El Barcelona venció por tercera vez consecutiva en tantas jornadas de Liga. Aunque el Athletic planteó un partido atípico y, en teoría, más positivo para los intereses azulgranas al tener la defensa adelantada siempre, el conjunto que vistió la "senyera" no consiguió definir hasta los últimos minutos de partido con dos goles de Neymar, que entró en la segunda parte, a pase de Messi.
Formaciones
El Barcelona de Luis Enrique moldeó el 4-3-3 que acostumbra. La baja de Dani Alves no impidió que la banda derecha fuese la preferida para el ataque. Así, con Bravo bajo palos, el asturiano eligió a Montoya, Mascherano, Mathieu y Jordi en defensa, Busquets de pivote, Rakitic de interior derecho (muy abierto), Iniesta en el izquierdo; Munir y Pedro en los extremos (aunque muy interiorizados) y Messi con libertad partiendo como falso 9.
Por su parte, Ernesto Valverde volvió a formar con el 4-2-3-1 sin hacer experimentos en una plaza tan difícil como el Camp Nou. El Athletic jugó con Gorka Iraizoz en la portería; De Marcos, Gurpegi, Laporte y Balenziaga en defensa; Iturraspe como primer mediocentro, Mikel Rico como segundo; Susaeta por la banda derecha, Beñat de mediapunta, Muniain en la siniestra; y Aduriz como delantero. En fase defensiva, el Athletic situaba su primera línea (Aduriz-Beñat) pasado el mediocampo y los centrocampistas laterales se alineaban con los mediocentros. Beñat quedaba un poco más liberado formando un 4-4-2 sin posesión.
La posición de Rakitic
Hemos comentado la posición más abierta de Rakitic respecto al otro interior, Iniesta. En la segunda etapa de jugada, cuando el Barcelona traspasa el mediocampo, Ivan Rakitic acostumbró a colocarse casi pegado a la línea de cal (en el carril de Montoya), para que Lionel Messi cayese al teórico lugar del croata y fuese parte activa de la penúltima fase de la jugada. Arriba Pedro y Munir realizaban desmarques de ruptura (a la espalda de la defensa, adelantada), mientras los tres hombres de mediapuntas (Iniesta, Messi, Rakitic) decidían la mejor opción. Estos movimientos dibujaban un 4-1-3-2 con Messi en el medio de la línea de 3, sobre todo durante los primeros 25 minutos. Después, sería Busquets (apenas inició entre centrales) quien se colocaría entre los interiores y Messi se quedaría en la delantera.
Tras el descanso y con 0-0 en el marcador, a pesar de que en los últimos minutos de la primera parte el Barça había disfrutado de varias ocasiones, Piqué entró al campo por Mascherano. Tanto con Gerard, como con Javier, el Barcelona en transición defensiva se mostró solidario. Como ejemplo, sirve la jugada del Athletic en contraataque del minuto 52 tras un córner a favor (todos los jugadores que portaban la senyera, en campo contrario), en la que acaban defendiendo dentro del área de Bravo siete futbolistas. Ahora el Barcelona corre para defender. Algo básico y simple que no siempre se ha cumplido. A la hora de partido, y tras alguna jugada larga del Athletic en la que el Barcelona se rompía más en transiciones, Neymar entró por Munir (Pedro pasó al costado diestro); mientras que Ibai (jugando en la banda izquierda y desplazando a Muniain al derecho) y Unai (enganche) reemplazaron a Susaeta y Beñat.
Neymar, efecto diferencial
La entrada del brasileño terminó de revolucionar el partido. Por un lado, el Athletic disfrutó de contraataques más largos y que llegaban a las cercanías de Bravo. Las transiciones hacia campo propio del Barcelona ya estaban costando más que en la primera parte, y sumado a la entrada del ex-Santos, quien solía quedarse arriba con Messi y a Pedro cada vez le costaba más bajar. Si en defensa no ayudó Neymar, sí que lo hizo en ataque. Como ante el Villarreal, sus conducciones verticales fueron un soplo de aire en el ataque culé y un problema que no supo frenar la zaga de verde. Si Munir había creado peligro con desmarques, el daño de Neymar fue con balón pegado. Salvo en las jugadas que decidieron el encuentro.
Para entonces, el Barcelona ya solía atacar con los laterales como extremos y los tres delanteros juntos en la frontal. De todas maneras, el Barça creó siempre más peligro con jugadas verticales y rápidas. En una de ellas llegó el primer gol (79'). Sandro Ramírez, ya en el lugar de Pedro, presionó la salida de Laporte. El central se apresuró y dio un mal pase al centro del campo en donde se encontraba Sergio Busquets. El '5' encontró a Messi y el argentino vio la carrera de Neymar por la autopista sin peaje que había entre De Marcos y Gurpegi. Cinco minutos después, una arrancada de Messi que inicia con Rakitic tirando una pared en esa zona tan abierta antes comentada, acaba con un pase hacia atrás del rosarino y un disparo sencillo de Neymar para poner el 2-0 definitivo (84').