Hace unos pocos días, Andoni Zubizarreta nos obsequió sin duda con la frase más juiciosa y sabia, que ha pronunciado desde que asumió la dirección deportiva del FC Barcelona. Concretamente Zubi dijo:”Admiro a Messi, porque juega contra el mejor recuerdo que conservamos de él”. “Juega contra el mejor recuerdo que todos tenemos, que tiene un punto de magia. Y él está a esa altura y estoy seguro que lo vamos a tener y con opciones de poder competir”. A mi juicio la definición más exacta y acertada de la situación actual del genio de Rosario, nadie podría haberlo definido con más sencillez y mayor claridad.

El problema de Leo (que nunca debe ser un problema para el equipo en el que desempeña su labor profesional) no es Cristiano, no es Ibra, tampoco Neymar, ni Robben, el problema es el propio Leo, pues siempre compite ante la mejor versión que recordamos sobre él. A excepción de la albiceleste, en la que compite contra la mejor versión de Diego Maradona que todos recordamos, y contra la que es humanamente imposible competir, el propio Leo Messi sigue siendo su mayor reto.

Aquel que contra el Getafe hizo un cover del gol de Maradona a los ingleses, se versiona cada día a sí mismo. Curioso que la que dicen fue la peor versión de Leo anotara cincuenta goles y fuera subcampeón del mundo. Por eso es tan complejo ser Messi, ser el nº1, por ello no nos contentamos con verle dar cinco pases de gol en un partido, quizás marcar un gol, nos empeñamos en que sea decisivo en todos los partidos, especialmente en aquellos que son cruciales en el desarrollo de la temporada. Nos empecinamos en que vuelva a ser ese chico que encaraba a tres y cuatro adversarios, arrancando con esa velocidad imparable y la pelota pegada como un apéndice de su pie. Para el jugador rosarino las exigencias son máximas pues el listón siempre lo situó en lugares lejanos a nuestra galaxia. Por eso es el futbolista mejor pagado del mundo, y el que en la última década mejor ha pagado a los aficionados a este juego con sus actuaciones.

Posiblemente Leo sea hoy otro jugador y el recuerdo de su mejor versión sea tan solo eso, un maravilloso recuerdo, pero insisto a Messi le basta con ser un cover de sí mismo para ser el mejor jugador del planeta. En eso está Luis Enrique, en ayudarle a acercarse a una de las mejores versiones de este gran jugador; y en eso está Leo, en volver a parecerse a sí mismo.  Por todo ello Leo Messi, solo merece respeto, agradecimiento y comprensión, pues todo sería tan absurdo como que le pidiéramos a Picasso que pintara dos veces el Guernica, que instáramos a Lorca que escribiera dos veces Yerma o el Romancero Gitano, tamaña estupidez como que pretendiéramos que Cervantes escribiera por segunda vez el Quijote, que Mozart compusieran en dos ocasiones Réquiem o La Flauta Mágica, que José Tomás estuviera tan inspirado cada tarde como en la inolvidable Nimes de 2012.

En cambio de Messi, sí que podemos esperar que sea como Sinatra, que cantaba siempre como los ángeles My Way…una canción en la que un hombre, en el ocaso de la vida, decide hacer un repaso de todos los desafíos a los que tuvo que enfrentarse y de cómo consiguió superarlos siendo siempre fiel a sí mismo. Por eso Sinatra era perfecto para aquella canción y por ello posiblemente Frank, llegó a odiarla tanto que nadie la pudo cantar como él, puesto que su carácter no encajaba con su letra autocomplaciente. Leo como Sinatra siempre quiso más, pero es tan humano y mortal como el resto de los mortales.

Como Zubi, admiro a Messi por esa misma razón, el recuerdo de Leo es inalcanzable hasta para sí mismo y han sido muchas versiones de sí mismo las que le han llevado a anotar 400 goles y batir todos los registros habidos y por haber, pareciendo incluso hazañas menores, pues desde que comenzó a darle patadas a un balón en el barrio de La Bajada, una bandada de hadas le acompañaron en el vuelo de su carrera y un genio cosió el balón a la punta de su bota izquierda. Es Leo Messi en su nueva versión, otro cover del mejor jugador del planeta…