Posiblemente Rakitic -con el permiso de Alves- sea el jugador para el que más signifique el próximo partido de Liga del Barcelona frente al Sevilla. La vuelta de Rakitic al Pizjuán será uno de los atractivos de un partido al que le sobran adjetivos. El croata volverá a la que fue su casa hasta el curso pasado, pero esta vez como rival. En una entrevista realizada a los medios del club 24 horas antes del partido, así definía su aventura sevillista el mediocampista: "Todo lo que he vivido allí me ha quedado muy grabado y llevo la ciudad dentro de mi corazón. He vivido tres años y medio muy especiales y será un partido muy bonito". "Quiero centrarme en mis cosas y hacer un buen partido. Estamos a ocho jornadas para el final y esta victoria sería muy importante", añadió.

El cuadro nervionense lleva 31 jornadas sin perder en casa, algo que augmenta la dificultad de un estadio ya difícil de por sí: "Todos los equipos que han jugado en el Pizjuán conocen la dificultad de ese estadio, con una afición que presiona muchísimo. Pero estando con el Sevilla también era muy complicado jugar contra el Barça. Siempre nos costaba mucho".

A pesar del cambio de colores, el jugador tiene claro que ahora viste de azulgrana y que dejará las emociones a un lado durante los 90 minutos de partido si acaba siendo titular, algo que Luis Enrique no ha querido desvelar en rueda de prensa pese a que ha dicho que el añadido emotivo no iba a suponer diferencia en su decisión: "En el campo iré al máximo para ayudar a mis compañeros. Dios quiera que hagamos un gran partido. Yo siempre quiero ganar, en todos los entrenamientos y jugando a las cartas con mi mujer".