Los elogios de Paco Jémez hacia Martino hacían pensar que el encuentro llevaría dos polos diferentes pero no tan opuestos. Con propuestas parecidas, el Rayo visitaba el Camp Nou con necesidades imperiosas de ganar, mientras que el Barça debía sumar para mantener su liderato, conociendo también la victoria del Atlético ante el Valladolid. 

El Rayo se llenaba de jugadores que, de una forma u otra, habían vestido la camiseta azulgrana. Rubén, Trashorras o Baena, quien cuenta con una larga historia con Lionel Messi, volvían al Camp Nou para intentar sumar en uno de los feudos más complicados de la competición. El contexto, además, llevaba cierta tensión sabiendo que el Manchester City de Pellegrini, equipo que justo acababa de eliminar al Chelsea de Mourinho (y con contundencia) en la FA Cup era el próximo rival a batir. 

Una primera parte para gustarse

No habían llegado aún muchos aficionados al Camp Nou cuando Adriano, demostrando una de sus mejores habilidades, anotó el primero del partido. En una jugada que recordó la mejor versión del Barça, el equipo dirigido por Martino iniciaba desde atrás con Valdés y, superando la primera presión del Rayo Vallecano, se hacía fuerte en el uno contra uno para poder encarar con éxito a portería. El brasileño tuvo tiempo y espacio suficiente para armar un disparo que,  ante una defensa bastante replegada, sorprendió a Rubén. 

Adriano sorprendió a Rubén en el primer minuto

El inicio animaba a un Barça que juntaba en el centro del campo a Iniesta, Cesc y Messi y rompía al espacio con Pedro y Alexis. Mientras que los dos últimos hacían grande el terreno de juego fijando a su par, los tres primeros jugaban por dentro con contínuas superioridades ante la impotencia de Baena y Trashorras, que aguantaban como podían el centro del campo. El mismo Iniesta, que jugó en esta una de las mejores primeras partes en lo que llevamos de temporada, probó de sorprender al meta formado en la cantera azulgrana con una volea lejana a la altura del centro del campo que salió por poco. 

Foto: Squawka

Mientras que los de Jémez asumían enormes riesgos en cada acción, Messi seguía probando la meta rival y enviaba un balón al palo al cuarto de hora de partido. Éste era replicado con otro remate a la madera de Pedro Rodríguez, tras zafarse de varios defensores en una bonita jugada individual. El Rayo reaccionó con doble aviso a la portería de Valdés que el guardameta culé pudo atajar con solvencia. 

Messi-Cesc, conexión letal 

En un contexto Premier cada vez que recibía el balón, Cesc encontró en este encuentro una de las partes más ajustables a su perfil de jugador en cada intervención. El equipo visitante estaba poco protegido tras pérdida y prueba de ello fue el segundo gol del encuentro. Un pase horizontal de Arbilla tras una mala lectura de juego dio por bueno el dicho futbolístico de "pase horizontal, peligro vertical" y el robo de Cesc fue decisivo.

Ambos se entienden a la perfección

El de Arenys de Mar fijó a su defensa próximo, desplazó en largo a Messi y el argentino, sin nervios, definió a placer ante Rubén con una vaselina muy bien ajustada. Ambos volvieron a demostrar que son una de las conexiones más peligrosas del conjunto catalán, y esta vez sin intercambiar posiciones. El error obligó a Paco Jémez a reaccionar y el técnico del conjunto madrileño no dudó en dar entrada al césped a Tito, que sustituyó a Arbilla. 

Foto: Squawka 

Alexis y Pedro se suman a la fiesta 

El Barça, a diferencia del encuentro frente al Valencia, tuvo hambre y quiso más en el segundo tiempo. Con un Rayo más temeroso y con menos balón, el equipo de Martino arriesgó más en cada intervención y se mostró contundente en los últimos metros. Sacando provecho de los errores en la faceta defensiva de los de Vallecas, Alexis fue el primero en sorprender en área rival y puso el tercero en el luminoso tras una asistencia de Messi. La respuesta del chileno fue inmediata y, corriendo el minuto setenta, éste le devolvió el cambio de protagonismo y lanzó al diez una asistencia para que el argentino consiguiera definir a placer y con confianza, mostrando su buen estado de forma. 

El cuarto gol vino tras una gran jugada colectiva 

El equipo local siguió apretando y, con una auténtica maravilla, puso el cuarto en el marcador. La jugada tuvo como protagonistas a Iniesta, Cesc y Pedro. Fàbregas lanzó la pared en 3/4 para Iniesta que, con un golpeo de tacón muy estético, la devolvía al espacio. Ya dentro del área, Cesc veía la llegada desde atrás de Pedro hacia el punto de penalty, que llegando algo limitado definió a placer. 

Foto: Squawka

Neymar vuelve a lo grande

Aún había tiempo para más. Y Neymar, que entró sustituyendo a Pedro cuando corría la hora de partido, no quiso ser menos. El brasileño salió entonado, y tras tres semanas de lesión donde desde el círculo culé había pasado de todo (cambio de Presidente incluído), volvió a maravillar a la afición del Camp Nou. Tras una buena jugada individual, lanzando una diagonal fuera-dentro y acomodando su disparo lejano, sorprendió a Rubén con un latigazo frontal imposible de atajar. 

El brasileño anotó el último del encuentro 

Con ello, el Barça marcaba el sexto y definitivo gol en el marcador y centraba ya toda su atención al Manchester City de Pellegrini, rival que se encontrará el martes en un duelo de Champions espectacular. La nota positiva del encuentro fue la vuelta de Iniesta que, liberado y con confianza, volvió a remar por todos e hizo mejores a los que le rodean. El manchego fue el mejor del partido y tuvo peligro en cada intervención, sostenido por Fàbregas y Busquets en la medular. Ahora, Martino deberá pensar qué jugadores alinear en el Etihad, uno de los compromisos más complicados de la temporada.