El gran partido de la jornada contará con un duelo extra más allá del de dos equipos que se juegan el liderato: el cara a casa de dos delanteros, Leo Messi y Diego Costa. Tras un año en el que las lesiones no le han respetado Messi regresó al terreno de juego después de dos meses alejado del césped en el partido de Copa del Rey frente al Getafe. Su vuelta coincide con un Atlético de Madrid con dos grandes nombres propios; Cholo Simeone y Diego Costa. Uno por haber revolucionado el club desde la banqueta desde que llegó y el otro por haber realizado una primera vuelta de escándalo.

El momento de Diego

Las últimas temporadas colchoneras han estado caracterizadas por ser ‘la era de Simeone y Falcao’. Fueron los protagonistas de un Atlético que alzó la copa de la Europa League y que logró arrebatarle una Copa del Rey al Real Madrid de la última temporada de Mourinho.

Por eso, su marcha el pasado verano se antojó crítica para un equipo que se había quedado sin su ‘tigre’ ejerciendo de líder en la delantera. Tenaz y perseverante, apareció un Diego Costa antes a la sombra del ‘cafetero’ que tomó las riendas del bloque ofensivo.

Fotografía: Apo Caballero (VAVEL)

Diego Costa es un jugador con fama de ‘tipo duro’ por la facilidad de provocación que tiene y por la dureza de su juego que se ha convertido en uno de los mejores ‘nueves’ puros del panorama europeo. Sin ser un jugador con la formación educofutbolística que puede tener Leo Messi, es una auténtica bestia cuando se acerca al área rival. Ariete poco convencional, no se espera a recibir el balón cerca del área pequeña para rematar, sino que es un delantero dinámico que puede aparecer tanto por la izquierda como por la derecha. Vertical, feroz e imparable con el balón en los pies.

El hispano-brasileño tiene un nuevo reto: marcar ante el Barcelona. El delantero colchonero nunca ha logrado hacer descansar el cuero en la red en ninguno de los encuentros que ha disputado frente al cuadro azulgrana. Los datos son una llamada a la esperanza para el pupilo de Simeone, ya que en la vigente campaña solo se le han resistido cuatro clubs: Real Sociedad, Espanyol, Málaga y Villarreal. Segundo máximo goleador de esta Liga, el hambre está asegurada para un jugador de proyección imparable.

Messi y su regreso al césped

El caso de Messi es un caso aparte. Si normalmente se espera de la vuelta de un jugador al terreno de juego que sea progresiva, con Messi bastaron unos pocos minutos contra el Getafe y tres entrenamientos para empezar a carburar y maravillar. Se especula ya con su vuelta al once titular por todo lo alto, y es que el argentino pertenece a la aristocracia del fútbol.

Es el jugador más desequilibrante de la vigente generación de futbolistas. Un mediapunta con más gol que cualquier ‘9’ puro y de registros exorbitantes. Deborador de récords, Martino dijo de él “verle con mirada asesina”, y es que no es para menos. Él solo se ha encargado de liquidar los grandes mitos de la historia del fútbol.

Fotografía: Carla Cortés (VAVEL)

Messi brilla tanto en los partidos importantes como en los enfrentamientos menos llamativos, y es que parece que el astro argentino no tenga ni un día de descanso; se obliga a sí mismo a hacer relucir su acurada técnica y calidad individual en absolutamente cada minuto que está sobre el césped.

Si bien es cierto que el 2013 no ha sido su año y que las lesiones le han alejado de su quinto balón de oro consecutivo, la realidad es que la importancia a nivel mundial del ‘mesías’ y la imprenta que ha dejado en el fútbol y que sigue dejando es ineludible.

Martino sabe que contar con un jugador así le permitirá competir seriamente por cualquier competición. Y más aún cuando, siendo uno de los jugadores que contra más come, más hambre tiene, lleva más de dos meses sin probar bocado.

Por muchas lesiones que haya sufrido, la realidad es que su presencia en el campo es palpable tanto para sus compañeros como para sus rivales. Es el tercero en tabla de máximos goleadores de la Liga de Campeones, el primero que marca 5 goles en un partido de esta misma competición, el autor del hat-trick más rápido de la Champions, el máximo goleador de la Liga Española del Barça, el jugador que más goles ha marcado en un año natural, el Mesías, «la pulga», el astro argentino. Récords mil y apodos varios para una misma persona, Leo Messi. Su trono, hoy por hoy, es indiscutible.

Duelo de calidad

Regates. A pesar de que el colchonero no es un experto del regate, no tiene miedo al uno contra uno y le echa corazón, realizando un regate sin florituras. Sin embargo, Messi es especialista en el dribbling en corto.

Pérdida de balones. Cuando ‘la pulga’ empieza a conducir el balón ya pueden pasarle por delante cinco o seis zagueros que no interrumpirán la carrera del azulgrana. Diego Costa cuando agarra el balón también es imparable y difícilmente la defensa rival logrará arrebatarle el balón de los pies por méritos propios. Sus pérdidas de balón están más propiciadas por sus propias imprecisiones.

Remate. Uno de cada tres disparos del delantero rojiblanco acaba en gol. La eficiencia rematadora de Diego Costa lo ha llevado a ser el segundo máximo goleador de la Liga. Messi no perdona en los remates y suele inventarse disparos que pocos porteros son capaces de detener.

Juego aéreo. En este aspecto el claro ganador es Diego Costa. Su altura y su portento físico lo hacen un auténtico especialista en el remate de cabeza, habiendo marcado la mitad de sus goles en la pasada campaña de esta forma. Éste también coincide con el punto flaco de Messi, que debido a su altura prefiere rematar con sus botas.

Desmarques. Costa gana muy bien la espalda a su marcador. Dispone de velocidad e inteligencia para ello y sabe buscar el espacio. Messi tiene más problemas con ello, pues a menudo es marcado por varios jugadores de un mismo equipo. A pesar de ello, ‘la pulga’ siempre consigue inventar espacios y desmarcarse para hacer brillar sus obras de arte.