"Qué no nos embauquen, no caigan en la trampa", clamaba Joan Laporta, ex presidente, ante los socios del FC Barcelona. Sandro Rosell, actual presidente de la entidad blaugrana, fue la mano derecha de Laporta durante dos años. Se dio a conocer en la campaña electoral de 2003, como vicepresidente de Joan Laporta, cuando ganaron las elecciones con un discurso renovado y esperanzador. Los problemas llegaron dos años después, un 2 de julio de 2005. Rosell y tres directivos dimiteron como parte de la Junta Directiva. Lo que fue denominado una "pelea de egos" acabó de la peor forma posible y la Junta sufrió una factura. Sandro Rosell declaró ese día: "Laporta me ha decepcionado como presidente y espero que esa decepción dure poco por su bien y el bien del club. Si pudiera le diría a Cruyff: "Por el bien de todos, apártate". Deja a Jan trabajar tranquilo, pues si lo hace tranquilo lo puede hacer muy bien".

Exactamente cinco años después, Sandro Rosell se convertía en presidente del FC Barcelona con un 61,35% de votos, el porcentaje más alto de toda la historia. El socio culé necesitaba un cambio, estaba harto de polémicas y problemas. Quería paz y tranquilidad, algo que Rosell proclamaba de sí mismo a los cuatro vientos. La sombra de Joan Laporta era alargada, seguramente presidió los mejores años de la historia del FC Barcelona pero diferentes salidas de tono y problemas con la justicia consiguieron que Sandro Rosell, que se marchó por la gestión de Laporta, ganase de forma contundente. El socio respiraba tranquilo: "se acabaron las polémicas", pensaba uno, "nos centraremos en lo deportivo", pensaba otro, pero: ¿ha conseguido Sandro Rosell cambiar la tendencia?

Primeras palabras de Sandro Rosell al saber los resultados de la votación.

"No os fallaré, no os fallaré", recalcaba Rosell al acabar la comparecencia ante los medios tras su victoria. Lo dijo una vez pero precisó repetirla una vez más de forma pausada y contundente, como queriendo que el socio se lo guardase en la memoria. Y el socio lo hizo, recordó esas palabras una a una. Le esperaban seis años como presidente de uno de los mayores clubes del mundo, además, un club especial debido a su lema "más que un club". ¿Ha fallado Sandro Rosell al socio? Paso a paso.

El primero, Johan Cruyff. Ex jugador y entrenador del FC Barcelona, Cruyff es considerado el creador del modelo Barça. Ese modelo que trató, y consiguió, implantar Pep Guardiola durante su etapa de entrenador. Joan Laporta nombró a Cruyff presidente de honor del club. Es sabido que la relación entre ambos es realmente buena y el presidente quiso hacerle un homenaje a uno de las personas más importantes del club blaugrana. En 2010, con la llegada de Rosell, empezaron los problemas. Con aquello de "no habrá tantas polémicas" merodeando la cabeza de muchos socios, se toparon con una disputa que parecía infantil. Los estatutos del club no estipulaban dicho cargo y la Junta decidió que debía de ser sometido a votación si Johan podía seguir ostentando la mención de honor. Cruyff se plantó poco después en las oficinas del club y dejó su placa a la primera persona que vio, realmente enfadado y disgustado: "Duele aceptarlo, pero parece que soy una molestia". Los socios, que no acababan de entender las rencillas entre una parte y otra, se dividieron. Los que estaban con Cruyff, y Laporta, contra los que estaban con Rosell. Polémica asegurada. Además hubo un problema añadido, Guardiola tenía una gran relación con Cruyff y Laporta por lo que la prensa polemizó sobre un posible choque Rosell-Guardiola. El socio, que las ha visto de todos los colores, pensó que sería una disputa pasajera, un pequeño problema de inicio de mandato.

