El Barcelona dejó atrás las dudas y volvió a ofecer signos de mejora en su juego. El equipo estuvo fresco, intenso y agresivo, tanto en ataque como en defensa. Con Piqué y Mathieu en la zona central de la defensa, el equipo tuvo una salida de balón limpia, teniendo paciencia hasta encontrar el espacio para romper la primera línea de presión sevillista.

Los dos interiores se movieron por toda la zona central, combinándose en ruptura y en apoyo, para que el poseedor del balón tuviera todas las ayudas posibles. Ellos junto a Busquets, movieron el balón muy rápido y fueron capaces de desorganizar las dos primeras líneas de presión del Sevilla.

Las mejores versiones de Piqué, Busquets, Xavi y Messi

La columna vertebral del Barça volvió a ofrecer una de sus mejores versiones. Piqué volvió a ser el líder de la defensa y no tuvo ningún error, ni en el área defensiva ni en la salida de balón. Busquets volvió a ser el corrector de todos los compañeros, recuperando balones cuando el rivla salía en transición rápida. En ataque dejó de perder esas pelotas que tanto preocupaban al aficionado culé y escogió siempre la mejor opción.

Xavi Hernández evidenció que, dosificándose, es un jugador clave y titularísimo. El Barcelona juega a otra cosa con él, marca el ritmo del partido y domina el juego desde el control. Cuando hay que acelerar, acelera. Está cogiendo las ideas de Luis Enrique y es de los que mejor las interpreta.

Récords a parte, lo de Messi sigue siendo inexplicable. En los primeros quince minutos no acabó de sentirse cómodo y se refugió en la banda derecha para tener contacto con el balón. Ahí encontró a Suárez y empezó la pesadilla del Sevilla.

Los laterales y los dos delanteros, clave

Los laterales subieron cuando y como debían, sorprendiendo a la zaga. Fueron verticales y buscaron las espaldas de los laterales andaluces, llegando hasta la la línea de fondo para buscar los centros laterales.

Los dos delanteros dieron amplitud para después buscar las diagonales hacia dentro, tanto en ruptura a la espalda de los centrales como en apoyo entro los interiores.

Así, el equilibrio entre ambos pudo desorganizar la defensa sevillista y le dio al Barcelona los espacios que necesitaba para llegar hasta Beto. El Sevilla basculaba para intentar tapar los agujeros, pero el balón iba más rápido, sobre todo en la segunda mitad.

Con el partido roto, el Barelona también estaba cómodo

En la segunda mitad, el partido empezó a convertirse en un ida y vuelta, pero el Barcelona hizo las transiciones muy rápidas y no sufría en defensa, al tiempo que volvía loco al Sevilla con su tridente ofensivo asistido por Xavi o Rakitic.

Los cambios de posición constantes de Messi y Suárez le dieron la imprevisibilidad que le faltaba al ataque azulgrana, que encontró en el uruguayo la profundidad que el faltaba, tanto por el centro como por la derecha.

Momento Messi

Messi marcó tres, superó a Zarra y volvió a escuchar al Camp Nou ovacionándole tras una inmensa actuación. Uno de falta, otro de delantero y otro de crack, Messi deleitó a los aficionados al fútbol con otra actuación espectacular. El Barça es el Barça, pero con un Messi sonriente todo es más fácil.