Los violines de la Champions volvieron a sonar por segunda vez esta temporada en el Camp Nou. Barcelona y Ajax, dos equipos herederos de la cultura de toque, del juego de posición, del fútbol 4-3-3 que se empezó a cocinar con la Holanda de los años 70, con dos ex compañeros de equipo, Luis Enrique y Frank de Boer, dirigiendo un duelo de un mismo estilo. El escenario era ideal para los azulgranas para demostrar que siguen siendo, con permiso del Bayern de Guardiola, los reyes del fútbol de posición.

Lucho volvió a optar por un Mascherano como pivote defensivo y Bartra y Piqué como pareja de centrales. En ataque, Messi, Neymar y Pedro volvieron a ser el tridente ofensivo. Xavi, pese a demostrar frente al Eibar buenos minutos, finalmente se quedó en el banquillo en favor de Rakitic, que se sumó a Iniesta como interior. Bajo los tres palos, Ter Stegen repitió como portero en Europa.

Connexión brasilero-argentina

El Ajax se volvió un poco convencional al inicio de partido, bien por la dificultad del estadio, bien porque desde el inicio el Barcelona mostró su faceta apisonadora. Bien posicionados en defensa, los holandeses empezaron a prepararse para un baño teñido de azulgrana. Apenas habían pasado cinco minutos de partido cuando la connexión Neymar - Messi volvió a brillar. Los dos jugadores, que apenas coincidieron el año pasado, demostraron que dos gallos pueden vivir en un mismo corral y entenderse a la perfección.

'La pulga' recibió el cuero en posición de mediapunta, superó a la defensa rival, cedió el balón al brasileño, que no dudó en mandar el balón al fondo de la malla de la portería de Cillessen. Una jugada que vaticinaba lo que sería el juego del Barcelona durante toda la primera parte. Todos los que participaron en la jugada - a excepción de Messi -, jugaron al primer toque, con un tiki-taka rápido y vertical que, junto a las genialidades individuales del de Rosario, se convirtió en un ataque veloz y articulado, imposible de parar para la defensa tulipán.

Imperial Messi

Lo que se intuía en los primeros minutos acabó siendo una realidad. El Barça empezó a firmar los mejores minutos del curso. El equipo funcionaba como un reloj suizo, con diminutos 'flashbacks' de antaño. El control del partido por parte del cuadro catalán era absoluto e indiscutible. Incluso Pedro, discutido en los últimos enfrentamientos, hizo buen partido. La presión era alta, había garantía, aunque sin uso, en defensa.

Especialmente enchufados estuvieron Messi e Iniesta, que realizó sin lugar a dudas su mejor primer tiempo de esta campaña. En éstas, y hacia la mitad del primer tiempo, llegó el segundo. Precisamente el manchego, con una magistral asistencia, vio el desmarcaje del argentino y se inventó un espacio dónde otros sólo habrían visto piernas holandesas. Messi recibió el balón en boca de gol y no dudó en rematar un balón que entró llorando por una mano de Cillessen. Todo ello, tras una gran recuperación de Mascherano, que fue quien generó el desorden en las lineas tulipanes y quién se salió como centrocampista.

Foto: FC Barcelona

Con este gol, el astro argentino se puso a sólo dos goles de superar a Raúl González Blanco como máximo goleador de la Liga de Campeones y volvió a demostrar que su poderío no es algo del recuerdo.

El Ajax fue desapareciendo poco a poco hasta quedarse en nada. No se le veía ningún tipo de intención en ataque y en defensa no pudieron hacer nada cuando el Barcelona quiso ser una apisonadora. Frank de Boer advirtió en rueda de prensa que lo que pedía al equipo era que no perdiera su filosofía, pero quizás no contaba con que eso no dependía de su cuadro, sino del de Luis Enrique.

El 3-0 pudo ser una realidad, de haber entrado una ocasión de fantasía creada por Iniesta. Superó uno tras otro defensas holandeses con la elegancia, la pausa y la clase que lo caracterizan. Quiso meterla en la meta de Cillessen, pero el cancerbero no perdonó y la atrapó.

La valentía de Lucho

La segunda mitad nada tuvo que ver con la primera. El partido estaba matado, y no sólo por el marcador sino también por las sensaciones. Por ello, y con el clásico en mente, el Barcelona quiso poner una marcha menos y Luis Enrique se mostró valiente con los cambios. El asturiano tiró de coherencia y lógica para realizar las sustituciones. Lejos de las críticas por dejar que Messi no aceptara su cambio en la jornada contra el Eibar, tiró de valentía y quiso dar un golpe en la mesa y sustituyó pronto a Neymar y Messi, dando paso a la Masía, encabezada por Sandro y Munir.

Más tarde vino el cambio de Rafinha por Iniesta, que se fue ovacionado al banquillo. Los minutos fueron pasando y tanto unos como otros pedían la hora en un partido que estaba visto para sentencia. Algunas ocasiones del Barcelona, alguna otra de un Ajax que se animó a ratos. A pocos minutos para el final, llegó el gol del honor para los tulipanes. El Ghazi, que entró al terreno de juego en la segunda mitad, cazó un rebote en el interior del área e hizo subir el primero y único tanto visitante.

El partido se puso cuesta arriba en los instantes finales, pese a lo plácido que había demostrado ser los 90 minutos. El árbitro añadió cuatro minutos y se hizo silencio en el Camp Nou, pero apareció Sandro y como buen 'killer' dio el gol de la tranquilidad en el tiempo añadido.

Puntuaciones VAVEL

FC Barcelona (3) AFC Ajax (1)
Ter Stegen 6 Cillessen 6
Alves 6 Van Rhijn 4
Bartra 7 Veltman 5
Piqué 6 Moisander 6
Alba 7 Viergever 4
Mascherano 8 Zmiling (56') 3
Rakitic 7 Klaassen 6
Iniesta (min.76) 8 L. Andersen 6
Pedro 6 Schöne 7
Messi (66') 9 Kishna (46') 3
Neymar (60') 8 Sigthórsson (73') 5
SUPLENTES
Sandro (60') 8 Milik (46') 6
Munir (66') 8 Riedewald (56') 5
Rafinha (76') 7 El Ghazi (73') 7