"Més que un club (Más que un club)" es el lema del Barça. El fundamento de este lema se evidencia en acciones como la de Unicef. El FC Barcelona jamás había tenido publicidad en la camiseta. Llegaron a rechazarse ofertas millonarias. Finalmente sí se hizo, pero por una causa solidaria: la entidad blaugrana pagaría 1,5 millones de euros anuales a Unicef para publicitar dicha institución en la camiseta. Los socios lucían orgullosos sus camisetas por el mundo, se sentían únicos. No solo era el único club que no se resistía al negocio sino que pagaba para ayudar en una causa solidaria. En 2013 se dio la vuelta a la tortilla. Como si de una Guerra Mundial se tratase, los aviones de Qatar Airways nublaron el Camp Nou y las mentes de los socios. Estalló la polémica. Debates, filtraciones, historias sobre Catar, cifras astronómicas, patrocinio en la camiseta. El socio se tiraba de los pelos.

Se produjeron innumerables debates en las calles de Barcelona sobre Qatar Foundation pero finalmente el socio aceptó el contrato. Al fin y al cabo había que competir con los demás rivales, Rosell explicó: "Equilibra nuestras cuentas porque necesitamos este dinero ya que en caso contrario tendremos un bache importante en nuestras cuentas". También se explicó que Qatar Foundation es un organismo que está aceptado por Unicef, Unesco y la ONU. Si no quedaba más remedio, había que aceptar, pensaron los socios. La polémica no acabó ahí, un año después saltó la noticia: Qatar Foundation desplazaría Unicef de la camiseta del Barça. El socio, ya mosqueado por tanta polémica, se sentía ofendido por no haber sido avisado.

Las noticias sobre Catar no cesaron, se habló de dictadura, de coartar las libertades o de prohibición de la homexexualidad entre otras cosas. El Barça se mantenía firme e incluso propuso un nuevo lema: "Los valores de Catar, los valores del Barça". Un año después, con el agua fluyendo por el cauce del río, llegó el bombazo: la publicidad cambiaría de Qatar Foundation a Qatar Airways. El socio miró el calendario deseando que fuese 28 de diciembre. Se empezaba a entender aquel acuerdo, "todo era por Qatar Airways" pensaba Edu, socio número 80.652. "Nos han tomado el pelo de mala manera", se decía a sí mismo Enric, socio desde que nació. Mario, también socio, comentaba a sus compañeros: "Cruyff, Neymar, Messi, Grada Joven, Guardiola, Pete Mickeal, Abidal, Qatar Airways, ¿cuándo van a acabar las polémicas de esta Junta?".

El acuerdo con Qatar Sports Investment se hizo público en 2011, los socios compromisarios votaron y el sí obtuvo una mayoría aplastante. Rosell y su Junta se agarran a esa mayoría pero lo que el socio no permite es que se hayan escondido todos los acuerdos posteriores. En aquella asamblea se habló de Qatar Sports Investment y Qatar Foundation, en ningún momento apareció Qatar Airways. Tres años después, la camiseta, las vallas publicitarias y la aerolínea del club muestran Qatar Airways.

El cambio de Unicef fue una de las primeras piedras de aquel "més que un club (más que un club)" pero más tarde iba a suceder otro hecho que daría la vuelta al mundo. Éric Abidal, ex jugador del FC Barcelona, venció al cáncer dos veces y, durante su recuperación, la Junta dijo: "Cuando juegue un minuto más renovará automáticamente". Abidal está jugando en el Mónaco. Volvió y jugó un minuto más pero se encontró con una sorpresa en los despachos: no iba a ser renovado. El socio, que aumentaba su barra de desconfianza con el paso de los días, empezaba a estar enfadado. Se estaba dando cuenta que la Junta no cumplía su palabra, como también se dio cuenta Pete Mickeal poco después. Al alero se le diagnosticó un segundo tromboembolismo pulmonar, tuvo que abandonar el club blaugrana durante 10 meses para luchar contra la enfermedad. Antes de irse, dijo: "Si puedo seguir jugando al baloncesto, sólo será en este club. No hay ningún club en Europa ni en la NBA como éste". En una reunión entre Pete Mickeal, Sandro Rosell, Xavi Pascual, Joan Creus y Raventós explica Pete que Rosell le dio la mano mirándolo fijamente a los ojos y dijo: "Si quieres volver a jugar, ésta es tu casa. Tómate el tiempo que precises". Como en el caso de Abidal, Pete Mickeal volvió y el FC Barcelona le cerró la puerta en la cara. Ahora, Pete es jugador del UCAM Murcia. El "més que un club (más que un club)" pasaba a ser "menys que un club (menos que un club)" para una gran parte de los socios que esperaba explicaciones claras.

