7 de mayo de 2008. Ese era el último día, antes del partido en Vallecas, en que el FC Barcelona no había dominado la posesión en un encuentro oficial. Pasaron 315 partidos, 28350 minutos, pero volvió a ocurrir. ​

El 7 de mayo de 2008 el Barça, en ese momento liderado por Frank Rijkaard, volvía del Bernabeu tras encajar una dura derrota (4-1) y perder el porcentaje de posesión por un ajustado 50,3%, favorable a los blancos.

Tras acabar la temporada 2007/2008, el técnico holandés del FC Barcelona dejaba su sitio a Pep Guardiola, quien haría llegar el equipo a lo más alto. Guardiola introdujo una nueva visión del fútbol. El conocido 'tiqui-taca' se transformaba en largas posesiones, dominio del balón, crear muchas ocasiones de gol y finalmente, resultados.

Guardiola, el maestro del dominio

Tan eficaz fue su innovación que esa temporada los azulgranas tocaron la gloria. Se lograron los 6 títulos en juego (Copa del Rey, Liga BBVA, Champions League, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs) y no había equipo capaz de plantarles cara.

Cinco años después y con muchos títulos acumulados (donde destacan, por ejemplo, dos Champions League conseguidas en Roma y Londres, cuatro Ligas o dos Mundiales de Clubs), el técnico de Santpedor se marchaba del club para "llenarse otra vez de vitalidad", como pronunció él, y era su mano derecha, su ayudante, su amigo, Tito Vilanova, quien tomaba las riendas del equipo.

Todos conocemos su historia. Tito será recordado, entre muchas cosas, por conseguir endulzar la tristeza cuando todo aficionado culé pensó que tras Guardiola vendría el fracaso. El entrenador de Figueres consiguió, aunque tuvo que pasar por una fatídica enfermedad y posteriores recaídas, conseguir títulos (como la Liga de la temporada 2012/2013). Pero todo tiene su fin y la patología que sufría el técnico le imposibilitó seguir al mando.

El Tata no entendió el problema

En julio de 2013 llegó el argentino Gerardo 'Tata' Martino. Desconocido para muchos pero que prometió, al llegar, no querer cambiar demasiadas cosas del fútbol que llevaba enamorando al mundo entero durante cinco años.

Pero poco le duró la promesa y ese Barça de la temporada pasada empezó a jugar más vertical, a crear menos ocasiones de gol, aunque también se conseguían resultados (se ganaron los 5 partidos disputados en Liga, con 18 goles a favor).

El 21 de septiembre de 2013 los azulgranas visitaban Vallecas para medirse ante el Rayo Vallecano, partido correspondiente a la sexta jornada del campeonato. Un 0-4 favorable los hacía aún más líderes, pero en Can Barça se encendió la alarma.

El equipo había jugado al contraataque, había esperado a los de Paco Jémez detrás y, según las estadísticas al final del partido, había perdido la posesión del balón.
51% de posesión para los madrileños y el 49% restante para los azulgranas.

Volvía a romperse la racha que cinco años atrás el Barça ya había perdido en esa misma ciudad, en Madrid, aunque frente al equipo de Bernd Schuster.

Con Roura (quién suplió a Tito durante su ausencia hospitalaria en la temporada 2012/2013), el equipo ya había ido rebajando sus porcentajes de posesión en los encuentros (normalmente siempre era superior al 65%), pero con la llegada del argentino, este dato fue haciéndose más real. Ante Sevilla y Valencia, rivales en jornadas anteriores a la visita a Vallecas, la cifra ya fue disminuyendo, hasta que se perdió ese 21 de septiembre de 2013.

Ahora, Luis Enrique busca fortalecer el liderazgo liguero y demostrar que su equipo es competitivo y puede seguir la línea marcada. Es necesario olvidar la derrota sufrida el pasado martes en París, frente al PSG de Laurent Blanc, y seguir consiguiendo victorias.

El FC Barcelona vuelve a Vallecas, escenario donde hace un año, se perdía una historia de más de 300 partidos.