Martino sorprendía en su alineación dejando a dos de sus más preciadas joyas en el banquillo. Ni Messi ni Neymar iniciaban el encuentro, sin estar ninguno de los dos al 100%. El mensaje era claro: confianza para Pedro, Alexis y Cesc, que venían acumulando muy buenas semanas. En defensa, Bartra cedía su puesto a Mascherano y Alves volvía a ser titular dejando a Montoya, incluso, fuera de la convocatoria.

Simeone, por su parte, mostraba las cartas que todos conocían. La única duda era la de David Villa o Raúl García, apostando el argentino por el primero. El duelo de banquillos se alargaba con apuestas claras como las de Gabi, Koke o Arda Turan, buscando salir rápido tras robo en campo propio y ganando la espalda de los interiores azulgranas, el gran déficit de los de Martino. Costa, por su parte, asumía tareas más defensivas ante las subidas de Jordi Alba por su derecha.

Foto: FC Barcelona

Contraste de ideas en la primera parte

La primera mitad tuvo como protagonistas dos equipos que, lejos de su enorme intensidad durante los primeros cuarenta y cinco minutos, mostraron sus mejores cartas. El Atlético de Madrid inició en bloque bajo, con un claro 4-4-2, y descolgando a David Villa de tareas defensivas cuando defendían en campo contrario. El FC Barcelona jugaba amplio, con Pedro y Alba generando constantes dos contra uno por fuera y Fàbregas e Iniesta recibiendo entre líneas.

El Atlético de Madrid apretó en los primeros minutos

Los primeros minutos empezaron con una embestida muy destacada por los locales. Las ocasiones en los primeros minutos de Arda Turan y Diego Costa, con un chut lejano que atrapaba Valdés sin problemas, avisaban a los de Martino de las exigencias del Calderón, estadio que no conocía la derrota en competición liguera. Tras varios minutos de tanteo entre ambos, con el balón en el centro del campo y sin ocasiones claras dadas las apuestas claras de unos y otros, fue Pedro quien, al minuto diecisiete, remató dentro del área un centro de Iniesta que se fue desviado por arriba del larguero de la portería de Courtois.

Foto: Diario Olé

El Barça gana metros

El retroceso del Atlético de Madrid ayudó a que el FC Barcelona asumiera riesgos en sus posesiones antes de llegar al descanso. Alves acompañaba a Busquets en la base para superar los puntas rivales y generar superioridad y era Iniesta quien fijaba y avanzaba más con circulaciones largas para superar marcas y fijar rivales. Cómodo, el equipo de Simeone "daba" el balón a su rival esperando que la pérdida llegara en un sector de juego apropiado para armar la transición ofensiva.

El equipo de Martino ganó presencia en campo contrario

Piqué con un chut lejano y Xavi con una volea muy picada fueron los avisos de los visitantes que no fueron suficiente para sorprender a uno de los mejores porteros del mundo. Simeone se veía satisfecho con el resultado tras la primera parte y mantenía sus intenciones pese a tener mucha más presencia el equipo de Martino en campo contrario. Filipe Luis era quien mejor estaba por parte de los colchoneros calculando cada internada y provocando constantemente problemas al costado de Alves.

Piqué y Mascherano, por su parte, ganaban por el momento el duelo ante Villa y Costa, con una limpia salida de balón y un buen posicionamiento, rápidos al corte y anticipando, sin dar muchos metros a la que podría ser la próxima pareja en la delantera de la selección española en el Mundial de Brasil.

Foto: Blaugranas.com

Segunda parte con inicio colchonero

La entrada de Messi por Iniesta, que se fue por molestias, tuvo consecuencias tácticas directas sobre el dibujo de Martino. La primera, retrasar a Cesc Fàbregas como interior. Xavi y Busquets actuarían en la base mientras que Pedro y Alexis seguirían amplios, buscando generar metros dentro para el constante intercambio de posiciones en la sociedad Messi-Cesc, una de las más preciadas del equipo culé. No obstante, la intensidad de los primeros minutos del reinicio por parte de los colchoneros les metió más en el partido.

Messi y Neymar jugaron otra vez juntos

Avisos de Diego Costa y de Arda Turan obligaron al Valdés y, en su prolongación, al equipo de Martino, dar un paso más atrás. El balón volvió a ganar presencia en el centro del campo y la lucha empezó a trabarse más de lo habitual, con constantes parones de juego y sin dejar los de Simeone que el Barça pudiera conectar con facilidad hacia su estrella. El Barça acusaba no ser decisivo en espacios cortos y el Atlético no daba metros entre líneas,

Foto: Diario Diez

Un punto como recompensa

Los últimos minutos fueron de dominio azulgrana, tanto que acabó encerrando al Atlético en su área. Sabedor de estar contra las cuerdas, Simeone aupó a las gradas para el ánimo y la fuerza que a los jugadores ya les faltaba en la recta final. Sin ser precisos ni gozar de ocasiones con ventajas, ninguno de los dos equipos fue capaz de batir al otro.

El empate a cero reflejó finalmente una igualdad de ideas, intenciones, sistemas y jugadores de forma idónea. Mientras que el Barça defendió con balón con largas posesiones, el Atlético se sumó a la guerra con el control de posicionamiento y sistema defensivo. El partido acababa con los dos encima de la tabla, 50 puntos para cada uno, y dando punto y final a la primera vuelta.