Por si no hubiese sido suficiente, ha vuelto a estallar la polémica en estas últimas semanas. El "Camp Nou Intel", "Camp Nou Coca-Cola" o "Camp Nou Qatar Airways", llámenlo como quieran, ha vuelto a dividir a la afición culé. Rosell ha vuelto a cambiar su discurso y esta vez ha demostrado que quería meterse al socio en el bolsillo durante las elecciones. Año 2008. Rosell empieza su campaña para ser el nuevo presidente del FC Barcelona. Por entonces, Laporta planteaba el proyecto Foster que consistía en reformar el campo por completo a un coste de 250 millones de euros. Rosell fue preguntado por aquel proyecto que podía influenciar muchísimo en las cuentas del club blaugrana y respondió: "Estoy absolutamente en contra. Es una locura. No tiene sentido que se haga". Además, matizó: "A mí ya me encanta el estadio como está, solo hay que estirarle un poco la cara". Rosell proponía una remodelación por 40 millones de euros que consistía en varios retoques en el interior del estadio sin necesidad de hacer un gasto excesivo.

El proyecto Foster fue un fracaso, en ningún momento se planteó seriamente llevarlo a cabo. Los socios se tranquilizaron al saber que el club iba a dejar de invertir una millonada y así podía centrarse en la parcela deportiva. Cuatro años después que Rosell anunciara esas "pequeñas reformas" en el interior del estadio se ha anunciado un nuevo proyecto, un proyecto que dejaría al Barça "a la altura de los grandes equipos de Europa". El proyecto es la remodelación completa del campo. Qué novedad pensarán los socios, hace cuatro años que ya lo avisaron. Aquí llega el problema, el presupuesto pasa de 40 millones de euros a 420. Además, incluye un apellido para el nombre del campo. El socio, que ha sido completamente engañado, se para a pensar detenidamente en la situación: "¿Tenían guardado otro "secreto"? ¿Qué más esconden?"

Cristian, socio número 51.877, ha vivido todo tipo de historias en Can Barça. Como socio y amante del club, suele pensar en las cuestiones que afectan al FC Barcelona. En cuanto a la remodelación del campo, Cristian reflexiona y piensa: "Si hace dos años se firmó un contrato con Qatar Foundation para cubrir graves problemas económicos, ¿cómo puede ser que el club se esté planteando remodelar el estadio por 420 millones de euros? Algo falla", se repite Cristian a sí mismo. O la remodelación está diseñada desde hace tiempo y por eso se firma el contrato con Qatar Foundation o algo no cuadra.

Los socios, deseosos de encontrar estabilidad institucional, encendieron sus televisiones y radios el pasado lunes 20 de enero. La Junta Directiva había citado a la prensa para explicar el proyecto del nuevo Camp Nou pero el socio , por medio de la prensa , quería saber qué estaba pasando con el contrato de Neymar. El día anterior, el diario El Mundo destacaba en portada: "Rosell pagó 95 millones por Neymar y no los 57 que dijo". A esto hay que sumarle la querella interpuesta por Jordi Cases, socio del FC Barcelona, por apropiación indebida en el fichaje. Llegada la rueda de prensa, el socio quería explicaciones pero no recibió ninguna respuesta. "Siguiente pregunta", "esto no toca" o "dale que te pego" eran las respuestas que daban Rosell y los suyos ante las preguntas sobre Neymar. El socio, que ya ha sido engañado anteriormente y tiene los ojos bien abiertos, se teme lo peor. La gota que ha colmado el vaso ha llegado por parte del juez Ruiz que ha pedido los contratos de Neymar, aceptando así la petición de Rosell en la rueda de prensa del lunes. ¿Se han escondido cosas por enésima vez?

El fútbol moderno se rige por el dinero, para estar a la altura de los "grandes" hay que venderse. Atrás quedarán las camisetas sin publicidad, los estadios llenos de aficionados de su club y no de turistas, los campos llamados por su nombre, los jugadores que sienten un club, el viajar con el equipo o muchas otras cosas que hacen bonito a este deporte.

¿De verdad el socio del Barça quiere esto?