Milan y Barcelona, Barcelona y Milan. Son 15 los futbolistas que han compartido los colores de ambas camisetas en su trayectoria profesional. En la actualidad ninguno de los jugadores que está en las plantillas de ambos equipos ha vestido ambas camisetas en su carrera, pero en su día futbolistas de la categoría de Ronaldo, Ronaldinho, Rivaldo, Kluivert o el mismo Ibrahimovic lo hicieron. San Siro y el Camp Nou fueron su hogar durante un tiempo, descubre quienes fueron estos 15 peones.

Demetrio Albertini. El centrocampista italiano entró con 14 años en las categorías inferiores del club de su vida, el Milan. Tres años más tarde de su llegada, con solo 17 años, debutó con el primer equipo. Jugó en las filas rossoneras desde el 1991 hasta el 2002, cuando Carlo Ancelotti apostó por un joven llamado Andrea Pirlo en detrimiento de Albertini. Tres años después, tras un breve paso por el Atlético de Madrid, la Società Sportiva Lazio y el Atalanta, fue a parar al Barcelona, club en el que solo disputó cinco partidos y donde puso fin a su carrera. Antes de hacerlo, sin embargo, tuvo tiempo de sumarle una Liga y una Supercopa de España.

Winston Bogarde. El holandés llegó al FC Barcelona de Louis Van Gaal tras un tímido paso por el Milan, donde apenas llegó a jugar tres partidos. El defensa fue cuestionado en las dos temporadas que firmó con el club azulgrana (del 1998 al 2000), antes de marcharse a la Premier con el Chelsea, equipo donde se retiró (2005). Con el conjunto catalán alcanzó dos Ligas y una Copa del Rey.

Francesco Coco. Debutó con el AC Milan en 1995. En el club rossonero no dispuso de muchos minutos, y en esa etapa estuvo cedido a varios clubs como el Vicencia Calcio y el Torino, antes de regresar al club rojinegro para realizar su última y mejor temporada como jugador del Milan. El año siguiente lo pasó cedido en el Barcelona, dónde no acabó de cuajar y solo estuvo una temporada. Al culminarla, el club azulgrana no quiso hacer efectiva su incorporación. En 2007 y con 30 años, el jugador decidió retirarse del fútbol para intentar una carrera como actor.

Ronaldo. El delantero brasileño llegó a Barcelona el 1996, dónde jugó bajo las órdenes de Bobby Robson. En plena era post-Cruyff fue una de las piezas claves de un Barcelona que, en esa campaña, ganó la Recopa, la Copa y la Supercopa de Europa. Sólo estuvo un año, pero logró una marca espectacular: 47 goles en 49 partidos jugados, que le valieron la Bota de Oro, convirtiéndose el ganador más joven del galardón. En AC Milan fue su penúltimo club antes de retirarse. Jugó dos temporadas en el equipo italiano (del 2006 al 2008), en los que sólo anotó 9 goles en 20 partidos jugados. El Barcelona lo propulsó a la alta esfera del fútbol europeo y mundial, consolidándose unos años más tardes en el Real Madrid.

Rivaldo. Jugó cinco temporadas como azulgrana, con unas estadísticas, si más no, envidiables. Especialmente destacó la campaña 2000-01, en la que su registro goleador alcanzó los 36 goles en todas las competiciones. En 1997 el Barcelona se hizo con sus servicios tras una buena temporada en el Deportivo de La Coruña con un objetivo: hacer olvidar a Ronaldo. En el Barça logró convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo a finales de los '90. El 1999 ganó el Balón de Oro tras los méritos conseguidos como culé. El 2002 abandonó el club con 124 goles en sus botas, dos Ligas y una Copa del Rey. En el AC Milan firmó dos discretas temporadas.

Edgar Davids. Al igual que Bogarde, llegó al Milan procedente del Ajax el 1996. En el club lombardo sólo jugó una temporada, antes de marcharse durante siete años en la Juventus. En el mercado de invierno de la temporada 2003-04 Davids llegó cedido al Barcelona, el primer curso de Ronaldinho en el club. Sólo consiguió ser subcampeón de la Liga ese año, y se fue a final de temporada al Inter de Milán.

Christophe Dugarry. Llegado del Girodins de Burdeos, equipo en el que compartió vestuario con Zidane, el 1996 Dugarry fichó por el Milan de Berlusconi. El delantero francés no se afianzó al equipo rossonero y al finalizar la temporada se fue cedido al Barcelona. Si en el club italiano marcó cinco goles en 27 partidos, en el catalán no logró ninguno en los siete enfrentamientos que disputó con la camiseta azulgrana.

