preciosa que cada pito que sale de la grada resulta doloroso, insultante. Resulta que para el Tata Martino, también el extremo es titular indiscutible, vaya por Dios, ya van 3 expertos en fútbol que coinciden. Si quieren un cuarto, pregunten a un tal Marcelo Bielsa.

En definitiva, nada cambió en el juego de Alexis años atrás y ahora, sólo que la bola ahora entra y antes no, y así se mide el nivel de un futbolista en la prensa. El chileno, mientras, seguirá aportando su 50% en los goles que marcan los Messi, Fàbregas, Neymar y compañía y no se le reconocerá proeza alguna. Y es que Alexis es un guerrero y acostumbra a ser el último en los aplausos, Alexis es el último tocopillano.

Fuente fotos interiores: Tutto Sport y FCB