Hoy en día los jóvenes estudiantes se mueven por alrededor del mundo en forma de intercambios universitarios. En la última década, en el continente europeo se puso de moda el 'Erasmus' con un duración comprendida entre un mínimo de 3 meses y un máximo de 12, con el objetivo de 'atender a las necesidades de enseñanza y aprendizaje de todos los participantes'.

En según que casos, se puede hacer un símil entre la cesión de un futbolista en época de crecimiento con un 'Erasmus' universitario, este es el caso de Rafinha Alcántara.

Al pequeño de los Alcántara se le planteaba un abanico de posibilidades el día que el club azulgrana entendió que el jugador necesitaba abandonar el Barça B para ascender a un equipo de Primera División – pero el primer equipo no era un buen lugar para explosionar por falta de oportunidades-. Rafinha eligió un destino especial, su antigua casa, aquel club que seguía desde que era un niño, el Celta de Vigo.

Rafa cogía las maletas dirección al equipo dónde brilló su padre, Mazinho, con las garantías que la afición lo acogería con los brazos abiertos, pero con un cargo de responsabilidad doble, no defraudar. Y no lo hizo. Para su suerte, el hispanobrasileño no viajaba solo al conjunto celeste, Luis Enrique Martínez, el actual entrenador del FC Barcelona y ex entrenador suyo en el filial, cogía en aquel entonces las riendas del Celta.

Ganarse la titularidad

Sus inicios en Primera División no fueron sencillos, como todo aquel que llega nuevo a una clase, a una nueva escuela. No se hizo con la titularidad hasta bien entrada la primera vuelta, sentado en un par de ocasiones en el banquillo. Debutó con el Celta el 19 de agosto del 2013 en Balaídos contra el Espanyol de suplente, aquel día jugó tan solo 28 minutos. Al siguiente partido, el 25 de agosto del 2013 visitó el campo del Betis y no salió hasta el minuto 62.

Sus primeros 90 minutos completos con la camiseta celtista fueron el 25 de octubre del 2013 frente al Athletic Club en San Mamés y la siguiente jornada también la disputó entera contra el Villarreal en Balaídos. Es así como a partir de aquel entonces, salvo el partido de la jornada 6 y la jornada 15, se consolidó, siendo una pieza fundamental del equipo celtista y de Luis Enrique, convirtiéndose en la clave angular del ataque.

Explosión de calidad

Como si un regalo de Reyes se tratará, el Celta visitaba el Bernabéu en la jornada 18 el día 6 de enero del 2014. El equipo gallego iba a Madrid a enseñar sus cartas y a no reblegarse ante el gigante blanco. Fieles a sus estilo, salieron con un 4-1-4-1, adueñarse del balón e impedir la recepción de la medular del Real Madrid.

Aquel día, Rafinha jugaba en la banda derecha y su doble papel era, por un lado, impedir que Marcelo le cogiera la espalda y estar lo más cerca de la pelota cuando el Celta la recuperará. Así es como, Rafa recogía el esférico en defensa, conducía hasta el mediocampo y combinaba con sus compañeros, pero también conducía hasta la frontal del área para ver el marcador, de hecho tuvo ocasiones para abrir el marcador, dos en solitario y una con Orellana. Aquel día de Reyes enseño un gran recital de jugadas de ataque y juego defensivo.

Un mes después, tras haber disputado 25 de los 26 partidos posibles, Rafinha era ganador del Premio BBVA al mejor jugador de la Liga. Habia jugado todos los minutos en los cuatro partidos que disputó el Celta y que se saldaron con dos victorias y dos empates en favor del equipo vigués.

Foto: LFP

La temporada trascurrió en esa tonalidad para Rafinha y así fue como hace tan solo un par de días fue galardonado con el Premio LFP al 'Jugador Revelación' de la LFP en la campaña 2013-14. Premios que siempre ha dedicado a sus compañeros y familiares y que demuestran la campaña que hizo en su ‘Erasmus’ en el Celta.

Goles celtistas

Rafinha marcó un total de cuatro goles en 32 partidos. Su primera diana con el Celta fue el 31 de agosto del 2013 en Baílados frente al Granada en el minuto 29. El hispanobrasileño cazó en el área un balón muerto y no dudó en rematar entre los tres palos.

