Un club grande como el Barcelona se caracteriza por levantarse rápidamente tras un batacazo. Y eso precisamente es lo que ha hecho el conjunto de Luis Enrique tras perder en el primer partido del año frente a la Real Sociedad en Anoeta.

Seis triunfos consecutivos entre Liga BBVA y Copa del Rey y un balance acumulado de veintitrés goles a favor por solamente uno en contra. Estos son los últimos registros de un equipo que ha revertido totalmente su situación. Aunque nada es definitivo y el conjunto de Luis Enrique tiene que refrendar esa reacción todavía en ambas competiciones, la transformación es evidente y nada casual.

Tanto el entrenador como los jugadores como el club han cedido en alguna ocasión para alcanzar un pacto de interés común buscando el éxito del conjunto.

Ese acuerdo se traduce en una serie de cambios que le han dado al club la estabilidad necesaria para que los jugadores se puedan concentrar únicamente en el balón.

Convocatoria de elecciones como primer paso

Por parte del club la acción más contundente, que ha sofocado la convulsión del entorno ha sido el anuncio de elecciones. Con una junta directiva cuestionada las turbulencias habían llegado a afectar al equipo y eso es algo que el presidente Bartomeu quiso zanjar de inmediato.

Cambios en el staff

Algunos cargos que influyen directamente al vestuario han sufrido modificaciones, como el despido de Emili Sabadell, hombre de confianza de Antoni Rossich, como Team Director. Pepe Costa ha recuperado su plaza perdida, algo que ha seido muy bien visto por todos los futbolistas pero de manera especial por Leo Messi.

Qatar deberá esperar

El cuerpo técnico tenía también una petición, la de no viajar a Qatar para la disputa de un amistoso en una semana en la que el equipo se enfrentaba al Athletic Club de Bilbao. Por lo tanto, uno de los patrocinadores del equipo deberá esperar para ver a los hombres de Luis Enrique más de cerca.

Fin de las rotaciones

Aunque Luis Enrique niegue haber cambiado de hoja de ruta, la verdad es que algo tan habitual como eran las rotaciones, parece que ya ha dejado de serlo. Tras la derrota ante la Real Sociedad con Messi y Neymar en el banquillo se antoja improbable ver de nuevo esa imagen y los pilares del equipo solamente descansarán en partidos que no representen una gran amenaza.

Mano izquierda

El entrenador culé ha aflojado también en algunos temas que llegaban a molestar al vestuario como, por ejemplo, obligar a que todos los futbolistas acudieran a la ciudad deportiva a las ocho de la mañana para conocer si estaban o no convocados.

Intensidad y motivación

La plantilla, por su parte, ha respondido a todos estos cambios con una actitud atronadora. Los jugadores saltaron al césped del Camp Nou a “comerse” al Atlético de Madrid, su particular bestia negra en la pasada campaña, y lograron tomar ventaja para el partido de vuelta gracias a una gran actuación. Las siguientes goleadas al Deportivo y al Elche, respectivamente, han generado un estado de optimismo que el equipo deberá refrendar el próximo miércoles en el estadio Vicente Calderón en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, eliminatoria que el Barcelona comanda por 1 gol a cero.