Hacía tiempo que el Barça no realizaba un partido como el del otro día frente al Athletic. Al menos que recuerde. Pero faltaba el gol. Se resistía y eso que oportunidades hubo para dar y regalar… Llegaban, pero no se transformaban en gol. Munir estaba presente en casi todas. Qué delicia de jugador… Y qué pena que el otro día acabara el partido sin marcar –bueno, en realidad le anularon un gol que era legal-. Qué manera de trabajar sin cesar. Ojalá continúe así toda la temporada…

La temporada pasada no fue fácil para Neymar. Además de que se tenía que aclimatar al concepto de fútbol europeo y, sobre todo, al del Barça, la presión que supuso todo lo relacionado con su fichaje cayó sobre él y quizá le cohibió en exceso. Y, evidentemente, de esto él no tiene ninguna culpa. Tras el Mundial espectacular que hizo, se esperaba al Ney que ha llegado: seguro, motivado y con gol. Y así ha sido.

El reencuentro de Messi y Neymar se ha hecho esperar un poco, pero cuando se han reencontrado ha sido pura magia. Decían que se iban a llevar mal, que sus egos chocarían y que en el campo no se entenderían… Se equivocaban claramente. Hacía tiempo que no veía a Messi tan conectado con alguien.

Fue como el reencuentro de una de esas parejas que viven en ciudades diferentes y que cuando se encuentran desprenden brillo propio. Esta pareja de cracks provocan algo similar. Messi puso la ocasión, Ney el gol. Se complementan. Se entienden. Se aprecian. Se admiran. Y todo ello deriva en éxito colectivo, que bienvenido sea.

El pasado sábado, el Barça volvió a hacer vibrar al Camp Nou. Con una victoria, sí, pero sobre todo con un juego que recuerda al mejor Barça. Aún queda mucho que mejorar, estamos en septiembre, pero si el Barça sigue este trayecto va por el camino correcto. No sé si llegarán títulos, pero al menos el buen juego, el ‘tiki-taka’, la presión tras la pérdida de balón, el hambre de victoria, la motivación y las ganas de ovación sí han regresado al templo culé.

Messi-Ney. Ney-Messi… Que vuestro fútbol no pare.

“No hay secretos para el éxito. Éste se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso”. Colin Powell.