La mítica saga Metal Gear Solid creada por el japonés Hideo Kojima, cambió para siempre el concepto de videojuego, pues en cierta medida puso de manifiesto que estos no solo podían estar concebidos para divertir, pasar fases y crear adicción sino que era posible la narración de una historia, el desarrollo de una idea como una forma más de arte, pues a mi juicio con el grandioso juego de Kojima se dio un paso más en su evolución. Con Metal Gear podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que representa el momento histórico en el que el videojuego se hizo cine.

Kojima traspasó su pasión por el cine a los videojuegos y adaptó su idea a este mundo con una obra narrativa construida a partir del desarrollo de la acción, intercalando secuencias cinematográficas digitales apuntaladas con conversaciones entre los personajes. Con Metal Gear Solid se dio un paso más en la complejidad narrativa, la construcción de los personajes bajo los mismos criterios narrativos que una obra de cine. Y partiendo de este concepto, de este videojuego mítico que tanto nos cautivó, quisiera establecer un paralelismo entre Metal Gear, el legendario Solid Snake y la disputa del enésimo clásico entre Real Madrid y Barcelona.

Han sido tantos los duelos, los personajes, las épocas, las vivencias, las emociones, que abordar con un poco de originalidad la previa de un enfrentamiento que desde hace décadas y como en el caso de Metal Gear pasó de ser un partido a un acontecimiento prácticamente de cine, resulta cada día más complejo, quizás por ello la narrativa me conduce ineludiblemente al protagonismo e identificación de un personaje que como Solid Snake, es el único junto a Cristiano Ronaldo (al que por su poderío podríamos equiparar a Kratos de God of War o Marcus Fenix de Gear of Wars), que puede cambiar el curso de la historia y llevar el peso narrativo de la acción.

Y ese personaje no es otro que Leo Solid Messi Snake, surgido de la complejidad narrativa de Hideo Kojima (Pep Guardiola), que un histórico día decidió otorgarle el papel de actor principal situándole como falso delantero en el Bernabéu en medio de la acción. Cuentan que aquel día Pep convirtió a un grandioso jugador en un soldado de élite genéticamente mejorado, llevando el juego a otro nivel, pues la capacidad de infiltración, velocidad y sigilo de Snake, constituyó la base de su creación y algo anteriormente jamás contemplado en la historia del fútbol. De puro cine, por esa razón el balance de Messi Snake es de 18 dianas en 26 apariciones en los enfrentamientos entre merengues y culés: 11 en la Liga, 5 en la Supercopa de España y 2 en la Champions. Y por esa misma razón veo en el número diez azulgrana al verdadero ý único personaje capaz de hacer cambiar la tendencia, de evitar la consumación de un fin de ciclo, de arrebatar la condición de favorito al Real Madrid, que por regularidad, por jugar en su feudo y trayectoria ascendente, parece claro aspirante a hacerse con la victoria. Pues Messi como Ronaldo es otro nivel, Leo es el futbolista que más goles ha anotado en la historia del Barça, ha sido el único capaz de pulverizar cifras de otra época, de otro fútbol en el que Paulino Alcántara anotó 369 goles en 357 partidos con la zamarra azulgrana, manteniendo su vigencia durante ochenta y siete campeonatos.

Por todo ello sin quitar ojo a lo que hagan los Assassin's Creed del Cholo Simeone, “Desmond Costa Miles”, en el Benito Villamarín, con permiso de la rosarina forma de ver el fútbol de Tata Martino, la elegante manera de dirigir de Carlo Ancelotti, del efecto Neymar, el efecto Bale, la BBC, la PAM, y el determinante factor de calidad del resto de compañeros con los que logran ser los mejores futbolistas de su generación, a mi juicio buena parte de lo que suceda en este nuevo clásico de cine en el Bernabéu, dependerá en gran medida de lo que surja de la bota izquierda de Solid Messi Snake, (protagonista del mejor juego de la historia) o de la carrera huracanada de Cristiano Kratos Ronaldo “ The God of War”. Pues desde la irrupción de Leo y Cristiano, el fútbol pasó de ser el concepto lúdico de un juego convertido en un negocio a parecer un videojuego de cine.