Nunca es sencillo para los grandes equipos el primer encuentro tras una jornada de selecciones. Las plantillas se desperdigan y desaparece la unidad del día a día hasta horas antes del encuentro. Además, las declaraciones de Messi sobre su futuro han reavivado un asunto que parecía finiquitado en la Ciudad Condal. Sin embargo, el mayor problema para Luis Enrique será el buen hacer sevillista en la presente temporada, en la que está contando con Deulofeu y, sobre todo, con Denis Suárez como protagonistas destacados en el ataque hispalense. Dos blaugranas que llegan al Camp Nou sin vestir tal zamarra.

El "virus" FIFA pasó de largo

Al contrario que otros combinados como, por ejemplo, el líder de la Liga con Modric, el Barcelona no ha perdido a ningún jugador por lesión tras los amistosos y clasificatorios continentales que se han desarrollado en los últimos diez días. Incluso se han ido recuperando aquellos futbolistas que llegaron al parón FIFA con dolencias y, salvo Iniesta que aún no tiene el alta médica, todos la plantilla más Munir El Haddadi se ha ejercitado a las órdenes del técnico gijonés. Todos incluido Thomas Vermaelen, inédito esta temporada tras una recuperación que se ha alargado varios meses, pero que podría ser convocado si Luis lo considera oportuno.

Con todas las cartas disponibles, a excepción del manchego, quien podría recibir el alta médica en las próximas horas, el que fuese capitán del Barcelona hace una década podría alinear a quien considere oportuno. Siendo el rival el bando dirigido por Emery, Luis podría olvidarse tanto del número de entrenamientos de cada internacional tras el viaje de vuelta como del siguiente envite de Champions ante el PSG en el que se jugarán la primera plaza del grupo.

"El Sevilla es un equipo que presiona, que crea problemas en tu propio campo. Domina perfectamente la estrategia, las transiciones. Seguro que nos va a meter en dificultades", aventuró el entrenador culé. La teoría la domina Luis Enrique, será clave ver cómo responden a esa presión alta los futbolistas de campo propio azulgrana. La titularidad de Bartra o Piqué y Busquets se hace necesaria para una salida más nítida.

Respecto al tridente, existe la posibilidad de que como pasase en la segunda mitad en Almería, Luis Suárez ocupe la posición de delantero centro y Messi, sobre el papel, la de extremo derecho. Siempre teniendo en cuenta la facilidad de caer a banda del uruguayo y con la virtud acaparodora del esférico del argentino, quien ofrece un mayor nivel con Xavi cerca. Con el de Tarrasa en el campo, la escalera en salida tiene un escalón más que Messi no tiene que subir, por lo que recibe más cerca del área rival. No obstante, la próximidad del partido ante el PSG parece hacer inviable que el egarense juegue ante el Sevilla. De ese duelo ante el equipo parisino nace la posibilidad de la entrada de Munir o Pedro en el once titular en detrimento de Neymar.

Unai y Denis

Unai Emery nunca ha ganado al Barcelona en las 17 veces que se ha enfrentado a él (5 empates y 12 derrotas) con diferentes equipos (Almería, Spartak de Moscú, Valencia y Sevilla). Los números no mienten, pero es mejor contextualizar. No se puede decir que Emery no encontrase los puntos débiles del Barcelona en esos duelos. El equipo catalán, con varios entrenadores al mando, nunca estuvo cómodo con Emery como rival. Con la nueva versión del Sevilla, reinventado por la baja de Rakitic y en una dinámica positiva que le sitúa como 5º en la tabla , tendrá otra oportunidad.

Emery también fue claro en la rueda de prensa previa: "En el Camp Nou la idea es procurar ser capaces de tener protagonismo dentro del juego, capacidad de respuesta desde la confianza y posesión para que no sean el denominador completo". Más que venir a defender, que lo harán pero a presión alta, el Sevilla buscará sumar minutos de posesión, algo más sencillo para los rivales culés en la presente temporada y en la que, precisamente, un culé tendrá mucho que aportar.

Fotografía: Denis Suárez en acción |Juan Ignacio Lechuga - Vavel.com

Más allá del desborde que provoca Deulofeu (posible suplente por el mayor trabajo de Vitolo y Aleix Vidal) en la banda derecha, este Sevilla post-Rakitic es un equipo comandado por Denis Suárez. El gallego cedido por el Barça, casi siempre de mediapunta por detrás de Bacca pero con tendencia para escorarse a los costados a la hora de recibir, elige la mejor jugada posible: ralentiza para que suban más compañeros, conduce en diagonal hasta encontrar el pase o asiste con celeridad para el delantero colombiano. Salvo ante el Villarreal, que unió a Bacca (7 goles) con Gameiro (4-4-2 con Denis y Deulo en las bandas), el Sevilla sólo ha jugado con un delantero centro en un 4-2-3-1.

La baza de Banega, haciendo caer a la banda izquierda a Denis, para buscar más control de posesión y saber quién sustituirá a Fernando Navarro en el lateral izquierdo (Diogo, lateral diestro, o Kolodziejczak, central zurdo) las dudas de un once que han conseguido 7 victorias y 2 empates en 11 partidos. En él, gente como Beto bajo palos, o las parejas Carriço-Pareja en la zaga o Mbia-Krychowiak en el doble pivote son imprescindibles para entender este Sevilla tan guerrero como mandan los cánones de Emery, pero con un plus de ofensividad y protagonismo (sólo perdió la posesión en 4 encuentros) que en otras temporadas no lucía.