La siguiente vez que vio portería, fue el 23 de noviembre del 2013 en Anoeta. Aquel día, Rafa marcaba su primer doblete en la Liga. El primer tanto llegó en el minuto 22, tras un saque de banda en campo contrario que acabó con un cabezazo de Rafinha al fondo de la red. Al minuto 53, anotaba su doblete después de un error de la zaga vasca.

Pasaron muchos meses hasta que Rafinha volviera a marcar. La tercera diana no llegaría hasta el 22 de febrero del 2014 en Baílados frente al Getafe. En el minuto 58, Rafa condujo, regateó, se plantó en la frontal y batió a Moyá con un buen zurdazo consiguiendo el empate para los gallegos.

¿Centrocampista puro, interior o extremo?

Rafinha es un jugador polivalente, en su ficha se le denomina 'centrocampista' y así se llamo él cuando llegó a Vigo. No obstante, en el sistema de juego del Celta, jugaba en dos demarcaciones distintas, se le vio tanto de interior como de extremo.

A ojo analizador, su posición más cómoda ha sido partiendo de la derecha, dónde su recorrido natural va de fuera hacia dentro. De hecho los mejores partidos de celtista han sido de extremo derecho donde se le abren diversas opciones para iniciar jugadas, pasando atrás, o con una diagonal de fuera hacia dentro para atacar al espacio libre y buscar el disparo o el pase definitivo.

Una de las características del hispanobrasileño es su tren superior, heredado de su padre, que le permite tener un gran fuerza física y alcanzar potencia en la conducción, dándole un esfuerzo defensivo superior.

Otra de sus virtudes es que no se está quieto. Busca constantemente el espacio para recibir, y no necesita un hueco específico, se mueve por ambos lados, no le importa correr.

En el momento de la defensa, se ha comentado que a Rafinha no se le caen los anillos, al contrario se pone el mono de trabajo. Actúa en el repliegue, baja hasta donde acaba la jugada y no menos importante, es clave en los contragolpes gracias a sus piernas para recoger balones muertos y plantarse en la portería contraria.

Vuelta a casa

Tras 2.539 minutos disputados con el Celta de Vigo, la temporada 2013-2014 concluía y Rafinha cogía sus maletas de vuelta para Barcelona. Se especulaba que quizá alargaría su Erasmus un año más con el Celta, pero el Barça lo quería en casa para su nuevos planes. En su equipaje se traía con él, a su técnico y al staff, o quizá fuera al revés, pues Luis Enrique era nombrado entrenador del primer equipo del FC Barcelona.

Rafael Alcántara do Nascimiento se lleva con él todo lo aprendido y empleado durante su cesión en el equipo celtista. Como todo aquel estudiante que se va y vuelve meses, años más tarde, trae en sus cajas una experiencia, una vivencia irrepetible, amigos, compañeros de viaje, lecciones, prácticas, frustraciones, dos premios, glorias… que te hacen madurar y crecer, no solo como futbolista, sino como persona. Un paquete lleno de aprendizajes que debe aprovechar y aplicar en el Barça para demostrar quién es Rafinha.

El '12' ahora es azulgrana

La temporada 2014-2015 no empezó bien para Rafinha, caía lesionado antes del primer partido de pretemporada por una contusión en el dedo del pie izquierdo y se perdía una semana. No dudó Luis Enrique en ponerlo después en los siguientes tres partidos amistosos. Debutó en la primera jornada de Liga frente al Elche en el Camp Nou como titular de falso nueve disputando 45’. En la segunda jornada contra el Villarreal volvió a la titularidad de interior, substituido en el 74’, disputando así un total de 121 minutos en Liga.

Participó también en la Liga de Campeones frente al APOEL en el minuto 80, antes de caer, días después, lesionado por unas molestias musculares que lo apartarían de los terrenos de juego durante casi un mes. Unas molestias musculares en el muslo izquierdo que no le permitirían entrar en el césped hasta el partido de Champions frente al Ajax en el Camp Nou en el minuto 75.

Este fin de semana es especial para Rafinha, puede volver a jugar en Liga, pero además es que compartirá cancha con sus compañeros del Celta, pero está vez como rival. La cuestión es saber si será titular o suplente, cuantos minutos tendrá y en que demarcación jugará. Un misterio que desvelará Lucho hora y media antes del encuentro – o quizá durante el partido-.

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo" – Benjamín Franklin.