Márquez deslumbró en el FC Barcelona y pasó en la Ciudad Condal su mejor etapa como profesional en el fútbol europeo a base de constancia, regularidad y, sobre todo, una enorme gama de recursos y condiciones.

El mexicano tiene en sus botas mucho más de lo que se le suele pedir a un central para ser correcto en su puesto. Mientras que el desplazamiento largo y su buen hacer en el juego aéreo eran las habilidades que más relucían desde fuera por el espectáculo que ellas mismas ya imprimen, Márquez era mucho más: golpeo a balón parado, inteligencia táctica para percibir, leer y anticipar dentro del juego y enorme salida de balón.

Sus registros goleadores eran siempre positivos, por lo que su aportación ofensiva era mayor de la habitual. Pero para Rijkaard fue siempre un jugador ideal para superar primera presión rival, batir rivales a partir de pases que eliminan defensores con la tensión y la decisión adecuada y, como ya se ha comentado, un gran aporte en acciones a balón parado.

Con Guardiola, realizando un juego de posición donde los centrales debían progresar siempre para fijar e ir avanzando líneas a través de ganar la espalda a las marcas rivales, su desplazamiento y su conducción para superar fueron clave para convertirse en una pieza fundamental en su sistema. Con Piqué y Puyol en el once titular, Rafa nunca dejó de ser un jugador importante para Pep porque leían ambos el mismo fútbol.

Prueba de su técnica eran grandes golpeos en faltas cercanas a portería rival, siempre más centradas, o sus desplazamientos para superar primera presión y ganar segundas jugadas a campo rival. Perfiles tan buenos al espacio como Pedro o Villa salieron ganando con sus pases largos, siempre bien medidos y generando situaciones positivas.

Márquez además aportaba en el vestuario ese liderazgo, experiencia y veteranía siempre necesaria en cualquier grupo humano y equipo de fútbol. Asumió siempre su rol y él mismo decidió su salida por beneficio del colectivo. Sin queja por parte de ningún entrenador que lo ha tenido en sus manos, el homenaje que recibirá en el Gamper no hace más que engrandecer la figura del mexicano que el próximo año militará en el Hellas Verona italiano.

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Sobre el autor
Albert  Ballesteros
1994. Periodismo en Facultad de Comunicación Blanquerna, URL (Barcelona). UEFA B Licensed Coach. Entrenador de fútbol base en Sant Cugat Esport FC. Ex UE Rubí (2010-2014). Actualmente Infantil C (Primera División) y 2ndo Cadete A en categoría División de Honor. Twitter: @AlbertBFerrer