A escasas horas para una noche de Champions en el Camp Nou entre el cuadro de Luis Enrique y el Ajax de Frank de Boer, las secciones juveniles de ambos equipos se enfrentaron en la tercera jornada de la segunda edición de la UEFA Youth League. En juego estaba más que un resultado, había que lograr ser el dueño del balón en el cara a cara de dos culturas herederas del fútbol holandés de los años 70. Juego de posición, toque y el clásico 4-3-3.
Mal inicio azulgrana
El partido no pudo empezar peor para los de Vinyals, que vieron como encajaban el primer gol ya en el minuto tres de partido. Adham El Idrissi recibió el balón tras un rechace dentro del área en una jugada un tanto embarullada y no dudó en mandar el cuero al fondo de la malla para hacer subir el primero visitante en el marcador.
Con este jarro de agua fría, el conjunto local trató de rehacerse y aprovechar los casi 90 minutos que tenían por delante para remontar el partido. Raíz de esta actitud nacieron varias ocasiones azulgranas. Carbonell lo provó desde la frontal, con un disparo que fue directo a las manos de Indy. Ros y Aitor también tuvieron las suyas. El segundo, lo provó con un tiro desde fuera del área que el guardameta holandés paró con una prodigiosa mano rozando el larguero.
Pese a estos minutos en los que el cuadro catalán se mostró más activo en ataque, sufría demasiado detrás con las contras envenenadas y variadas jugadas de peligro de los de Ámsterdam. En los primeros instantes, Tarín ya tuvo que despejar con un planchazo y de cabeza un disparo de la delantera visitante que iba directo a puerta. Minutos después, Muric recibió cerca del área de Onana un pase largo y, en la frontal, puso en un aprieto al cancerbero azulgrana de nuevo, aunque logró salvar el segundo tanto holandés.
Pena máxima
El Barcelona se sentía incómodo en casa y su objetivo de reencontrarse con su juego cada vez se hacía más pesado. Goleada frente al Apoel, tablas 'in extremis' frente al PSG, el equipo necesitaba un resultado que les recordara que son los vigentes campeones de Europa.
Recuperar sensaciones y controlar las pérdidas de balón eran los dos conceptos clave a trabajar y los de Vinyals no lograron plasmarlo en la primera mitad. Desconcentración, juventud e inexperiencia de algunos jugadores ante un rival de la entidad del Ajax provocaron que al equipo le costara más de la cuenta los primeros 45 minutos.
En una jugada de ataque de los holandeses, Carbonell hizo una zancadilla a Muric que acabó con la pena máxima a favor de los visitantes. Van Bruggen fue el encargado de tirar el penalty y transformarlo en el segundo de los de Ámsterdam.
Superioridad numérica
Entró Corredera en la segunda mitad y tardó poco en convertirse en protagonista. El centrocampista recibió una entrada por parte de Leyder que terminó con la segunda amarilla para el holandés y su expulsión. Con superioridad numérica los azulgranas se empezaron a sentir más cómodos sobre el verde y esto se tradujo en la ocasión más clara hasta el momento del cuadro catalán. Padilla se equivocó en el remate de un balón que debería haber acabado dentro.
El primer tanto de los locales no tardaría en llegar, y vino de los pies de Enguene. El camerunés recibió el cuero en boca de gol, regateó al recién entrado Léon Bergsma con una impecable vuelta de 360º y remató al fondo de la malla el balón. Era el gol de la esperanza, lo que necesitaban los de Vinyals para acabar el partido con garantías y sacar su calidad indudable.
Con un marcador que no les ahogaba tanto y con uno más sobre el terreno de juego, llegó el segundo en los últimos 10 minutos de encuentro. Un gran pase en profundidad en campo propio llegó a los pies de Carbonell, que se deshizo de los dos defensas y el guardameta que lo marcaban. Hubo barullo entre los tres jugadores, que cayeron al césped y el azulgrana remató a placer a portería vacía, brindándole a su equipo un empate que no parecía que fuera a llegar.
En los minutos finales y mucho más cómodos, los azulgranas se recrearon en el toque. Incluso atreviéndose a enlazar pases de tacón al primer toque ante la ovación de los más de 900 espectadores que se acercaron a animar a sus equipos. Los catalanes tuvieron alguna más para llevarse la victoria ante un tocado Ajax, como una combinación entre Carbonell y Enguene que no llegó a buen puerto.