Barça - Valencia es sinónimo de muchas cosas. Tensión, ritmo, polémicas, nervios, ocasiones, corazón, fútbol y, sobre todo, gol. Los duelos entre culés y chés, especialmente si el duelo se vive en el Camp Nou está plagado de los ingredientes anteriormente mencionados y con los goles como producto principal. 

En el templo azulgrana se miden las dos mejores defensas, la del Barcelona (19 goles) y la valencianista (23), pero también el segundo mejor ataque, el culé (87 dianas) frente al equipo de Nuno, que es quinto en ese particular ranking (56).

El hecho de que ambos conjuntos apenas reciban goles no significa, ni por asomo, de que se trate de equipos defensivos, que priorizan su área que la rival, sino más bien que atacan más que defienden y, por lo tanto, los rivales tienen muy poco tiempo el cuero en ataque para poder crear peligro alguno a la meta contraria.

Mustafi - Otamendi por el lado valencianista y Piqué - Mascherano por el culé son las parejas de zagueros principales de ambos equipos y por el lado culé se han mostrado seguros en casi todas las fases defensivas menos en una que, casulamente, debería ser la más preocupante contra el Valencia.

Peligro en movimiento

Ni las jugadas a balón parado, ni los contragolpes, ni centro laterales, nada, esas situaciones las ha ido superando el Barcelona con más o menos brillantez pero con suficiencia sin embargo hay una con la que ha sufrido, quizás en exceso, ante casi cualquier rival. El equipo con un '9' ágil, rápido de piernas, veloz, que le guste caer a la espalda de los zagueros o bajar a recibir.

Esos movimientos que hacen que los centrales no tengan la marca fija, sino que tengan que salir a buscarla o vigilar la retaguardia. Juanmi, Fernando Torres o, sobre todo, Karim Benzema, han sido los jugadores que más peligro han creado a los culés en los últimos tiempos y todos cumplen con el mismo 'perfil'. Esas caracterísitcas que reúne y perfecciona muchas de ellas, Paco Alcácer, el próximo visitante del Camp Nou.

El desmarque como forma de juego

El goleador valencianista es uno de los delanteros más completos del panorama futbolístico mundial ya que maneja notablemente las principales armas que debe tener un jugador en su posición.

Rápido, potente, con un tren inferior que impresiona, Alcácer va bien por arriba más por inteligencia y colocación que por habilidad y salto. Con un golpeo al primer toque envidiable, pero con un mejor control orientado que hace añicos a los defensores que buscan anticiparse. 

Sin embargo, en lo que más disfruta Paco es en el desmarque. Los domina a la perfección todos, desde el desmarque de ruputra hasta el de apoyo, pasando por las diagonales y el buscar la espalda entre centrales. Todo aquello que implique movimiento cerca del área es algo en lo que Alcácer está especializado y que, además, siente como suyo, como una parte de él.

Alcácer el generador

Paco Alcácer es electricidad, un incordio constante. No es el '9' egoísta que solo busca el gol propio. El canterano valencianista es el delantero generoso, que se sabe el mejor pero que desea que el resto estén a su par. 

Un generador. Alcácer genera fútbol y ocasiones desde una zona muy complicada y sin apenas entrar en contacto con el cuero. Difícilmente un jugador ataca con semejante facilidad los espacios que le conceden y cuando no tiene esa oportunidad es él quien los provoca para que sus compañeros, llegando desde segunda línea, los aprovechen.

El Barcelona sufre en exceso con esos jugadores nada estáticos en la punta del ataque. Juanmi del Málaga o Fernando Torres del Atlético hicieron sufrir a Piqué y, sobre todo, Mascherano, que normalmente acostumbra a ser el marcador de los dos centrales que junta Luis Enrique en los partidos. Sin embargo, un jugador por encima del resto hizo añicos a la zaga culé solamente con sus continuos movimientos y desmarques sin el cuero controlado.

El espejo francés

El clínic que Karim Benzema dio en el Camp Nou hace apenas un mes es de esos que se recuerdan, más allá del resultado final que benefició al Barcelona. Desmarques al espacio, en apoyo, moviendo a Mascherano, que actuaba como mediocentro y a Mathieu para que Cristiano aprovechara esos espacios junto con Isco, que aparecían por detrás del genio francés, el mejor madridista ese día sobre el verde.

El espejo de Alcácer es Karim y su exhibición en el clásico una hoja de ruta muy marcada sobre el qué hacer para dañar a la imponente zaga culé, la menos goleada del campeonato y de las más sólidas de Europa.

Así pues, Barcelona y Valencia harán las delicias en un choque que promete ser brillante y que contará con el aliciente de ver cómo el Barcelona batalla contra su particular 'Kryptonita' contra el jugador de la Liga que más y mejor la expone en su juego. El espectáculo está asegurado.