Ilusión. Con esa palabra se resume el sentimiento culé tras una gran puesta en escena en el Camp Nou en la jornada inaugural. El equipo volvió a ofrecer las sensaciones de antaño con una plantilla distinta, revolucionada. Revolucionada por los nuevos jugadores y por la competencia feroz que exige Luis Enrique para sacar lo mejor de cada uno.

Pero cada partido es una final y en la segunda jornada el rival es el Villarreal y es uno de los campos complicados de la Primera División. Así, al cuerpo técnico no le sirve de nada el partido anterior si en el siguiente no se mantiene el nivel o, incluso, se supera. La exigencia va a ser muy alta, tanto por parte del rival como la propia.

La batalla del balón

Parecía imposible quitarle el balón al Barcelona hasta que llegó el Rayo y se la arrancó a mediados de la temporada pasada. El estilo del conjunto culé es inconfundible y tiene en el balón su gran aliado. Pero el Villarreal es un equipo que tiene capacidad de tener el balón, de mimarlo, de moverlo con paciencia buscando la mejor opción. Así que, pese que lo previsible es que el Barcelona lleve la iniciativa y el Villarreal espere atrás, quien tenga más balón tendrá más opciones de ganar, sintiéndose más cómodo sobre el césped.

También habrá un choque de sistemas, ya que el 4-3-3 del Barcelona se puede ver defendido por el 4-2-3-1 del Villarreal, que puede prescindir de uno de sus dos delanteros para reforzar el centro del campo. Encontrar los espacios y las superioridades en el centro del campo será clave para cualquiera de los equipos.

Equilibrio fuera-dentro

Una de las mejores noticias del partido de la primera jornada en el Camp Nou fue la gran capacidad de equipo para generar las situaciones donde más le convenía. Tuvo acciones por fuera, por dentro, individuales y colectivas.

Los jugadores clave son los interiores y los dos “extremos”. Los primeros buscan dar amplitud y dejar espacio a Messi por dentro y los segundos se pasan el partido desmarcándose en apoyo y en ruptura, abriendo espacios entre líneas y aprovechándolos.

Los laterales, que acostumbran a ser muy largos, también aparecen por fuera cuando la jugada está en la banda contraria y dan la amplitud necesaria al equipo. Frente a equipos que van a bascular mucho para cerrar espacios es clave que los laterales den amplitud en el lado contrario.

Las vigilancias defensivas, importantes

La presión tras pérdida debe ser asfixiante ya que el Villarreal es un equipo rápido y muy vertical. Las vigilancias defensivas deben ser máximas para que los Gio, Cherisev, Vietto y compañía no puedan coger fácil la espalda a los defensores azulgrana.

Las coberturas de los interiores a los laterales también pasarán un examen serio, ya que los groguets exigirán una concentración defensiva máxima. Frente al Elche no sufrieron mucho ya que los extremos estaban más preocupados de defender que de atacar.

Los ex, a escena

Tres son los jugadores del Villarreal con pasado azulgrana: Los hermanos Dos Santos y Espinosa. Gio Dos Santos llega a la temporada de su madurez futbolística, tras haber disputado el Mundial con México. Es el gran peligro del Submarino Amarillo en la zona ofensiva y tiene una calidad individual extraordinaria. Su hermano, Jonathan, se estrena como jugador del Villarreal en la presente temporada, como Espinosa. El mexicano no ha vivido sus mejores momentos en Can Barça, lesión incluida, y busca minutos en el club de La Plana. El tercero, Javi Espinosa, ha realizado una grandísima pretemporada y está cuajando grandes actuaciones cuando sale al campo.