La defensa azulgrana está de enhorabuena. Tras el partido ante el Deportivo, que cerraba la primera vuelta, se copaba de elogios a Claudio Bravo por sus buenas cifras que le sitúan como Zamora actual de la Liga BBVA. No obstante, el mérito no es solo del portero chileno, sino de toda la línea defensiva, que está rayando a un alto nivel. Todos los futbolistas que han participado en tareas defensivas han completado grandes actuaciones pero en este artículo pondremos el foco de atención sobre los centrales.

Mascherano, todo un 'jefecito'

En el mundo del fútbol, y más en Argentina, los apodos son extremadamente prolíficos. En muchas ocasiones cuesta encontrar a primera vista la relación entre el futbolista y su apelativo. Sin embargo, esto no ocurre con Javier Mascherano. Su apodo de "jefecito" le va como anillo al dedo. Si a principio de temporada se echaba en falta los típicos gritos y gestos de ánimo por parte del gran capitán Carles Puyol, ahora parece que ese rol lo ha asumido el reconvertido central argentino. Si bien es cierto que Mascherano no es tan expresivo en cuanto a su comunicación no verbal, sus acciones llenas de bravura y arrojo son el mejor ejemplo para sus compañeros. Su capacidad de sacrificio no parece tener límites y el central no se arruga ante cualquier desafío físico. En infinidad de ocasiones le hemos visto arriesgar la pierna e incluso la cabeza en busca de recuperar la pelota. Su carácter es más necesario que nunca y su aportación futbolísitca le ha convertido en un pilar fundamental del Barcelona

Gerard Piqué o la fuerza de voluntad

El joven central azulgrana está realizando esta temporada un ejercicio de humildad difícil de ver en muchos futbolistas. En la pretemporada dijo que había sido de los mejores jugadores del mundo en su posición, pero en un gran gesto de autocrítica, reconoció que ya no lo era. Y no solamente eso, sino que iba a pelear para volver a la cima. Un futbolista que lo ha ganado todo y a tan corta edad es normal que sufra un bajón en su rendimiento. Lo que ya no es tan habitual es que tenga la fuerza mental y el coraje necesario para rebelarse ante esa situación. 

Piqué está demostrando que puede volver y, de hecho, está cuajando actuaciones realmente convincentes. Quizás su punto álgido se produjo en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, cuando cortó un pase definitivo en un 2 para 1 letal. Gerard leyó la jugada y se interpuso para evitar el peligro y, así, dejar la portería a cero, algo que puede tener una importancia capital en la eliminatoria. Por todo ello, se puede concluir que Piqué está de vuelta. 

Marc Bartra sigue progresando

Una de las virtudes que escasean en el fútbol es la paciencia. Y Marc Bartra parece tener de sobra. Pese a que aún es muy joven, la calidad que atesora no se corresponde con los minutos de juego de los que ha dispuesto el central de 24 años. En la mayoría de clubes de la Liga BBVA sería titular indiscutible, pero Marc juega para el Barcelona y eso siempre significa tener una competencia feroz. Él lo sabe y está haciendo gala de una paciencia y una constancia en el trabajo que son admirables y que esta temporada, de una vez por todas, parecen estar dando sus frutos.

Pese a las alabanzas que todos los técnicos han ido derrochando sobre las cualidades de Bartra, la realidad era que su participación era residual. Sin embargo, y aunque no dé esa impresión, el joven central está jugando más que en las temporadas anteriores a estas alturas, lo que hace pensar que su rol irá adquiriendo importancia dentro del equipo de manera significativa. La segunda vuelta será clave para poder adivinar si Marc Bartra gozará de un papel más protagonista la temporada que viene o, de nuevo, será la última de las alternativas como en las temporadas anteriores.