Patrick Kluivert. El 1997, afianzado en el difícil mundo del fútbol como uno de los arietes más cotizados de Europa, decidió firmar por el AC Milan. Su paso por el club italiano no fue tan exitoso como se esperaba, no acabó de adaptarse al fútbol del Calcio y a finales de año se fue traspasado al Barça, dónde muy rápidamente logró la titularidad. En el club catalán estuvo un total de seis temporadas, logrando tocar el éxito por fin. Su primer curso fue el mejor de su estancia en Barcelona, anotando 15 goles en 35 partidos y añadiendo la Liga a su palmarés particular. En sus siguientes campañas como azulgrana no logró ningún otro título. El 2004, con la gran remodelación que hizo Laporta en el Barcelona tras los cinco años en el dique seco, Kluivert fue una de las bajas que sufrió el equipo.

Michael Reiziger. El lateral derecho holandés fichó por el Milan el 1996, pero sólo disputó una temporada con el club italiano. El año siguiente se marchó al Barcelona, equipo en el que estuvo defendiendo la zaga azulgrana hasta 2004. Jugó 170 partidos como titular, y su empuje, sus marcajes y su rapidez aún se siguen recordando en la afición culé.

Ronaldinho. Su sonrisa cautivó a la afición culé cuando ésta menos sonreía. Aterrizó en Barcelona en el 2003 de la mano de Joan Laporta. Su fichaje esperanzó y devolvió la alegría a un club que pasaba una época oscura. La idolatración por este brasileño lo llevó a convertirse en uno de los mejores a nivel mundial, logrando hacer levantarse y aplaudir a todo el Santiago Bernabeu y consiguiendo el 2005 el preciado Balón de Oro. El 2005-06 fue la pieza clave para conseguir la Champions de París, y en su palmarés pudo sumar dos Ligas y dos Supercopas de España. Su evolución fue en declive, hasta que finalmente el 2008 tuvo que abandonar el club azulgrana para marcharse al Milan, donde jugó tres temporadas.

Maxi López. Tras la lesión de Henrik Larsson, el Barcelona decidió hacerse con los servicios del delantero argentino (provinente del River Plate) en el mercado de invierno de 2004. En el club catalán estuvo dos temporadas en las que, apartado durante meses del terreno de juego por una rotura en el quinto metatarsiano del pie derecho, sólo logró una acción recordable contra el Chelsea en Champions (marcó un gol) del 2005. Frank Rijkaard apenas contó con él y el 2006 se fue cedido al Mallorca. En 2012, tras pasar por distintos clubs, el Milan decidió ficharle en el mercado de invierno también dónde solo jugó la segunda vuelta.

Mark van Bommel. Fichó por el Barcelona el 2005, cumpliendo el sueño de su vida. Sólo estuvo un curso en el club pero fue una temporada clave. Fue titular en la final de la segunda Champions del Barça, ganó la Liga y la Supercopa de España. Pese a esto, el 2006 anunció su fichaje por el Bayern de Munich, dónde jugó hasta que el 2011 el AC Milan lo fichó. Estuvo sólo un año y medio en el club rossonero.

Gianluca Zambrotta. El lateral italiano, provinente de una Juventus que acababa de descender, llegó en el ocaso del Barça de Rijkaard el 2006. Es el único club no-italiano en el que el jugador ha jugado. No llegó a consolidarse en el fútbol español y decidió volver a Italia tras la renovación del equipo con la llegada de Guardiola. Del 2008 al 2012 estuvo en el AC Milan.

Zlatan Ibrahimovic. El sueco llegó al Barcelona el 2009 como el fichaje estrella de la temporada, convirtiéndose ipso facto en la compra más cara de la historia del club. Ni más ni menos que 70 millones de euros desembolsó el Barça para hacerse con el delantero del momento que tenía ficha del Inter de Milán. La imperial presencia de Messi en el equipo y el estilo de juego de Guardiola, no cuajaron en el sueco que, a pesar de empezar bien la temporada, terminó regresando a la Serie A el curso siguiente con polémica servida. Esutvo dos años en el equipo lombardo y fue decisivo en lograr la Liga italiana ese mismo año.

Bojan Krkic. Provinente de La Masía, el canterano azulgrana llegó al primer equipo con todas las esperanzas culés puestas sobre él. Consiguió alzarse como el máximo goleador en las seis categorías que jugó en las categorías inferiores. La campaña del 2007-08 subió al primer equipo convirtiéndose, frente al Villarreal, al jugador más joven (17 años) en anotar un tanto con la historia del equipo. Rijkaard fue quien confió en él para hacerle debutar, y Guardiola quien sentó en 2010 al mediático Ibrahimovic por el de Liñola. El mediapunta consiguió con el club de sus sueños tres Ligas, dos Supercopas de España y una Copa del Rey, hasta que Pep Guardiola, quién decidió apostar por él sentando al sueco, decidió dejar de contar con él en 2011. El joven se marchó cedido a la Roma una temporada, antes de fichar por el Milan en agosto del 2012. En el club italiano firmó 10 goles en 64 partidos y tras otro curso en la Serie A, acabó marchándose al Ajax en julio del 2013, equipo en el que sigue jugando cedido por el Barcelona.